domingo, 31 de julio de 2011

El escándalo Bartlett-Moreno Valle

Por Alejandro C. Manjarrez
Asegura Carlos Meza Viveros, que la actuación oficial del licenciado Juan Pablo Piña obedece a la recomendación de su padre, el ex gobernador Mariano Piña Olaya. Se trata, dice el abogado y notario público, de la revancha o vendetta en contra de quien recuperó las 1081 hectáreas que don Mariano había vendido “sin pudor alguno en uno de los más oprobiosos y deleznables actos de un gobernante en perjuicio de los poblanos”.
“El abogado de Rafael Moreno Valle –agregó Meza–, se ha valido de alguna de las ficciones de la ley para manejar la inexistencia o nulidad de las decisiones de gobernantes pasados, entre ellos Manuel Bartlett Díaz, a quien pretende incordiar achacándole actos ilícitos que no cometió.”
Mientras entrevistaba a quien es algo así como un “pedrusco” metido en el elegante zapato neoyorquino del gobernador, varios ex servidores públicos firmaban asustados el documento donde reconocen la ilegalidad de sus actos administrativos, declaraciones que una vez presentadas en la audiencia de conciliación, podrían dejar sin efecto legal todos los trámites que permitieron ceder, vender y entregar las decenas de hectáreas donde se instalaron Valle Fantástico, el Tecnológico de Monterrey y el Hospital Ángeles, nada más y nada menos. Esto, que conste, siempre y cuando Meza acepte lo que sus amigos priistas ya aceptaron, algo muy difícil de que suceda.
Antes de abundar sobre la vendetta piñaolayista contra Manuel Bartlett, le comento al lector quiénes son los ex funcionarios que no tuvieron “miedo a firmar” (Zapata, dixit) porque, intuyo, los dominó el pánico a las posibles denuncias del gobierno actual en contra de sus actuaciones. Van por orden, si no alfabético, sí de trascendencia mediática:
Marinistas: Javier López Zavala, Javier García Ramírez, Víctor Manuel Sánchez Ruiz y Gerardo Pérez Salazar, ex secretarios de Gobernación y de Desarrollo Social, de Obras Públicas, de Contraloría, y de Finanzas, respectivamente.
Melquiadistas: Héctor Jiménez y Meneses, Francisco Bárcena Compeán, Carlos Arredondo Contreras y Carlos Palafox Vázquez, ex titulares de las secretarías de la Contraloría, Finanzas, Gobernación y Obras Públicas, también respectivamente.
En el caso de los colaboradores de Mario Marín, es obvio que fueron presionados por su pasado inmediato, mismo que ante la sorpresa electoral combinada con la falta de tiempo para regularizar su gestión sexenal, dejaron algunas colitas administrativas, apéndices muy útiles por cierto para la negociación que emprendió Juan Pablo.
Respecto a los ex colaboradores del ex gobernador Morales Flores, imagino que éste intervino con la intención de validar su reconocido espíritu siempre conciliador: les pudo haber pedido que se mordieran el cachete para, sin rechistar, decir y signar aquello que conviene al gobierno morenovallista. “Nos equivocamos, ahora tenemos que ser institucionales. Ayudemos al gobernador de Puebla”.
La estrategia jurídica del gobierno tiene, además de la duda que representa el estilo draconiano de Meza Viveros, la aparente falta de un plan B que le salve el prestigio. Y aquí habría que preguntar a Juan Pablo Piña o a Fernando Manzanilla, lo que harán si no convencen a Meza y a Bartlett. Yo creo que no hay ninguna salida decorosa dado que la estrategia para rescatar los predios empezó con el mejor de los estilos que puso en boga el mítico y famoso Borras, aunque en este caso tengan asidos de la “hombría” a los cándidos ex, cuyo destino dependerá de si cumple o no con su deber Patricia Leal, ahora obligada a actuar conforme lo establece la ley: consignar los expedientes para las sanciones que procedan (a confesión de parte, relevo de prueba, establece la regla procesal).  En fin.
Regreso a lo que apunta para ser en un interesante escándalo político.
Antes de dejar el cargo de gobernador de Puebla, Manuel Bartlett cubrió su retirada pensando en que su sucesor podría utilizar la reserva territorial para sus “aviesos fines comerciales”. Así, el 7 de enero de 1999 amarró el destino de las tierras encapsulando en un fideicomiso el Parque Metropolitano que, después de varios cambios (digamos que heterodoxos para evitar la aplicación del vocablo ilegalidad) de uso de suelo, se convirtió en Valle Fantástico. Melquiades y Marín le dieron la vuelta y enredaron lo que no tenía porqué enredarse, madeja que aún tiene algunas hebras sueltas.
De ahí que el ex gobernador y ex secretario de Educación Pública y de Gobernación se esté sobando las manos. Imagino que está encantado y feliz dispuesto a entrarle a lo que sería una disputa cuyas aristas lastimarían el prestigio de Rafael Moreno Valle Rosas. Primero porque sin tener vela en el entierro, a éste se le vería como parte del plan que, según Meza Viveros, lleva el sello de la venganza que ha soñado Mariano Piña para por fin desquitarse de Manuel Bartlett, el tipo que le impidió hacer negocios con las 1081 hectáreas expropiadas por el gobierno federal, con la única finalidad de crear la reserva ecológica y territorial que hoy es el muestrario más ominoso de la corrupción oficial.
¿Plan B?
Lo único que se me ocurre pensar es en una negociación entre gobierno y Ricardo Henaine: más terrenos a cambio de Valle Fantástico, cambalache que sacaría al buey de la barranca. ¿Y el pueblo? Bien, gracias.
Twitter: @replicaalex

jueves, 28 de julio de 2011

Los trapitos sucios poblanos

Por Alejandro C. Manjarrez
Por primera vez en lo que va de este gobierno, vi al Rafael Moreno Valle Rosas que conocí hace ya varios años. Ocurrió en televisión Azteca durante la primera aparición del día tanto de él como de Ivonne Ortega, gobernadora de Yucatán, los dos acompañados por el yerno de Elba Esther Gordillo, subsecretario de Educación Pública, y Esteban Moctezuma Barragán, presidente de la Fundación Azteca. El tema: llevar computadoras a las zonas rurales y, obvio, recaudar dinero para poder hacerlo.
En un momento de franqueza, Moreno Valle recordó su paso de la máquina de escribir al ordenador y de ahí a la computadora. Dijo que al ingresar a la preparatoria (imagino que en Estados Unidos) se sintió muy mal porque nunca se había acercado a esa tecnología, razón por la cual uno de sus maestros lo conminó a modernizarse presentando sus trabajos como lo marcaban las reglas del highschool. Como lo digo líneas arriba, la actitud del hoy mandatario de Puebla fue sincera, franca, humana y hasta simpática, talante que como van las cosas difícilmente le volveremos a ver ya que, según parece, está sufriendo las ineptitudes de algunos de sus colaboradores.
Más tarde me reuní con Carlos Meza Viveros para comentar sobre los tópicos donde a mi juicio él es el principal protagonista. El caso de Valle Fantástico, por ejemplo.
En la conversación con el jurisconsulto salió lo que podría ser una de las causas que han cambiado o agravado, depende como lo vea el lector, el carácter del gobernador poblano. “Lo han estado engañando –me dijo–. Y lo peor es que en el asunto de Henaine, hicieron lo que nunca debieron hacer: trastocar la esencia del gobierno convirtiéndolo en un ente particular. Una pretendida metamorfosis que ni a Kafka se le hubiera ocurrido”.
El nombre de Manuel Bartlett le iluminó su rostro. Salió cuando le platiqué mi primer encuentro con quien a la sazón era gobernador electo. Recordé con Carlos el día en que su ex jefe me dijo que le habían hecho llegar varios ejemplares de mi libro Puebla, el rostro olvidado. “¡Exageró!”, fue el comentario que me dio la oportunidad de decirle que pasado un mes de su toma de posesión nos volviéramos a reunir para que confirmara o cambiara su apreciación. Y así lo hicimos. Y en cuanto ingresé a su despacho me recibió con la siguiente frase: “¡Se quedó corto!”
El gobierno de Bartlett había cancelado todas las operaciones comerciales realizadas por su antecesor Mariano Piña Olaya. Y al hacerlo tuvo peticiones o reclamos para que, además del dinero reintegrado, el gobierno pagara lo que por debajo del agua los compradores le habían dado a uno o dos intermediarios.
“Fue sencillo recuperar los predios –dijo Meza– porque la ley faculta al gobierno para llevar a cabo una acción lesiva o de posesión administrativa. Si hubiésemos hecho lo mismo que acaba de hacer la administración actual, todavía estaríamos en litigio.”
Le pregunté a Meza cómo veía Bartlett el tema de la audiencia de conciliación. “Está muy molesto –respondió– y seguramente lo veremos dando conferencias para demostrar que los gobernadores que lo sucedieron actuaron mal. E incluso dirá cómo actuó el gobierno de Piña y por qué se le echaron abajo todas las operaciones que realizó transgrediendo la ley. Es más –agregó enfático quien fuera secretario de Gobernación de Bartlett–, yo veo que con sus acciones jurídicas, el hijo de Mariano intenta desfacer el entuerto aquel que hoy podría mostrarse con pelos y señas.”
¿Qué hará Manuel Bartlett?, le pregunté.
“No lo sé con precisión, sin embargo, casi te puedo asegurar que dirá muchas cosas de impacto mediático porque no va a permitir que se le atribuyan actos ilícitos o al margen de la ley”. ¿Cómo cuáles?, cuestioné. “Como los que hicieron los gobernadores subsecuentes”. ¿Estás seguro?, lo provoqué. “Lo estoy porque cada acto jurídico de su gobierno, me consta, fue minuciosamente revisado tanto por él como por el abogado Salvador Rocha Díaz, que en paz descanse. Incluso a mí me tocó cancelar algunos compromisos de Mario Marín porque violentaban la ley, precisamente”.
Respetado lector: este es sólo uno de los episodios que tendrá el pleito judicial organizado por el gobierno morenovallista asesorado o jurídicamente dirigido por Juan Pablo, el hijo de Mariano Piña Olaya y, reveló el notario Meza, el despacho Farell Cubillas.
¿Qué harán Blanca Alcalá, Eduardo Macip, Melquiades Morales, Mario Marín y el resto de los conminados a asistir a la audiencia de conciliación? Sólo ellos y su mala cabeza lo saben. Lo interesante está en la reacción de Manuel Bartlett quien, además de no asistir a la referida audiencia, seguramente dedicará su tiempo libre a exhibir a quienes se sintieron elegidos de los dioses. Por eso digo que esto apenas empieza, circunstancias que sin duda alejarán a Rafael Moreno Valle de aquella naturalidad y simpatía que lo llevó hasta el cargo que hoy ocupa y, creo, padece debido a los trapos sucios que le afean su entorno.
Twitter: @replicaalex

miércoles, 27 de julio de 2011

Otra Intervención política del Clero*

Manola  Álvarez Sepúlveda
El controvertido cardenal Juan Sandoval Íñiguez (el que acusó a los ministros de la Corte de haber sido “maiceados” y solicitó no votar por el PRD, etcétera), en el 2006 tuvo la ocurrencia de pedir ayuda a Washington para frenar el avance de Andrés Manuel López Obrador. Así se lee en el cable 06VATICAN61 de Wikileaks, redactado por la embajada de Estados Unidos en el Vaticano.
Según la misma fuente, el prelado se reunió en Roma el 28 de marzo de 2006 con Francis Rooney, embajador del gobierno estadunidense en el Vaticano. En esta ocasión el cardenal Sandoval le dijo al diplomático norteamericano que el avance de la izquierda en Latinoamérica representaba una “tendencia peligrosa”, y además señaló que aumentaba el poder de Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, Néstor Kirchner, Michelle Bachelet y López Obrador.
En el mismo cable se menciona que el prelado preguntó si el presidente George W. Bush podría ayudar, ya que los cardenales sentían que los pobres de Latinoamérica no entienden los beneficios potenciales que les puede traer el mercado libre, por lo que era apremiante que se firmaran tratados de libre comercio con Estados Unidos.
Como se desprende del cable citado, Sandoval nunca se refiere a cuestiones religiosas que se encuentren en peligro; sólo esgrime razones políticas y económicas para tratar de frenar la importancia electoral del “Peje”.
Esta posición del Clero político se ha manifestado constantemente durante la historia de nuestra patria, desde la Independencia hasta nuestros días. Por ello, al reunirse el Congreso Constituyente en Querétaro a fines de 1916, los representantes del pueblo conscientes de la labor antipatriótica que había venido realizando, incluyeron en la Carta Magna artículos tendientes a hacer desaparecer su  injerencia en los asuntos políticos y económicos de México. Como reacción, una vez promulgada la Constitución, empezaron a realizar propaganda fuera de México y trataron de involucrar a los católicos norteamericanos que, aunque no comulgaban con sus conceptos religiosos, tenían una predisposición contra cualquier régimen que mantuviera el artículo 27, preñado de amenazas para los capitalistas  estadounidenses. Estos católicos en unión de eclesiásticos mexicanos poseían la mayor parte de las acciones de la industria petrolera del país y en el momento en que el Congreso reglamentara el mencionado precepto y lo pusiera en práctica, iban a sufrir considerables perjuicios económicos, ya que la fracción II del mencionado artículo 27 prohibía a las iglesias adquirir, poseer o administrar bienes raíces o capitales impuestos sobre ellos.
 Una etapa representativa de la intervención de la Iglesia católica en la política nacional, fue la que se dio durante el gobierno del general Calles.
El episcopado mexicano  publicó la pastoral en la que desconocían la Constitución de 1917 y llamaban a sus feligreses a combatirla (El Universal, febrero de 1916 y agosto de 1926), y otra dada a conocer en el mismo periódico el 25 de julio de 1926, suspendiendo los cultos católicos en toda la República, con la obvia intención de lograr el descontento y sublevación de sus feligreses.
Al no obtener el éxito deseado, pues la mayor parte de los mexicanos somos partidarios de mantener a las iglesias y al Estado por caminos diversos, el Clero continuó intrigando en el extranjero con la intención de derribar al gobierno. También consideró que el Clero católico norteamericano era tan influyente y poderoso que podría lograr que el gobierno norteamericano interviniera. Para ello acudieron a los cardenales James A. Flaherty, ex caballero de Colón en Filadelfia, Mundelein de Chicago y Hayes de Nueva York, para que ellos elaboraran una protesta ante el Departamento de Estado porque se negaba a retirar el reconocimiento al gobierno mexicano a pesar de su inminente “rusianización”, ya que la filosofía “soviet” dominaba a los poderes militares de México. Consideraron asimismo que se trataba de un gobierno militar comunista.
La propaganda contra México realizada por el clero en los Estados Unidos, tuvo como punto principal el pretendido comunismo y así se presentó al gobierno mexicano como propagador del bolcheviquismo en el Nuevo Mundo, opresor del catolicismo y encargado de sovietizar a la América Central y a la del Sur. El 25 de noviembre de 1926, durante la misa que ofició en Washington el obispo W. Haffey, dijo que la realidad en México era una lucha entre el ideal bolcheviquista y el ideal americano. Como se puede ver la acción de Sandoval, es la misma determinación para operar políticamente a niveles que trascienden las fronteras nacionales para fijar y defender sus posturas e intereses relacionados con los asuntos terrenales. Es uno más de sus intentos por involucrar a un gobierno extranjero en asuntos que corresponden exclusivamente a la voluntad y decisión de los mexicanos, Y es una invitación para violar una vez más la soberanía nacional.
El conocimiento del origen del estado laico en el que nos desenvolvemos evitaría posturas como las de los diputados poblanos que pretenden inscribir con letras de oro el nombre de un beato y obispo en los muros del Congreso del Estado. Y opiniones como la del arzobispo de Puebla que considera que “No pasa nada”, viola la Constitución y eso parece no importarle a nadie. Le sugiero al arzobispo que se lleve el  busto de Benito Juárez, que parece que no quieren en casa Aguayo, y que le haga un nicho en la Catedral; total, “no pasa nada”.
También resultan fuera de lugar opiniones como la de Pedro Ángel Palou, que puso un twiter diciéndole a Mario Riestra, que ya no se puede hablar de Palafox y Mendoza, porque se les acusa de alterar el Estado laico. No se confunda ex rector de la UDLAP, el derecho a profesar cualquier creencia religiosa está garantizado por la Constitución, así como el derecho de libre expresión, pero eso es muy diferente a no respetar lo establecido en nuestra Carta Magna. Aunque los gobiernos de derecha han manifestado su interés en que estas conductas permanezcan impunes, para desgaste y descrédito de sus administraciones.
*Documentos y mayor información en Espionaje y Contraespionaje en México, de mi autoría publicado por la BUAP.

martes, 26 de julio de 2011

Elba Esther, el hada de Moreno Valle

Por Alejandro C. Manjarrez
“Ya rugiste leona”, sería el epígrafe de esta la nueva etapa de los políticos elbistas, los mismos que tendrán en la mente los siguientes pensamientos: “que conste tu mala fama Maestra, misma que has ganado con el sudor de tu frente y de tu pecho y de tu espalda y de tu mente perversa y de tu ingenio y de todo aquello que te ha llevado a ocupar el poder más espectacular del Estado mexicano”.
Pero lo piensan nada más. Es obvio que nunca se lo dirán debido al temor que despierta la mejor amiga o la peor de las enemigas, depende cómo les vaya a esos sus hombres públicos en lo que es la feria de las vanidades, los elogios y las genuflexiones. Ninguno de ellos lanzará la primera piedra. Si acaso habrá quienes una vez masacrados por las palabras de Elba Esther, tengan que defenderse para medio quitarse algunos pedazos de excremento. Miguel Ángel Yunes, por ejemplo. O el inefable Jorge Castañeda cuyo valor lo llevó a criticarla defendiéndola; es decir, a usar el juego semántico que valida aquello de que el miedo no anda en burros.
¿Qué hará Rafael Moreno Valle Rosas, quien después de Felipe Calderón es sin duda el más conspicuo de los beneficiarios del poder que ejerce la señora Gordillo?
Callará y apechugará como los machos. Y de paso encenderá sendos lirios pascuales al santo de su devoción (si lo tiene, y ojalá que sea el Señor de las Maravillas) o, como plan B, le pedirá a su chamán preferido que le haga varios trabajitos para que lo libre de la mala influencia social que proyecta la sempiterna líder magisterial. Al mismo tiempo tendría que ordenar tajante a sus asesores que ya no la caguen (perdón el término, pero es el más adecuado) como lo hicieron con el caso del niño Oswaldo Zamora, cuyas extremidades fueron cotizadas al precio equivalente a 600 bolsitas de comida chatarra. Y todo por la parquedad de la información inicial que embarcó al elegante titular del poder Ejecutivo.
Esa prudencia política obligada me lleva a pensar en las diferencias generacionales a través de contrastar al gobernante con el intelectual. Vea usted:
Moreno Valle carece del sustento cultural que distingue al literato y escritor Carlos Fuentes, uno de los ex amigos de la dama en cuestión. Intuyo que por la fama pública internacional que le adorna, Fuentes se dio el lujo de pintar su raya. Lo hizo meses después de que el SNTE le publicó un libro (Por un progreso incluyente), obra que prologó Elba Esther Gordillo Morales. Entre las líneas que escribió la profesora, hay algunas frases rescatables; a saber:
El libro de “Carlos Fuentes, de ninguna manera (es) el primero en que aborda de una manera global el problema de la educación y progreso, relación que en este fin de siglo (1997), en este fin de milenio, se ha tornado indispensable”. Enseguida Gordillo cita al autor y dice: “agrega el maestro Fuentes que la educación y el magisterio serían el presagio de la noche eterna o el eterno amanecer del país”.
Dándole la vuelta a estas palabras y una vez visto de qué lado masca la iguana, mordidas que han lesionado la presencia pública de la líder nacional, ahora podemos decir que la doña representa el presagio de la noche eterna para aquellos que han crecido bajo su manto protector, Rafael entre ellos.
La razón de esta verdad de Perogrullo, está en la fama mediática de la madrina que dejó de ser hada para convertirse, diría Yunes, en la bruja de la película que estamos viendo. Y vaya que ella lo sabe y lo machaca y pone el dedo en la llaga y “besa” a quien en su entrevista con El País (24. 07. 11), decidió clavarle una daga en el trasero después, claro, de flagelarse como víctima del machismo mexicano: “Que si digo que este país necesita ahora de un gran pacto y que el candidato que más me gusta es Marcelo Ebrard –disparó a mansalva–, tal vez pueda estar perjudicando al señor. Eso es duro. No soy cínica. Lo sé. Sé de mi mala fama… Pero lo crean o no, mi causa es México”.
Marcelo salió a la palestra para decir que jamás aceptaría el apoyo de la maestra Gordillo, algo que nunca dirá Rafael Moreno Valle Rosas por dos simples razones: el gobernador poblano sí cree que aún hay una hada dentro de su protectora, y difícilmente traicionará a quien lo arropó, impulsó, protegió y todavía tiene en sus manos el porvenir político de éste que es el pupilo más exitoso.
Pero ¿por cuánto tiempo más seguirá vivo el poder de la Maestra?, preguntan sus enemigos. La respuesta sería: gracias a la medicina moderna que funciona a la perfección cuando abunda el dinero, el tiempo suficiente para que Moreno Valle brille con luz propia sin ofender el orgullo de su protectora. Sin embargo, mientras son peras o manzanas, en el cuarto de guerra morenovallista, debe estar preparándose ya el Plan B. ¿Cuál? Pronto lo sabremos. Bueno, siempre y cuando no estalle otro “petardo”.
Twitter: @replicaalex

domingo, 24 de julio de 2011

Rivera, el alcalde chambón

Por Alejandro C. Manjarrez
Cuando escuché a Eduardo Rivera Pérez, entonces presidente municipal electo, creí que Puebla tendría a un alcalde de buen nivel. Pero después de lo que ha hecho siento decir que el cargo le ha quedado grande, inmenso.
Uno de los errores de Blanca Alcalá fue dar a su gestión la espectacularidad semántica poniéndole nombres rimbombantes a las acciones modestas u obligadas por la lógica de gobierno. De ahí que Puebla Capital se llenara de propaganda que exageraba los actos de la presidenta como si éstos fuesen algo extraordinario tanto por su inversión como por su impacto social.
Bueno, pues resulta que los genios que rodean a Eduardo Rivera han ideado anuncios, boletines y “noticias” con la intención de superar al ayuntamiento anterior en lo que podríamos llamar el bluff burocrático. Exacerban la información tratando de que su alcalde gane los espacios mediáticos. Se valen de balandronadas para distraer a los ciudadanos a fin de que no reclamen la falta de acciones cuyos efectos sociales deben ser de trascendencia porque responden a las demandas de la sociedad no así a las estrategias de marketing.
El bacheo, por ejemplo, ha sido promocionado como si cada hoyo tapado fuese un acto extraordinario que impedirá la salida del espanto que habita en el inframundo. Y no lo es porque en cualquier ciudad existe presupuesto y brigadas que de manera permanente desarrollan ese tipo de trabajo. Más en la capital poblana donde el pavimento es digamos que un mal de origen, herencia de las empresas que nacieron cuando la derecha empezó a negociar su silencio vendiéndoselo a los priistas que se robaron hasta el mecate.
Gobernar bien es, pues, una obligación no un acto de gracia. Negociar con los regidores que representan a los grupos políticos, debe ser la condición que distinga al edil del municipio, el que sea. Si éste no ejerce el poder autónomo que le fue conferido, atenta contra el mandato constitucional que protestó cumplir y hacer cumplir; es decir, transgrede la máxima Ley y por ende se ubica en el espacio de los delincuentes. Peor aun si para gobernar tiene que pedir permiso o ayuda a sus superiores, actitud propia de las personas no aptas para cumplir con el encargo del pueblo.
A cuatro meses y días de haber llegado al gobierno municipal, a Eduardo Rivera todavía no se le nota la capacidad que presumieron sus panegiristas. ¿Falta de dinero? Tal vez. ¿Exceso de deudas legadas por la que se fue? Puede ser. ¿Ausencia de coraje? Quizás. ¿Mediocridad disfrazada de solvencia intelectual? Ojalá que no por su bien y por el prestigio del partido que lo postuló. ¿Pago de compromisos de campaña? Dios nos libre aunque el Yunque lo premie.
Mientras Eduardo define si el electorado falló o acertó, es probable que sigamos escuchando la propaganda tradicional que por falta de talento ha sido diseñada conforme a la tradición: que la intensidad en el bacheo, que las luminarias repuestas, que las acciones en beneficio de la juventud, que la tecnología puesta al alcance de los gobernados, que la transparencia en las acciones de la Comuna, que los apoyos extranjeros, en fin, el bluff.
El otro asunto que va de la mano con el estilo del primer regidor y sus acompañantes, es la información que engendra las actividades del Ayuntamiento. La imagino como un alud de propaganda cibernética cuyos efectos resultan contraproducentes. Esto porque semejante abundancia produce algo que podríamos definir como una indigestión mental provocada por el exceso de bazofia tipo chatarra. Y que con sólo verla ya no se consume.
En fin, aún es tiempo para que el maestro Eduardo Rivera redefina las políticas públicas de gobierno. Que pase de la teoría a la práctica. Que hable claro. Que dé la cara. Que castigue a los ineptos que lo han embarcado diciéndole que él será el próximo gobernador. Que salve la fama de su partido. Que rescate la confianza de los panistas que con su voto lo llevaron a la candidatura. Que convenza al Tigre de la derrota que le infringió. Que ponga orden en su entorno personal. Que actúe como gobernante y no como subordinado.
¿Podrá?
Ojalá que sí para que se quite lo de alcalde chambón.
Twitter: @replicaalex

viernes, 22 de julio de 2011

Mario Riestra, el fotogénico

Por Alejandro C. Manjarrez
Puebla ha tenido y tiene funcionarios de todo tipo, desde el que piensa cómo hacer negocios con el cargo, hasta el que quiere conservar o ganarse la simpatía de los poblanos. Es parte del ejercicio del poder a veces invadido por personajes nada gratos para la función pública.
Tenemos así que hay burócratas que se dejaron o dejan llevar por las pasiones, las que sean, incluidas las sexuales en sus distintas manifestaciones. También hay delincuentes cuya actividad suele ser tolerada por diversas razones o componendas de carácter político. Y aunque en menor número, existen hombres y mujeres responsables cuya misión personal es servir a los gobernados, claro siempre y cuando se los permita su jefe, el que sea.
Abundaré en este último punto ya que entre los compromisos éticos y profesionales del periodista, está el reconocer a las personas que trabajaron apegándose a la integridad que obliga el formar parte de la función pública. Es el caso de Mario Riestra Venegas, un hombre reconocido y homenajeado el pasado martes en el Pleno del Congreso local, gracias a sus merecimientos personales y públicos.
Aclaro al lector que el criterio del columnista no es nuevo ni motivado por aquello que el pueblo define en uno de sus dichos: “Cásate para que se conozcan tus defectos. Muérete para que se sepan tus virtudes”. No. En varias de las columnas publicadas durante la década de los 90, escribí sobre el trabajo de Mario Riestra, a quien conocí por sus declaraciones y actividades oficiales. Primero como secretario de Economía de Manuel Bartlett, y después, cuando coincidimos en algunas actividades profesionales, como un amigo siempre dispuesto a informar e incluso participar en aquello que beneficiara a Puebla, ya sea en la recuperación de su historia o bien en el impulso de la cultura.
Alguna vez le endilgué el mote de “monagrillo” debido a que unió a su amigo, el arzobispo Rosendo Huesca, con su jefe, el entonces gobernador Manuel Bartlett. Intuyo que esa reunión produjo chispas con olor a incienso y azufre. Y que en ella Mario, Rosendo y Manuel pactaron lo que fue un acto casi político: la primera comunión de dos de sus hijos (hoy en el poder), ceremonia en la cual Bartlett fue padrino, Rosendo el sacerdote oficiante y, obvio, la Catedral de Puebla la sede.
La mención de monagrillo le cayó bien a Mario. Tanto así que se ofreció para organizar la presentación de mi libro Crónicas sin Censura, obra que agrupa alrededor de 500 columnas compiladas en dos tomos. Me impresionó su capacidad y nivel de convocatoria, hecho que dio lustre al acto que a priori pensé que sería igual de deslucido que las presentaciones de libros cuyo autor es un ilustre desconocido.
Aquella aventura se tradujo en una buena amistad con resultados tan sorpresivos como cuando me llamó por teléfono para invitarme a su casa: “Es una cena con intelectuales y el gobernador”, me dijo. Le respondí que como yo no tenía nada de intelectual me iba a sentir desubicado. Insistió y allá fui para sorprenderme de su calidad de anfitrión. Llegué solo porque se me había informado que en esa ocasión las esposas no estarían presentes.
Una vez en la casa de los Riestra vi que la invitación tenía su dosis de maña ya que el otro de los dos únicos “solteros” era José Doger Corte, a la sazón rector de la BUAP e invitado consuetudinario de mi columna. Me cayó el veinte al recordar el reclamo de Bartlett: “Oiga –me dijo en alguna ocasión–, qué le hizo Doger porque cada vez que puede le da de coscorrones en su columna”. Y entendí la intención que iba muy de acuerdo con otro de los comentarios de don Manuel: “Haré de la Universidad Autónoma de Puebla, una de las mejores de México, y su rector ya se adicionó a mi proyecto” (el Fénix).
En el gobierno de Melquiades Morales Flores vi a Mario sufrir con las grillas que abundaban gracias al carácter campechano del mandatario. Riestra resistió los embates sin perder la figura ni su amigable sonrisa. No obstante los desajustes y rivalidades dentro del gabinete melquiadista, ya como coordinador de asesores, Mario concluyó con más amigos que los que tenía al iniciar aquel sexenio.  En ese tráfago de insidias y grillas se hizo amigo de Rafael Moreno Valle Rosas, su compañero de gabinete, amistad que perduró a pesar de las variables políticas que el lector conoce bien.
En otra de sus facetas, Riestra la hizo de mecenas de dos que tres historiadores (Ramón Sánchez Flores, uno de ellos), siempre interesado en rescatar la herencia de Puebla y ayudar a quienes tenían la misma intención. Fue, además, un apasionado de la vida de Juan de Palafox y Mendoza, precisamente. E hizo y recopiló trabajos sobre el hoy beato, escritos que algún día su familia o el gobierno tendrá que publicar.
Este es un breve y burdo trazo sobre la personalidad y talante de Mario Riestra Venegas, cuyas actitudes, si se vale la figura, quedaron plasmadas en los cientos de fotos donde apareció acompañado de sus amigos: él siempre sonriente, y ellos con expresiones de felicidad y satisfacción fraternales. Por eso lo definí en otra columna como “Riestra el fotogénico”. Y vaya que lo fue y así quedó en el álbum de imágenes que seguramente permanece en las mentes de sus amigos.
¡Vaya reto para su hijo, el diputado!
Twitter: @replicaalex

miércoles, 20 de julio de 2011

Menosprecio al periodismo poblano

Por Alejandro C. Manjarrez
Hubo una vez en Puebla un alcalde cuyo jefe de prensa decidió hacerlo invulnerable a la crítica. “Que te madreen hasta que se cansen –le dijo el comunicador a su jefe–. Te haré el presidente municipal más fuerte del país y después serás gobernador”.
A un año de aquella digamos que estrategia chabacana, el munícipe de marras empezó a resentir los efectos de tantos y tan frecuentes golpes mediáticos. “¡Oye Miguel, me siguen madreando y según veo no dejarán de hacerlo! ¡Qué onda güey!”, exclamó y al mismo tiempo reclamó Victoriano Álvarez García. La respuesta que escuchó le hizo considerar la posibilidad de que terminando el periodo para el que había sido electo, tendría que dedicarse a otra cosa que no fuera la política.
Miguel le dijo que los “chicos de la prensa” lo estaban golpeando porque no les soltaba la lana y además porque no fluía la propaganda institucional. “Son voraces e insaciables”, argumentó para defender su “estrategia”. Lo curioso de esa definición es que la aplicó mal porque la voracidad y avaricia era el sello de la administración municipal. Todos sus integrantes de primer nivel concluyeron el trienio con reservas económicas suficientes como para invertirlas en inmuebles turísticos, allá en las zonas de desarrollo. Sobra decir que el Vitín, como lo motearon sus allegados, se fue de Puebla para nunca más regresar. Sucedió hace tres décadas.
Sirva esta breve historia como marco de lo que podría estar ocurriendo tanto en el ámbito del mandatario estatal como en el entorno del primer regidor del H. Ayuntamiento de Puebla. En ambos casos debido a que la prensa está siendo vista con el criterio que he referido. Da la impresión que por ahí en alguna oficina pública medra agazapado un pequeño e influyente Napoleón que piensa lo peor de los periodistas o, igual que Miguel, que supone que “son voraces e insaciables”. Podría ser, por qué no, que el comunicador o quien sea utilice su derecho de picaporte o la facilidad, cercanía y confianza para influenciar al alcalde o al gobernador y, depende de quién se trate, aconsejarle que resista hasta que la prensa crítica se extinga. Todo es posible en nuestra época de modernidad y ambiciones políticas desfasadas; inclusive que los políticos en el poder concluyan su mandato más desprestigiados que la maestra Elba Esther Gordillo.
Ante ese probable escenario se vería muy mal que los periodistas soslayáramos los errores y las fallas de cada uno de los gobiernos, el estatal y el municipal. En el primer caso porque está más que claro que la prensa local no les merece consideración alguna. Y en el segundo debido a que el responsable del área aún no entiende que sólo son tres los años de poder, lapso que se reduce día con día. A dos años y medio del final la imagen del alcalde sigue en declive.
Dicho lo anterior tengo que preguntar:
¿De dónde vendrá esa absurda política de comunicación? ¿Acaso se deriva del rencor a los periodistas o del odio a la libertad de expresión? (no me refiero a la comodina que ponderan los comunicadores auto-inventados, sino la que dignifica a la prensa) ¿Formará parte del menosprecio al efecto y trascendencia de la letra impresa? ¿Será por alergia a los libros, revistas y periódicos llenos de caracteres y frases ajenas a las fórmulas tecnocráticas?
No sé las respuestas ni me atrevo a adivinar cuáles podrían ser las causas de las peregrinas políticas de comunicación. Lo que salta a la vista es que ni Goebbels (el tipejo que dijo que una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad) las hubiera avalado.
Respetado lector: pareciera que conforme pasa el tiempo el periodismo escrito de Puebla se acerca a la adopción del epígrafe que encabezó el último editorial del periódico italiano La Gacetta del Popolo: “Cada diario que muere es como si muriera una parte de nuestra libertad… ¡Un robo a la opinión pública!”
En fin, lo peor por dramático y contrastante con el periodismo ético, es que haya –parafraseo a Norbert Wiener– personas que tomaron la comunicación como profesión, sin tener nada que comunicar. Me refiero a quienes la hacen de cajas de resonancia repitiendo lo que les ordenan decir, ya sea porque les pagan por hacerlo o bien porque venden la presencia pública que obtuvieron gracias al medio electrónico que les abrió los micrófonos. Mal para ellos y los concesionarios porque el público, su público, percibe la intención.
Concluyo esta entrega resumiendo varios de los pensamientos que forman parte de la herencia de comunicadores, periodistas, medios electrónicos y prensa escrita: la opinión pública domina, pero no gobierna. Y al gobierno no le conviene oprimir o tratar de manipular a la opinión pública, menos aún robarle lo que ha costado muchas vidas y mucho tiempo: la libertad de expresión.
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domingo, 17 de julio de 2011

Moreno Valle, “mentiroso y mafioso”

Manola Álvarez Sepúlveda
Rafael Moreno Valle es un aprendiz de dictadorzuelo, pues está siguiendo la misma escuela del ex presidente Gustavo  Díaz Ordaz; todo lo resuelve reprimiendo. Eso dijo Andrés Manuel López Obrador en Atlixco el jueves 14. Se refirió expresamente a los actos de represión en contra de sindicatos y comerciantes, lo que consideró que ha provocado la decepción de los habitantes del estado, en los que generó falsas expectativas de cambio. Señaló asimismo que el único cambio que tendrá la entidad será el mote del mandatario local, pues ahora en lugar de tener un “gober precioso”, tiene un “gober mentiroso y mafioso”.
Además aseveró que Elba Esther Gordillo fue quien impuso al gobernador, porque es igual que ellos: compran los votos y trafican con la pobreza de la gente; entregan despensas y material de construcción y han utilizado los programas del gobierno federal para pedir el voto. También soltó que Gordillo orquestó un fraude electoral junto con el partido Acción Nacional durante la elección local del 2010 para imponer a Moreno Valle al frente del poder Ejecutivo.
Ante esta serie de descalificaciones, los poblanos esperábamos que el gobernador contestara algo así como: Miente López Obrador, yo no pretendo ser un dictador. Respeto profundamente a los ciudadanos poblanos a quienes considero dignos y capaces para ocupar cargos públicos de primer nivel. La profesora Elba Esther Gordillo no celebró conmigo ningún pacto, como lo hizo con Calderón y Yunes. No le ofrecí puestos en la administración pública a cambio de ayuda electoral. El Congreso del Estado, es un poder autónomo al que envío iniciativas de ley, sin ninguna línea o presión para que se aprueben. El poder judicial se rige también con autonomía y no intervengo en el nombramiento de los magistrados o jueces. Se envían ternas al Congreso que las estudia y evalúa de acuerdo a sus capacidades profesionales. No intervengo en los sindicatos, ni mando reprimir a los comerciantes. Tengo un gran respeto y consideración por los periodistas, a quien doy todas las facilidades para que realicen su trabajo de informar a la sociedad.  Entiendo que soy un servidor público y que tengo que cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen.
Pero no, en lugar de eso se emitió un boletín acusando a López Obrador de ser un líder mesiánico, que pretende desestabilizar el Estado. Con este calificativo al que le falto “Y es un peligro para México”, se pretendió desvirtuar las acusaciones lanzadas por el Peje.
El despido masivo de los poblanos de la administración pública que colaboraron con la administración anterior, y su reemplazo por burócratas venidos de otros estados, sin tener mejor capacitación, ha despertado un gran resentimiento dentro de nuestra entidad. En las redes sociales corren las opiniones sobre cómo es posible que nos dejemos que otros disfruten del dinero que nos corresponde, que se les renten casas  en fraccionamientos de primera a un costo muy elevado, se les paguen sueldos elevados y toda clase de prestaciones solo porque no son poblanos a los que se desprecia y se les considera indios con taparrabos.
El Congreso del Estado da lástima al ver que sólo están para ipso facto aprobar las iniciativas del Ejecutivo, sin importar lo absurdas que éstas sean. La última que está en discusión en comisiones, es inscribir con letras de oro el nombre del beato Juan de Palafox y Mendoza. Esta transgresión a la Constitución y al estado laico, no mereció la reprobación de los diputados priistas, cuya declaración de principios se basa en el contenido de nuestra Máxima Ley.  Es una afrenta ponerlo junto a los Constituyentes de 1917 como Froylan C. Manjarrez y Gilberto Bosques, o liberales como Vicente Lombardo Toledano y otros verdaderos patriotas. Cuando se colocó el nombre de Gilberto Bosques en el muro del Congreso, éste aún vivía y asistió a la ceremonia. Por casualidad su nombre estaría junto al de Maximino Ávila Camacho quien quiso matarlo. Pero conociendo la indignación que le causaría, se cambiaron nombres de lugar evitando que al sentirse ofendido el humanista se ausentara de la ceremonia. Si se impone el deseo de Mario Riestra consistente en homenajear a su padre a través de Palafox, más valdría que quitaran de los muros a los destacados liberales.
Los nombramientos de los nuevos magistrados que quedarán en lugar de los obligados a jubilarse, demuestran un pago de facturas a los ex gobernadores priistas, Mariano Piña Olaya y Melquiades Morales Flores. ¿Otros pactos electorales? ¿Qué dirán los panistas?
Se nota que la lucha contra del Sindicato Único de Bachilleres de Puebla, está dirigida desde el gobierno: así lo demuestra el cambio de los 71 directores de los planteles, por personal que fue capacitado con un curso de 3 días en un hotel de Puebla y que se ha señalado que tienen nexos con el PAN y con el SNTE.
Los problemas con los concesionarios de mototaxis, con los vendedores de la 46, con los defraudados de Sitma, con los trabajadores agrícolas, etcétera, etcétera, parecen darle la razón a López Obrador. Así que si no quiere pasar a la historia como “El gober mentiroso y mafioso”, Rafael Moreno Valle debe dejar de lado las aspiraciones presidenciales y dedicarse a resolver los problemas del estado que gobierna; hacerlo con sensibilidad y sin soberbia ni menosprecio hacia sus paisanos y con verdadero respeto a las leyes. Deseo sinceramente que así suceda.

La vergüenza de la Puebla laica

Por Alejandro C. Manjarrez
Ahora resulta que tenemos un Congreso local enfermizo, hosco y además tiranizado por “papá gobierno”. Un símil orgánico de la obra de Kafka. Un ente dispuesto a sufrir la metamorfosis más dolorosa y ofensiva que haya resistido alguno de los poderes de nuestro Estado laico. Esto porque varios de sus integrantes, los que manejan al bien nutrido rebaño, quieren recular al siglo XVII valiéndose del nombre de Juan de Palafox y Mendoza.
La semana pasada sorprendió que una de las fracciones parlamentarias propusiera inscribir con letras de oro en los muros del Congreso local el nombre del Beato. Lo peor es que otras se lo aplaudieron. Parecía una broma de mal gusto. Pero no, fue en serio.
Cual milagro mediático, las redes sociales atrajeron el tema para sin que hubiera un plan preconcebido realizar una especie de encuesta no favorable a los “conscriptos” de este raigón de la Patria. Se manifestaron diversos criterios, unos de chunga y otros de indignación ante la ignorancia casi supina (soy benévolo) de los diputados que se metamorfosearon.
La sorpresiva acción me obligó a releer la biografía del obispo de Puebla y virrey de la Nueva España. Quise encontrar algún mérito que pudiera haber confundido a quien hizo la propuesta referida. Algo digamos que cívico porque rompió con los cánones sagrados para impulsar lo que tres siglos después definió a la República. Nada. Me quedé sin elementos que justificaran la absurda propuesta. Pero por ventura volví a nutrir mi admiración por don Juan que, de vivir, sin duda habría enviado al poder Legislativo una senda carta (era su costumbre) con la cual intentaría impedir que se perpetrara ese gran absurdo que por el momento reposa en Comisiones.
Imaginemos, pues, algunas líneas dedicadas a los legisladores, mismas que él escribió al comandante jesuita en su célebre disputa epistolar, palabras con las cuales, creo, intentaría convencer al o los de la menuda idea para que se retractasen:
“Que cartas no han esparcido por el mundo contra mí? ¿Qué sátiras, que relaciones siniestras no han publicado, pintándome feo, vicioso, ambicioso y cruel, sólo porque defiendo el dote de mi esposa (la Iglesia) en los diezmos y mi báculo y mitra en la jurisdicción, y procuro la seguridad de conciencia en las almas de mi cargo, con la válida administración del santo sacramento de la penitencia, medio necesario para conseguir la eterna vida?”
“No. No es poder… al que no le contiene la razón; no es poder el que rompiendo los términos del derecho, asalta las leyes… ¡Ay del poder que no se contiene en lo razonable y justo! ¡Ay del poder que a fuerza de jurisdicción, quiere también ejercitarlo dentro de los sacramentos! ¡Ay del poder que no basta del poder del Rey… para humillar a ese poder. Este que parece poder, es ruina de sí mismo porque cuando parece que todo lo pisa y atropella, es pisado y atropellado de su misma miseria y poder. Es potencia impotentísima, cuya mayor fuerza es su propia perdición”.  
Con estas palabras de su extensa respuesta, Palafox se defendió de las ofensas que le administrara el padre Andrés de Rada, Provincial de la Compañía de Jesús. Uno firmó el anatema contra el otro y el otro también excomulgó a su rival. La razón: el manejo discrecional que hicieron los jesuitas de los diezmos y el culto (cobro de indulgencias y oficios) que por decreto le correspondía controlar y autorizar a la Iglesia española.
Bueno, como el espacio no da mas que para concluir esta entrega, procedo a exhortar a los diputados de la actual Legislatura, a que lean y profundicen en la biografía de Juan de Palafox y Mendoza. Ello después, obvio, de estudiar a fondo las Constituciones de México y de Puebla. Si lo hicieran y continuasen en su peregrino empeño que ofende la memoria de Palafox y de nuestros ilustres civiles, muchos de los cuales fueron precursores del Estado laico, entonces que se dispongan a sufrir la metamorfosis que en este caso funcionaría como un acto de justicia, no la divina sino la del hombre: se convertirán en la vergüenza de la Puebla laica.
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jueves, 14 de julio de 2011

Moreno Valle, ¿góber mafioso?

Por Alejandro C. Manjarrez
¿Usted qué cree? El gobernador Rafael Moreno Valle tomó con sentido lúdico las referencias que en su contra hizo López Obrador, o de plano se enojó al grado de la histeria.
Si tomáramos como referencia el comunicado donde el Gobierno poblano responde al Peje tildándolo de mesiánico, tendríamos que suponer que el mandatario se enfureció, no tanto por la comparación con Gustavo Díaz Ordaz, sino por la definición de “aprendiz de dictadorzuelo”, frase ésta adicionada con lo de “góber mafioso”.
Ahora bien, si consideramos que por su origen panista o antiperredista varios de sus asesores sienten animadversión por el tabasqueño, habría que darle a Rafael Moreno Valle Rosas el beneficio de la duda y desechar aquello de que se molestó pero, al mismo tiempo, suponer que alguien de su equipo lo embarcó. E incluso pensar en que sonrió al escuchar los informes sobre lo que había ocurrido en Atlíxco, la tierra de su abuelo y además sede histórica de rivalidades sangrientas.
No obstante cualquiera de las dos posibilidades, nuestro mandatario sale perdiendo debido a que su gobierno respondió a la provocación o, si pensamos con cierta malicia, tuvo a bien sudar las calenturas ajenas.
¿Entonces cuál debió haber sido la respuesta?, preguntará el inquisitivo lector. El silencio que al respecto adoptó el presidente Felipe Calderón, el político más vapuleado por la flageladora lengua de López Obrador.
El problema para adoptar ese conveniente mutismo, está en que Moreno Valle no tiene partido ni legisladores que lo defiendan y menos aun correligionarios que se rasguen las vestiduras por él. Tal vez haya dos que tres panistas calificados para hacerlo, sin embargo, al parecer, ninguno de ellos con el compromiso, deseo o ganas de arrogarse el papel de digamos que contestatario.
Lo expuesto me lleva a compartir con usted mi punto de vista, posiblemente equivocado si partimos de que soy un simple columnista, colaborador de varios espacios cuyo impacto mediático está siendo medido por los sesudos asesores del gobierno poblano:
A quienes gobiernan les está prohibido responder a las alusiones personales. Si lo hacen, cualquier cosa que digan promueve a sus enemigos, rivales o adversarios. Una vez en el cargo público, por salud republicana deben abandonar las actitudes propias de las campañas proselitistas. Y ejercer la honrosa titularidad del poder Ejecutivo dedicándose en cuerpo y alma a servir a todos los ciudadanos, sean éstos del partido que fueren. Para ello resultaron electos por el pueblo.
¡Pero es que Moreno Valle no tiene atole en las venas!, dirán a manera de protesta quienes lo conocen de cerquita. Pues sí –les respondería cualquiera que tenga un adarme de inteligencia–, pero hay que combatir esa densidad circulatoria con la “aspirina” diaria que en este caso equivale a la experiencia de ideólogos y políticos tan citados como Jesús Reyes Heroles y Carlos Castillo Peraza, por ejemplo. He aquí dos frases, una de cada cual, legado que debe “tomarse” todos los días, antes de desayunar:
Reyes Heroles: “La política demanda pasión pero, a la par, mesura, sosiego interno y dominio de sí mismo para no intentar dominar a otro u otros.”
Castillo Peraza: “La política no es una lucha de ángeles contra demonios, sino que debe partir del fundamento que nuestro adversario político es un ser humano”.
Una vez consideradas y aprendidas las experiencias de quienes pasaron a la historia por su sabiduría, inteligencia y visión de estadista, entonces sí hablar de capacidad de diálogo sin que ese tipo de declaraciones se atoren en el cogote.
¿Y de qué se trata lo que pomposamente llaman capacidad de diálogo? Vaya otra cita pero ahora de una mujer.
María Dapello de Verteréis, una estudiosa del tema nos los aclara:
“El diálogo planteado de modo constructivo, ya sea porque poseemos las habilidades o porque nos hemos propuesto lograrlas, es en sí una virtud moral. A partir de su práctica equilibrada y constante aprenderemos a utilizarlo y si lo aplicamos de manera positiva nos ayudará en la resolución de conflictos y contribuirá al mejoramiento de las relaciones interpersonales”.
Eso dice doña María Dapello. Ahora habrá que preguntarle al diputado José Juan Espinosa, si él y sus antagónicos ideológicos y personales estarían dispuestos a dialogar en los términos morales que esboza la argentina, empezando desde luego por el arte de saber escuchar. Bueno, esto siempre y cuando no le quiten el fuero como intentaron hacerlo con López Obrador.
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martes, 12 de julio de 2011

Giros negros, vida turbia

Por Alejandro C. Manjarrez
Recuerdo cuando Eduardo Rivera Pérez llegó a mi casa acompañado con su esposa y pequeño hijo. Fue invitado por Francisco Fraile García a la comida plural que organicé para juntar a los candidatos del PRI y del PAN que por aquellos días contendían por la diputación federal.
El entonces joven recién llegado a Puebla, mostraba una sincera sonrisa de satisfacción y candor. Se le veía feliz pues. Estoy seguro que dado su origen natal no le pasaba por la cabeza lo que el tiempo, el cambio generacional y la suerte le pondrían en bandeja de plata: una buena carrera partidista incluida la dirigencia estatal, la diputación local y desde luego la presidencia municipal de Puebla.
Han pasado poco más de veinte años y Rivera sigue igual de sonriente e igual de cándido (lo de suertudo habremos de saberlo después). La diferencia está en su ostensible desconfianza, estado de ánimo que entre otras razones se lo debe al estilo de su jefe, el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas. Da la impresión que teme que éste lo regañe por no “agarrar la onda”. De ahí que se le note el sufrimiento cuando siente su mirada y escucha sus quejas, gritos u opiniones sobre lo que pasa o deja de ocurrir en la capital del estado que gobierna. Diría Ana Teresa Aranda: a Lalo le tiemblan las corvas nada más de ver a Rafita. Tal vez por ello, lo que Rivera habla y declara lo hace pensando en quedar bien con el titular del poder Ejecutivo. Esa parece ser su pesadilla cotidiana y, por qué no, el lastre del ayuntamiento que encabeza.
¿Qué le habrá dicho o reclamado Moreno Valle cuando se enteró de que Blanca había cooptado al presidente municipal electo autorizándole dinero para sus gastos y entregándole un vehículo para su esposa?
Me reservo lo que supongo espetó el mandatario ya que podría resultar ofensivo a los castos oídos de los virtuosos panistas. Pero es obvio que le dijo cosas que alteraron el estado de ánimo y vulneraron el ego de Rivera, en esos días insuflado por las felicitaciones y elogios vertidos durante las primeras semanas del mandato constitucional.
Conforme pase el tiempo, es de esperar que esa relación político-jerárquica se torne aún más complicada e incluso peligrosa para el munícipe, circunstancia que me lleva a pensar en lo que podría ocurrir si Rafael pide datos y cifras sobre los giros negros, fuente nutricional de la “caja chica” de la cual salen los dineros no documentables. De acuerdo con lo que publicó el periódico digital Acento 21, en los tiempos de Blanca Alcalá, cada semana se recaudaban alrededor de un millón de pesos. Y eso que el reportaje fue conservador.
Ahora bien, según el llamémosle consenso histórico de la convenenciera y tortuosa relación entre el ayuntamiento y los giros negros, dicha costumbre prevalecerá por varias razones: la tradicional corrupción que fomentan los inspectores y aceptan los propietarios; el interés de éstos en multiplicar sus ganancias aumentando el tiempo de servicio al cliente a veces sometido a la ingesta de bebidas alcohólicas adulteradas y, también a la oferta de sexo en sus distintas manifestaciones; el ingreso de dinero extra que promueve complicidades y un buen estado de ánimo burocrático; la oportunidad de gratificar o apoyar a los grupos políticos que venden caro su amor; y la disponibilidad de recursos que permiten desde la renovación del closet hasta el cambio del look que obliga, inspira y a la vez ayuda a quienes piensan en la próxima elección.
Y como ese anhelo electoral tiene preocupado al alcalde de Puebla de Zaragoza (no de los ángeles), es de presumir que no habrá ninguna manifestación inteligente y consensuada para convencer al gobernador de que el municipio de Puebla necesita validar lo que hace casi quinientos años impulsó y consolidó como el primer antecedente de la autonomía municipal que nació en el nuevo mundo, en Puebla, precisamente..
¿Qué pasará?
Si las cosas siguen tan igual como antes, el munícipe terminará su gestión como lo hicieron otros presidentes municipales: con un entorno turbio; él desconfiado y hasta regañado por su jefe el gobernador. Espero equivocarme.
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domingo, 10 de julio de 2011

El war room de Moreno Valle

Por Alejandro C. Manjarrez
Nadie me lo dijo pero un pajarito azul reveló que horas después del escándalo Yunes-Elba Esther, se reunió el war room del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas. Asunto: mojar la pólvora de los posibles cohetones o bombas que podrían hacer estallar los medios de comunicación, en especial los interesados en conocer la opinión del mandatario local, uno de los más queridos ahijados de la lideresa del magisterio.
Twitter sirvió para esta acción de entretenimiento o, como lo dijo el colega Alejandro Mondragón, de cortina de humo, fumarolas que –agrego yo– tienen efectos mentalmente tóxicos. Otro, el digamos que fortuito, lo protagonizó el diputado Juan José Espinosa quien, sin darse cuenta, le hizo el caldo gordo a esa estrategia mediática (deberían de darle un premio). Y el tercero, también medido y meditado, consistió en promocionar las actividades del mandatario y de Secretarías como la General de Gobierno, cuyo tema de fin de semana fue la bronca sindical del Colegio de Bachilleres.
No obstante el esfuerzo burocrático y la intensidad con que se llevaron a cabo las confrontaciones en las redes sociales, a mi juicio inútiles por ser una copia de aquellas que se usaron durante la campaña, la pregunta sobre las ligas entre Elba Esther y Rafael, permanecerá pendiendo sobre la cabeza de Moreno Valle como si fuese una versión moderna de la espada de Damocles. Dicho con otras palabras: dado el escándalo nacional, no hay cómo diablos desviar lo que por ética y obligación republicana tendrá que poner en claro el titular del poder Ejecutivo.
Si acaso el lector levantó la ceja con lo de “obligación republicana”, aclaro que la maestra nos metió en ese ámbito desde que confesó que ella y Felipe Calderón organizaron algún segmento de la vida pública de México, a partir precisamente de las extorsiones y los arreglos políticos, componendas que, diría Dracón, transgreden las leyes y atentan contra el estado de derecho.
Así que ese war room tendrá que diseñar otro método más eficaz. Como el que puso en acción Bill Clinton cuando enfrentó a la sociedad estadunidense (y a su esposa) cuya molestia con las relaciones sexuales que practicó con la becaria Mónica Lewinsky, estuvo a punto de provocar su destitución basada en lo que fueron las mentiras piadosas que nadie creyó (lo de piadosas es porque puso de rodillas a su becaria). Es decir, tienen que proponerle al gobernador que se reviente el asunto partiendo de lo que todo México sabe sobre la amistad y los arreglos políticos, mismos que, supongo, obedecieron a un interés nacional. Y hacerlo antes de que el tiempo y las sospechas naturales contaminen el entorno del esposo de Martha Erika. No hay porqué esperar a que las preguntas adquieran el tono agresivo que propicia el alejamiento de o menosprecio a la prensa local. Y menos aún confiar en que ocurrirá un milagro político.
Hay, pues, varias cuestiones pendientes que para el mandatario sería, valga la expresión,  muy saludable ventilar en forma directa y sin intermediarios. Por ejemplo:
Cómo participó el SNTE en la elección que perdió el PRI. Si el sindicato puso o no dinero para la campaña que es obvio que requirió de una buena inversión. Si el PAN, Rafael o la Alianza negociaron con doña Elba varios puestos en el gobierno y dos que tres cargos de elección popular. Si se pactó alguna iguala como la que, según el leal, discreto y agradecido Yunes, el veracruzano tuvo a bien rechazar. Si el declarado peña-nietismo de la señora Gordillo influirá o no en las inclinaciones partidistas de Moreno Valle Rosas. En fin, todo ello más lo que se acumule durante la semana que hoy inicia.
Siendo presidente, don Adolfo Ruiz Cortines dijo que hacía más daño el escándalo que el pecado. En el caso que nos ocupa es aplicable la sentencia del “viejo” zorro, ya que conforme se mantengan ocultos los pecadillos, irá creciendo el escándalo. ¿Cuánto? Tal vez hasta provocar las llamémosle estridentes notas periodísticas cuyos beneficiaros serían los panistas tradicionales, entre ellos Eduardo Rivera Pérez, el muchacho que, al igual que los periodistas poblanos, ha sido marginado de los intereses políticos del poder morenovallista. De ello me ocuparé en la próxima columna.
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