martes, 28 de febrero de 2012

Focos rojos en el PRI poblano


Por Alejandro C. Manjarrez
Ya se ha dicho pero hay que repetirlo por aquello de los oídos sordos y los ojos cubiertos con las lagañas de la corrupción: en Puebla los candidatos del PRI la tienen un poco más que difícil. ¿No me lo cree? Entonces lea estos antecedentes:
La entrega que realizó Juan Carlos Lastiri de la fuerza política estatal del PRI, produjo el crecimiento de la influencia política del gobernador Rafael Moreno Valle, razón por la cual éste sonrió o hizo gestos de fuchi –dependiendo su estado de ánimo– para autorizar o rechazar la postulación de algunos candidatos… del PRI.
Lo anterior produjo el desánimo de varios militantes y en consecuencia su migración hacia partidos ideológicamente disímbolos, uno de ellos el Panal, que por cierto se maneja de acuerdo con los intereses del poder morenovallista. Asimismo animó a otro grupo a huir de las tradiciones de disciplina y mansedumbre para incorporarse a las filas de la izquierda, precisamente al lado de Manuel Bartlett Díaz.
Para que la cuña apriete
La desbandada dejó así sin cobertura electoral al otrora partidazo dado que los tránsfugas conocen bien cómo se manejan las elecciones y dónde hay que meter la cuchara para llevar votos a su causa o, lo peor para el PRI, qué manos tienen que amarrar. Véalos como aquellos boxeadores que abandonaron la cuadra a sabiendas de que enfrentarán a quienes antes fueron sus alumnos, sparrings o maestros.
Estamos pues ante una arena pública enriquecida con luchadores o peleadores priistas y ex priistas que se picarán los ojos (y otras partes), mientras que los panistas aplaudirán rabiosamente y meterán cizaña para incentivar el juego sucio motivando a sus adversarios a que se den hasta con la cubeta. Y como todo se valdrá en lo que sin duda será un cochinero, no dude el lector que por ahí salgan algunos datos comprobatorios de la heterodoxia burocrática de dos que tres candidatos del PRI:
Lastiri, por ejemplo, es ya uno de los objetivos tanto de los ex priistas como de la estrategia política de Acción Nacional. De ahí que aparecieran las primeras notas en su contra, mismas que destacan su accidentado paso por la Secretaría de Desarrollo Social, documentos, testimonios y hechos organizados que empeoran el error que cometió el PRI nacional al nombrarlo candidato para “ayudar” a Blanca Alcalá Ruiz.
Lo curioso es que la nunca bien ponderada ex presidente municipal, también está en las mismas ya que se ha manejado hasta el hartazgo que su administración dejó pendientes algunas colitas que su gente ha tratado de limpiar para impedir que su producto sea utilizado en contra de Blanca. El éxito o fracaso dependerá del Congreso local poblano cuya directriz e inspiración, bien lo sabemos, están allá en Casa Puebla.
Una sopa del chapulín
La paradoja de esta aventura quedará a cargo de Javier López Zavala. El ex candidato del PRI al gobierno adquirió la peculiaridad del chapulín colorado debido a que con su astucia electorera podría salvar a quienes lo desplazaron valiéndose del argumento basado en que él ha perdido hasta el modito de andar.
En la fórmula salvadora también figura Alejandro Armenta Mier (otro que, igual que Zavala, aprendió a cantar las rancheras que entonaba el Precioso), hoy coordinador de la campaña en Puebla de Enrique Peña Nieto y ayer aspirante a ser candidato al Senado de la República. Para completar el triunvirato está Enrique Doger Guerrero, cuyo patrimonio político, dicen, salvaría a sus compañeros de partido enlodados con incómodos señalamientos de corrupción.
Las piedras rodando se encuentran
Lo malo para Lastiri y preocupante para Alcalá, es que en la dirigencia nacional del tricolor ya cayó el veinte y ahora sí, en serio, les interesa que los candidatos que postulen prestigien al PRI en vez de dañarlo. Por ello quieren evitar a los personajes con malos antecedentes y una que otra investigación ministerial en trámite. No se la pueden jugar debido a que está de por medio la Presidencia de la República, algo que, imagino, los animó a pensar en la posibilidad de cambiar de caballos y yeguas a la mitad del río.
En fin, como se prendieron los focos rojos es válido suponer que sobre los escritorios de la inteligencia nacional del PRI, se encuentran las sesudas estrategias que ayudarán a frenar los ataques de sus opositores (desprestigio). Verbigracia: sacudirse a los candidatos incómodos supliéndolos por priistas cuya trayectoria e imagen hagan las veces de barrera a las campañas de lodo que lanzarán sus adversarios.
¿Revivirán los priistas desplazados por no haber sido parte del marinismo y de sus actos de poder y dinero? La respuesta sería afirmativa siempre y cuando funcione la inteligencia del Partido Revolucionario Institucional.
Twitter: @replicaalex

domingo, 26 de febrero de 2012

Corrupción vs poder


Por Alejandro C. Manjarrez
Los únicos que no están en contra de la corrupción son los corruptos, obvio. Por ello hay un montón de políticos que se ocultan bajo su propia sombra para, según ellos, esconderse de la acción de la justicia o difamar a todo aquel que vea como su potencial enemigo, ya sea porque enarbola la bandera de la anticorrupción, o bien porque conoce los intríngulis de la comercialización del poder.
Estamos, pues, ante un hecho inédito debido a que por primera vez en Puebla un gobierno persigue a quienes formaron parte de la administración pública que le antecedió, sin importar que algunos de los perseguidos hayan sido sus compañeros de cuitas o sus cómplices, no tanto por compartir negocios chuecos, turbios, sino por omitir aquello que rebasó la ortodoxia gubernamental; por ejemplo, las componendas electorales que caen en la definición de fraude.
Al acto persecutorio que equivale al vuelo de las campanas poblanas, habría que agregar el ánimo draconiano que en nuestros tiempos también es tan extraño como la enjundia para ampliar la acción de la justicia al primero y segundo círculo familiar del ex funcionario en apariencia corrupto. El estilo parece inspirado en el manual de guerra de Tsun-tzu, “filosofía” que de manera arbitraria condenso y traduzco en la siguiente frase, por cierto muy mexicana: “Rómpele la madre a tu enemigo y acaba con todo lo que él representa, incluida su familia.”
Quizá algunos aplaudan la medida mientras que otros se compadezcan del sufrimiento de las víctimas colaterales que son, precisamente, los hijos y las esposas de los acorralados por la justicia. Puede ser si observamos con cuidado cómo se llevan a cabo y se repiten los cateos domiciliarios cuyo fundamento legal seguramente estará bien sustentado a partir de las averiguaciones que a lo peor adolecen de vicios legales, algo que veremos en el futuro cercano. En fin, este es un asunto que compete a los perseguidos y sus familiares que con culpa o sin ella sufren y comparten apesadumbrados la persecución del presunto delincuente.
Este llamémosle fenómeno producto de la alternancia, me lleva a pensar en la posible reacción de los propios “delincuentes” (lo entrecomillo para no caer en el vicio de quienes aplican la ley rompiendo la máxima que establece que todos son inocentes hasta que no se les prueba lo contrario). ¿Qué van a hacer los que antes fueron poderosos, se hicieron millonarios y hoy enfrentan al poder que los tacha de corruptos? ¿Se quedarán callados en espera de mejores tiempos? ¿Actuarán en contra de sus enemigos invirtiéndole parte de su fortuna a algún tipo de venganza?
Viéndolos como lo que fueron (empresarios heterodoxos), lo probable es que varios de estos personajes ya hayan pensado en responder al gobierno metiéndole dinero a su proyecto. Y que en esa revancha pusieran a funcionar sus servicios de inteligencia (eufemismo éste) con la intención de indagar si en el actual gobierno se manifiesta el síndrome de la corrupción, o incluso hurgar en lo usted y yo no imaginamos con la idea de reunir pruebas que el día de mañana les sirvan para negociar o desquitarse de quienes hoy los persiguen. En este escenario hipotético, bastaría que apareciese un solo corrupto del actual gobierno para que las “víctimas” se convirtieran en “victimarios” al organizar un tremendo escándalo mediático. “El que se lleva se aguanta”, podrían argumentar los García Ramírez, los Villa Issa, los Macip, los Arango, y los que se acumulen.
Al decir empresarios heterodoxos estoy pensando en aquellos que orondos espetan: “quizá no sea un buen amigo, pero de lo que estoy seguro es que soy el mejor de los enemigos”. La lista es larga.
Si usted analiza lo que aquí pergeño, a lo mejor coincide conmigo en que el mandatario y su equipo de trabajo son como aquellos vengadores que en el Oeste americano combatían y eliminaban a los mejores y más afamados pistoleros. Y que semejante acción conlleva muchos riesgos, incluido el de la traición que produce asonadas, en este caso burocráticas. Échele números y se sorprenderá del resultado de la estructura: mil o más afectados con la persecución legal, y diez o quince mil integrantes de una especie de red dedicada a buscarle los tres pies al gato.
Claro que se necesita mucho dinero. Pero esta riqueza abunda en el ambiente donde conspiran los corruptos del marinismo. Algunos calculan que el grupo recolectó entre diez y quince mil millones de pesos.
Ojalá que todo concluya como parece programado. Tendríamos entonces a un héroe que acabó con la cultura de la corrupción cuya constancia, históricamente documentada, suma ya los quinientos años de existencia en México.
Corrupción vs poder o al revés, da lo mismo. De una u otra forma se ve cabrón.
Twitter: @replicaalex

jueves, 23 de febrero de 2012

Los niños y el gobernador


Por Alejandro C. Manjarrez
Para la bella y sensible Amanda
Algo ocurre en el entorno del gobernador poblano. Su equipo de seguridad, que seguramente obedece órdenes directas de él, lo mantiene aislado y lejos de cualquier posibilidad que altere su estado de ánimo.
Está bien si partimos del deseo de venganza que ha envenenado la vida de varios de los marinistas afectados y/o perseguidos por el gobierno morenovallista. Y más aún si a esto agregamos el peligro que representa el crimen organizado. Partiendo de ello no tendríamos por qué criticar los excesos en la protección del góber, acciones que incluyen desde el cierre de vialidades hasta el uso exagerado del helicóptero que usa para trasladarse de un punto a otro de la ciudad de Puebla. Diría doña Chona, la comadre más popular del mercado La Acocota: no hay fijón siempre y cuando esos cuidados no se conviertan en abusos en contra de los niños. Si, leyó usted bien, en contra de los pequeños cuya vida está llena de ilusiones, entre ellas la de saludar a los personajes que aparecen en la televisión, desde el famoso y casi eterno Chabelo, hasta el propio Rafael Moreno Valle.
Pero sí hay fijón
Antes de entrar al tema pergeñado en las líneas anteriores, permítame el lector hacer un marco, digamos que histórico, en el cual abusaré de los contrastes:
Cuando Mariano Piña Olaya andaba de campaña para ser gobernador, alguna vez regañó a los papás o maestros de los niños que se le cruzaron. “No sean cochinos –les dijo–, compren jabón y enseñen a estos muchachos chamagosos a lavarse las manos y la cara”. Como Mariano es un tipo culto, pudo haber pensado en José Vasconcelos y recordar lo que éste escribió en su Ulises Criollo: “antes de intentar democracia y actividad política, el pueblo necesita emprender una campaña de agua y jabón”. El entonces candidato Piña estaba enojado porque en la mayoría de los mítines predominaban los niños. Incluso llegó a bromear con ello y a pedir a uno de sus acompañantes que hablara ante los infantes para convocarlos a votar. “Concientízalos –le dijo festivo– y muéstrales la credencial de elector”.
Dejo el sector rural mexicano para, como diría fray Miguel de Guevara (el religioso aquel que acusaron de ideas heréticas por haber escrito el famoso soneto: “No me mueve mi Dios para quererte”), viajar al cielo que nos tienen prometido, pasando primero por la historia del Gran Herodes:
Como bien lo sabe el lector, el mencionado rey ganó fama pública por dos razones: a) en Jerusalén, Cesárea y Jericó, construyó grandes fortalezas, impresionantes teatros y uno que otro circo; su intención: quedar bien con el emperador romano César Augusto; y b) mandó ejecutar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén porque alguien le dijo que entre ellos estaba Jesús de Nazaret.
Imagino que el amable lector también conoce el mensaje aquel donde Mateo nos cuenta lo siguiente (19:14): Jesús dijo: Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos.
Una vez hechas estas contrastantes acotaciones cívico-religiosas, ahora sí entro en materia:
El martes pasado, los niños y niñas del colegio Los Sauces, fueron llevados a conocer la obra ecológica que realiza el gobierno del estado en la ribera del río Atoyac. Sería una lección sobre la importancia de rescatar lo que la naturaleza nos regaló y, tal vez, de manera indirecta, tangencial, mostrar a los chamacos que aún hay tiempo para resolver el daño que ocasionaron los malos de esta película, cuyo empeño consciente o casual fue acabar con el Río y la naturaleza.
Había alrededor de sesenta infantes mostrando en sus caritas la sonrisa de la esperanza, expresión capaz de ablandar a los corazones más duros o confusos. De repente apareció uno de los encargados del sitio; lo hizo con el rostro descompuesto por el susto o pánico que le produjo lo que parecía una situación de extremo peligro. “¡Ya váyanse! ¡Salgan cuanto antes!”, gritó. Asustadas, las maestras del colegio preguntaron qué estaba pasando, porqué tanto pánico, “Es que viene el señor gobernador acompañado de unos ingleses, y si ve a los niños se va a molestar”.
El efecto sorpresa-susto de los niños, en este caso una reacción combinada con la rabia de las maestras, llegó a medio centenar de hogares. Lo portaban los niños y niñas que, como los inocentes que mató Herodes, no tienen por qué ser las víctimas de cualquier exceso, incluido el del poder.
He dedicado esta columna a mi nieta Amanda y a sus compañeros, todos testigos presenciales de los hechos aquí relatados y, por ende, víctimas del esquema de seguridad del gobernador.
Twitter: @replicaalex

martes, 21 de febrero de 2012

Priistas vs priistas


Por Alejandro C. Manjarrez
Pelearse entre correligionarios es una práctica común en el PRI. La costumbre inició con la Corriente Democrática que terminó siendo Crítica, desacuerdo que curiosamente produjo el impulso democrático que le hacía falta al país. Excepto Rodolfo González Guevara, ahí están vivitos y coleando los precursores de aquel movimiento nacional, mismo que produjo la unión de las izquierdas y los novedosos liderazgos entonces encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. Así que el pleito de comadres poblanas, más que preocupar al cotarro, debería animarlo en virtud de que representa el inicio de una nueva época en la política local.
Han dejado al PRI aquellos militantes cuya vida pública no es de ninguna manera ejemplar. Quite usted a dos que tres y el resto de esta nueva oleada de tránsfugas tiene más negativos que cosas dignas del reconocimiento social. Según consta en la memoria del pueblo, su paso por alguno de los poderes fue con más pena que gloria y en algunos casos adornado con los moños de la corrupción.
La llamémosle “fuga de cerebros” tendrá sin duda un efecto parecido al que produjo la corriente crítica. Pero no por sus aportaciones ideológicas, no, sino debido a que los pleitos o escaramuzas servirán para que en la política local se produzca una especie de selección natural. Me explico:
Los ahora ex priistas socavarán la estructura electoral de su ex partido. Esto porque conocen bien los asuntos electorales incluido el trabajo que lesionó la presencia del mapache, animal u osito que no tiene la culpa de compartir esa mala fama. Unos harán su labor en el Panal y otros trabajarán con la izquierda que reúne el movimiento Morena, hecho que pone en riesgo la posición del PRI en el tejido social poblano ubicándolo, digamos que a priori, como la tercera fuerza política en el estado. Para los priistas, lo peor de este escenario aparecerá en el momento en que salgan a la luz pública algunos antecedentes de sus candidatos o candidata, artillería disparada desde varios frentes: el llamado “fuego amigo” que no lo será porque los artilleros se pasaron al otro bando. Auméntele a esa “lluvia de bombas” las descargas que seguramente lanzará el PAN-Gobierno.
Viéndolo con los ojos de Giovanni Sartori, puedo decir que por ser una democracia mal entendida, la del PRI es una democracia mal planeada, ya que al no considerar la diferencia entre lo ideal y lo real se metió en el ámbito del maximalismo para acabar con su propia democracia y, por ende, depende la apreciación del lector, con el poco o mucho prestigio que tiene o tenía.
Cito al inicio a Cárdenas y a Muñoz Ledo para que el lector hurgue en las características de los nuevos desertores, y poniéndose la mano en el corazón determine si alguno de ellos cuenta con el bagaje ideológico e intelectual como para criticar a quienes hasta hace pocos días eran sus correligionarios, compañeros, cómplices, cofrades o amigos. Y para ser equitativo, también búsquele cualidades a los que se quedaron como candidatos del tricolor y decida si tienen o no derecho a ponderar la democracia partidista.
Concluyo con un auto plagio de mí mismo (sic), columna publicada en agosto de 2010:
"Por esa guerra intestina hay tranquilidad en el PAN, actitud que contrasta con la incertidumbre y las quejas tricolores. ‘Déjenlos que ellos solitos se hagan pedazos’, recomiendan los asesores de Rafael (Moreno Valle).
“Si Jesús Reyes Heroles viviera para ver lo que hacen y dicen sus correligionarios poblanos, con esa su autoridad moral y gesto adusto ya les habría espetado: ‘Miren muchachitos, es más fácil ser dogmático que negociador, ser intolerante que tolerante; es más fácil dividir que juntar’”.
Juan Carlos Lastiri pasará a la historia como el nuevo héroe la democracia panista. Y también, por qué no, como impulsor del Panal, ya que gracias a los ex priistas que él bloqueó, el partido de Elba Esther Gordillo podría conservar su registro.
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domingo, 19 de febrero de 2012

Las argollas de Moreno Valle


Por Alejandro C. Manjarrez
El PRI poblano ingresó a un periodo de crisis de todo, incluido de talento y dignidad. No es una opinión del columnista. No. Así lo han determinado militantes de prestigio y carrera pública, unos en voz baja y otros con la estridencia que produce la denuncia abierta. En este último caso está Marcela Jiménez Avendaño, cuya carta al senador Pedro Joaquín Codwell, presidente del CEN, es una pieza de colección que debería guardarse en la cápsula del tiempo que organiza el comité para los festejos de los 150 años de la Batalla de Puebla. Transcribo dos párrafos:
Por desgracia, el alejamiento de la dirigencia estatal de nuestro partido hacen inminente que las fuerzas que propugnan por el nacionalismo y la justicia social caminen en Puebla a una derrota ante el desprestigio y repudio de los ciudadanos y de la militancia priista a las viejas y anquilosadas formas de hacer política, sustentando toda su expectativa de éxito únicamente en la popularidad merecida del licenciado Enrique Peña Nieto.
Somos muchos los priistas de origen que estamos siendo reconocidos y llamados por otros partidos políticos en función de nuestra trayectoria honesta y de servicio social, para participar en una discusión más amplia y construir candidaturas con un contenido ciudadano y con una agenda práctica y eficaz a favor de Puebla.”
La misiva de marras anuncia la postulación de Marcela por parte del Partido Nueva Alianza. Y, según percibo, el documento tendría que sacudir a los priistas chambones unos y baldados otros, ambos bandos empeñados en inclinar la cerviz ante el poder que representa Rafael Moreno Valle, el gobernante de amplios y efectivos tentáculos. Así es, el mismo que también controla al partido que preside Gerardo Islas Maldonado. Y he escrito el “tendría que sacudir” con las reservas del caso debido a que no estoy seguro si en la “clase política priista” aún existe eso que se llama vergüenza y respeto a la herencia ideológica que protestaron respetar y promover, duda que obliga a preguntar:
¿Qué podrá hacer el otrora rebelde y punzante Fernando Morales Martínez, hoy beneficiario de las amistades y componendas de su padre, el senador Melquiades Morales? ¿Cuál será la misión de Blanca Alcalá y su patiño Juan Carlos Lastiri? ¿Qué cuentas entregará el PRI poblano a la dirigencia nacional y, sobre todo, al candidato Enrique Peña Nieto? ¿Hasta dónde llegarán las presiones judiciales que el gobierno puso en práctica para mediatizar a varios priistas dizque con capacidad de convocatoria?
Trato de responder:
Como lo hizo su señor padre, Fernando se dedicará a sembrar para el futuro a pesar de que los tiempos y las condiciones ya no sean iguales a las de antaño, cuando su arrebatada juventud le obligó a protestar contra lo que hoy avala. Intuyo que pesa sobre él, el enorme compromiso familiar adquirido desde que Melquiades recibió del a la sazón gobernador y general –abuelo del hoy mandatario–, el espaldarazo para ser diputado y coordinador de la Legislatura local; sin embargo, no obstante su indocilidad e inteligencia naturales, todo indica que para Fernando puede más su personalísimo proyecto que el prestigio de su partido, el PRI.
Blanca Alcalá seguirá siendo la misma: sumisa, cuidadosa, barroca, abyecta, resbalosa (como los peces), demagoga y dispersa. Lastiri le restará votos (como le ocurrió a Melquiades con Mario Montero). Y ambos caminarán sobre terrenos resbaladizos y enlodados gracias a las observaciones y denuncias que penden sobre sus cabezas. Buscarán desde el visto bueno hasta la simpatía y agradecimiento del señor de Los Fuertes, a quien seguramente ya ven con la Banda Presidencial cruzada en el pecho.
Podría repetirse el fenómeno anti PRI que se manifestó en el proceso electoral que perdió Javier López Zavala. Esto porque los priistas se sienten engañados o burlados, tal y como lo manifiesta Marcela Jiménez en la carta que da aviso de su postulación por el Panal y a la vez expone su protesta por las actitudes de la dirigencia estatal priista. Lo paradójico de este escenario está en la función de Zavala, trabajo que, cual ave Fénix (siempre y cuando tenga éxito, que conste), le permitiría renacer de sus cenizas: éste y no Fernando será el que entregue a Peña Nieto las buenas o malas cuentas electorales.
Como ya lo dije, en este pequeño universo predomina el control y poder político de Rafael Moreno Valle: decidirá el futuro del PRI, circunstancia que depende de la mansedumbre que le muestren los priistas en contienda, varios de ellos apergollados por el gobernador.
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jueves, 16 de febrero de 2012

El IFE y las trampas de los candidatos



Por Alejandro C. Manjarrez
El IFE decretó un “¡engarróteseme hay!”, orden que llamó periodo de “intercampaña”. Ningún candidato o aspirante podrá moverse. Y si lo hace tiene prohibido referir cualquier palabra que lleve connotaciones electorales.
Pero a pesar de la absurda instrucción, no se coarta su libertad para expresarse, lo cual es un contrasentido. Y así, con base en este postulado, los candidatos pueden dar entrevistas sobre temas ajenos a su aspiración. O sea que hecha la ley hecha la trampa.
Esta disposición me hizo pensar en lo que podrán hacer los candidatos sin que violen la disposición electoral dictada por el IFE, la instancia que en este caso emuló al tribunal inquisidor de la Nueva España.
Confieso que me costó trabajo encontrar temas apropiados a cada candidato o aspirante. Esto porque todos son animales políticos (Aristóteles, dixit), sin embargo, le entré a esta digamos que aventura semántica convencido de obtener la comprensión de usted, amable lector.
Empecemos, pues, por Josefina Vázquez Mota, la mujer que, según ella dijo, está preparada para enfrentarse a los tiburones.
Doña Chepina podría hablar de sus habilidades culinarias y de cómo prepara pejelagarto en su tinta y de sus habilidades para usar la ciencia que aprendió de las tías poblanas, algunas herederas de las monjas del Convento de Santa Clara. Por ejemplo:
“Hay que bajar del cielo algunas estrellas (léase ajonjolí) para quitarle al pez, por cierto de origen tabasqueño, el aspecto que proyecta su piel dura y escamosa. Antes de meterlo en el aceite hirviendo, habrá que aporrearlo hasta ablandarlo. En seguida hay que echarle salsa de nogada y un toque de cocoa o chocolate también tabasqueño (aquí tendría que sonreír para que no se nos olvide su graciosa expresión). Ya listo el primer platillo, lo que sigue tiene que ser un poco más elaborado y necesita prepararse a conciencia. Es el caldo de gallo copetón (otra sonrisa y un silencio largo para captar la atención del respetable). Al primer hervor hay que ponerle unos pedazos de chorizo toluqueño. Una vez que suelte la grasa agregar las alas, los muslos y las pechugas de las pollitas del mismo gallinero (le tercera sonrisa antes de finalizar). Dependiendo el gusto, este caldo puede decorarse con un poco de miel tomada directamente del panal.
Hasta aquí la señora no ha cometido ninguna falta, razón por la cual los fiscales del IFE no tendrían delito que perseguir.
El caso de Andrés Manuel López Obrador, es más fácil ya que el tipo podría hablar del amor como eje de las religiones. Y con esa su nueva voz calma y pastoral recetarnos algunos mensajes amorosos, entre ellos el de Nezahualcóyotl: “Amo al cenzontle, ave de las cuatrocientas voces, amo el jade y el embriagante perfume de las flores, pero amo más a mi hermano el hombre”. Ya metido en esta dinámica fraterna y cuasi religiosa, adoptar un talante incluyente valiéndose de paráfrasis basadas en la poesía de sor Juana Inés de la Cruz; con ellas reclamar la igualdad de género arrogándose la siguiente frase amorosa dedicada a la mujer: “Dios nos las quiere ignorantes y por eso racionales las hizo”. Bueno, igual podría traer a colación la Utopía de Tomás Moro para hablar de conceptos sociales como la igualdad de clases, la ciudad perfecta y la equitativa distribución de la riqueza. Todo, que conste, dentro de un marco histórico-amoroso para que los inquisidores no alcen pelo.
Con estas dos acciones los censores del IFE prácticamente se quedarían desarmados. Y  esto los obligaría a vigilar al de Atlacomulco, estado de México, como si ellos fuesen la viva reencarnación de Heinrich Müller, jefe de la Gestapo. No obstante, Enrique Peña Nieto (sueño de Heinrich Himmler) tendría oportunidad de soltarse el pelo para convertirse en un exitoso comentarista de libros utilitarios. Y sin mencionar el suyo, obvio, hablar de dos obras importantes que, de vivir, Fernando Benítez ya habría incluido en la reedición del El peso de la noche. Una: Dios mío, hazme viuda por favor, de Josefina Vázquez Mota; y la otra: La mafia del poder en México, de Andrés Manuel López Obrador.
¿Verdad que hecha la ley, hecha la trampa?
Como es fin de semana todo se vale, incluso hasta los intentos lúdicos para encontrar a lo absurdo el lado risueño, algo que a Josefina Vázquez Mota no se le dificulta.

Nota: la foto de Kate del Castillo ilustra el deseo de muchos mexicanos que les gustaría tenerla como candidata. Me incluyo. Sería más divertido.
Twitter: @replicaalex

martes, 14 de febrero de 2012

¡Gracias Manuel Bartlett!: PRI


Por Alejandro C. Manjarrez
El PRI poblano cambió de escenario en cuanto se formalizó la candidatura a senador de Manuel Bartlett Díaz: ¿qué hacer para enfrentar la desbandada natural que provocaría la atracción del ex gobernador? Se tardaron en resolver el dilema y hasta ayer se manifestó la respuesta de las dirigencias nacional y local.
Antes de entrar en materia veamos lo que sucedió: Bartlett empezó a cosechar lo que hace casi veinte años tuvo a bien sembrar. Llamó a varios de sus ex colaboradores, algunos con cierta influencia entre la base del PRI. Ignacio Mier Velazco y Carlos Meza Viveros, por ejemplo, habían sido dirigentes, uno del comité estatal y el otro del municipal de la ciudad de Puebla. Y lo más importante: ambos son conocedores e incluso fueron partícipes de algunas estrategias electorales. Quiérase que no el regreso opositor de don Manuel empezó a causar estragos a la estructura del Partido Revolucionario Institucional.
La otra aparición que provocó sobresaltos fue la de Blanca Alcalá Ruiz. “¡No la quiero en la contienda!”, dicen que dijo Rafael Moreno Valle basándose en que la ex alcaldesa lo traicionó después de haberse comprometido a dar su apoyo secreto. Junto con este llamémosle espectro electoral, surgió la voz discordante de Javier López Zavala, cuyo propósito fue ubicarse en el primer lugar de la fórmula al Senado o, de lo contrario, boicotear el proceso valiéndose de su propia estructura.
Así el panorama se tornó negro. Los barruntos Bartlett, Moreno Valle, Zavala amenazaron con provocar la catástrofe del PRI. Blanca no garantizaba el triunfo, por el contrario, ocasionaría que otros ex priistas o priistas embozados trabajaran el cobro de la factura que le debe al hoy gobernador. Y lo peor: Enrique Peña Nieto podría perder uno de los estados más importantes en lo que a número de sufragios se refiere.
Pedro Joaquín Codwell, Ranulfo Márquez y Carlos Lastiri Quirós, se tronaban los dedos pensando en cómo domar los ímpetus de Zavala y qué hacer con el compromiso que el Comité Ejecutivo Nacional adquirió con Blanca. Además de preguntarse: ¿cuáles hilos hay qué mover para cubrirse de la tormenta mediática? ¿De qué forma compensar la fuerza de atracción de Bartlett? ¿Si Blanca contendiera por la senaduría, qué hacer para resolver los perjuicios con el sello de Casa Puebla?
Mientras las dirigencias buscaban la forma de resolver los entuertos, se lanzaron a la contienda interna senatorial Fernando Morales Martínez y Alejandro Armenta Mier. El primero diputado federal y el segundo ex dirigente estatal e, igual que Lastiri, conocedor de los intríngulis por los que transitó López Zavala. Sin habérselo propuesto, los dos se convirtieron en la vacuna contra la descomposición que amenazaba a su partido. Y como ha venido ocurriendo desde que Rafael Moreno Valle llegó a este mundo (hace poco más de cuatro décadas), volvió a brillar la estrella de Melquiades Morales para iluminar a quienes encontraron la solución digamos que mágica: confirmar a Blanca como candidato a senador acompañada de Carlos Lastiri, nombrar dirigente del PRI a Fernando, hijo de Melquiades, y darle a Armenta la coordinación estatal de las campañas (en especial la de Peña Nieto). Con estos movimientos se cumple la sentencia aquella de matar cuatro pájaros de una pedrada, a saber:
Primero: la presencia moral y genética del melquiadismo amortigua la reacción anti Blanca a quien, como ya se ha dicho, le tiene ojeriza el titular del poder Ejecutivo; segundo: se controla la estructura que parecía estar bajo la férula de Zavala (Lastiri y Armenta son parte axial en ella); tercero: le dan una sobadita al ego del que fuera protegido y “delfín” del entonces gobernador Melquiades (léase Rafael), y cuarto: tapan los hoyos que produjo el regreso de Bartlett, reaparición que cambió el rumbo de la política poblana.
En parte, por eso Blanca, Fernando, Lastiri, Armenta y otros priistas agradecen la reaparición de Manuel Bartlett.
Twitter: @replicaalex

domingo, 12 de febrero de 2012

Moreno Valle, titiritero de Puebla


Por Alejandro C. Manjarrez
Corrupción, divino tesoro, así intitulé la novela cuya publicación me retrasó Rafael Moreno Valle. Pero no piense mal el lector. No, él no metió mano. Lo que ocurrió fue que cuando ya estaba lista la impresión corroboré que el gobernador es el que maneja la cruceta que controla y mueve los hilos de la política poblana. Entonces, a partir de esta apreciación, me vi obligado a reestructurar la trama para enriquecer la vida del personaje central, que es un gobernador precisamente. Su nombre: Herminio de la Cruz y Tlacuilo. Su estado: Puebla.
Pero como eso es otro cantar mejor invito al lector a que juntos recordemos algunos hechos que sustentan aquello de que Moreno Valle es el gran titiritero, definición ajena a cualquier sentido desdeñoso u ofensivo.
Cuando Moreno Valle llegó al gobierno de Puebla, ya traía un largo camino andado. Primero dentro del laberíntico PRI donde la disciplina y la simulación suelen ser dos de los requerimientos para ocupar los niveles de ese organismo político; conoció bien los intríngulis pues. Fallado su propósito priista, se adicionó a la lideresa magisterial e inició su tránsito por los caminos del PAN valiéndose de la influencia, negociaciones y pactos que Elba Esther Gordillo hizo con Felipe Calderón; el propio Rafael, uno de ellos. Y ya metido en ese camino, se dio tiempo para afianzar sus relaciones y amistades con la nomenclatura del Partido Verde Ecologista, así como con la facción concertadora del PRD.
Como buen estratega rodeado de otros estrategas también buenos, Moreno Valle incluyó en su plan el apartado que podríamos llamar “control partidista”. La intención: afianzarse y manejar los hilos de la política local, siempre con los ojos bien abiertos y fijos en el futuro, o sea en el proceso electoral del 2018.
Por si considera arbitrario mi resumen, aquí le van algunos datos llamémosle fundamentales.
No hay duda que las dirigencias del PAN, Panal, Verde Ecologista, PRD y PRI sirven a ese objetivo que linda entre lo personal y lo público, entre lo burocrático y lo político. Y aunque los “líderes” de cada partido no pactaron sus acuerdos, Rafael puso en práctica su sagacidad, inteligencia, audacia y agresividad para controlarlos. ¿Cómo? Pues siguiendo el ejemplo de Bill Clinton, a quien alguien por ahí le endilgó el epíteto de “histrión de la empatía” basándose en sus artes para convocar y unir a las corrientes políticas distintas. En esto me baso para decir que Moreno Valle no se queda atrás, “cualidades” que le permitieron usar su encanto con el fin de convencer a las cabezas de la clase política nacional y, en consecuencia, manejar a los dirigentes de varios de los partidos locales.
Y los hilos se mueven
O qué, ¿alguien podría decir que Juan Carlos Lastiri es adversario político del gobernador? ¿O suponer que Miguel Ángel de la Rosa, Gerardo Islas y Juan Carlos Natale son sus rivales ideológicos? No lo creo. Está comprobado que los cuatro actúan para favorecer y apoyar las acciones del mandatario poblano, unos de manera directa y otros poniéndose el disfraz que les autoriza usar el Secretario General de Gobierno. O para ser positivo diré que Lastiri está obligado a no perder de vista el expediente negro que contiene vida y milagros de los marinistas; que a De la Rosa no le queda mas que respetar el pacto personal y también el político–partidista; que Islas actúa conforme el papel que le asignaron quienes fueron sus jefes en la campaña morenovallista; y que Natale encajó perfecto en el ámbito de la familia verdolaga donde los influyentes Jorge Kahwagi y Cabalán Macari son factores de decisión.
Si lo dicho fuese insuficiente, agregue a la lista el nuevo partido (Compromiso por Puebla), proyecto que, no obstante la negativa oficial que nadie se traga, nació en el mismísimo seno del morenovallismo. Dejo para otra ocasión este tema con muchas aristas y concluyo con otros hilos suspendidos de la cruceta de marras:
Los poderes
Este apartado requiere de algo parecido a un ensayo; empero, como me faltaría espacio sólo diré cómo el hecho suele imponerse al derecho.
En el poder Legislativo se trabaja de acuerdo a la línea del gobernador. Desapareció el debate y en su lugar se impuso el acuerdo previo y “de a bigote” suscrito en las oficinas del poder Ejecutivo. Por disciplina (conste que no digo ineficiencia o mansedumbre o indignidad o ignorancia) no se estudian ni profundizan las iniciativas del gobernador, razón por la cual lo legislado ha sido la causa de desgastes públicos, tanto en la imagen de los líderes de las fracciones parlamentarias como la del propio Rafael Moreno Valle. El fantasma de Polichinela ronda en ese edificio de reminiscencias moriscas.
En el poder Judicial también se escuchan las rancheras entonadas en Casa Puebla. O como en sus tiempos lo dijo Mario Marín, se oye y se siente el tronido de los chicharrones del gobernador, sonidos que han empezado a desportillar la dignidad de algunos magistrados, los que preferirían “morir de pie que vivir de rodillas”.
¿Ve usted? Hay varios hilos en la política poblana, todos manejados por el poder de un sólo hombre, efecto que pone en entredicho al sistema republicano que abarca al estado de Puebla.
Bajo protesta de decir verdad, afirmo que el control (que no liderazgo) ejercido por Rafael Moreno Valle, es un caso inédito y por ello digno de novelarlo.
Twitter: @replicaalex

jueves, 9 de febrero de 2012

El PRI poblano, su nuevo domador


Por Alejandro C. Manjarrez
El PRI poblano tiene el síndrome del elefante de circo que de pequeño le ataron una pata en un palo previamente enterrado en el suelo. Creció y adquirió una fuerza descomunal; sin embargo, aún no se ha dado cuenta o se le olvidó que el madero sólo es una trampa sicológica. Por ello sigue atado e incluso temeroso de que el domador en turno lo castigue y le retire agua y comida.
La alegoría no pretende poner a ese partido al nivel del animal. No, de ninguna manera. Sólo es una comparación en este caso necesaria para tratar de explicarnos lo que sucede a ese instituto cuya estructura o cuerpo está conformada por dirigentes que unidos han formado la mole amarrada al palito. Y lo peor: un ente siempre está presto a salir a la pista vestido de rojo para mostrarnos sus habilidades, digamos que histriónicas.
Así que sigo con el símil.
Su trompa impresiona pero no emite palabras que convenzan; vaya ni siquiera música (y aquí va otra metáfora) como la que produjo la flauta de Hamelin, sonido que, de existir, debería atraer a las ratas para conducirlas a donde deben estar.
Sus grandes colmillos amedrentan sí, pero a la vez confunden ya que en lugar de usarlos en aquello que sirve, los utilizan para rozar con cariño al domador de otros circos (nótese el plural).
Y qué decir de las orejotas. Casi nada: sólo que no obstante su tamaño ya no escucha las protestas, ni las peticiones y menos aun las demandas de sus militantes.
La piel, ah su piel. Es tan gruesa que disimula o no siente los golpes, además de tolerar el calor que producen las críticas incendiarias.
Las patotas que antes le daban equilibrio y lo hacían respetable, temible, avasallador, hoy lo delatan y mantienen expuesto al contentillo del domador.
Bueno, ahora pongámosle nombre o cargo a las imágenes:
La tranca en materia es el sometimiento a la tradición de la línea del poder. La estructura no se mueve sin el visto bueno del gobernador (aunque ya no sea priista). Siguen emocionalmente atados a ese palo cuyos antecedentes forman la siguiente paradoja: el que se zafó, hoy es un político libre que entiende cómo domesticar a quienes antes fueron sus compañeros de carpa.
El encargado del elefante es el Presidente del Comité Directivo Estatal. Intuyo que a este caballero nunca le dijeron cómo quitar a su partido el lastre del sometimiento al poder. Si acaso fue enterado o por ahí escuchó algo, es obvio que el nuevo domador revisó sus antecedentes encontrándole alguna falla; error que ha hecho las veces de collar de castigo. Por ello, creo, está impedido para actuar con libertad y, por ende, manejar al PRI con la eficiencia y autonomía que debería tener ésta que es la organización opositora más influyente del país.
Además, para descargo del ambiguo líder, debo decir que existen dos que tres viejos miembros de ese circo –uno ex trapecista, otro ex payaso y uno más ex administrador–. Y que para pasar desapercibidos, el primero de esos personajes dejó la cuerda floja, el segundo se cambió el colorido maquillaje pintándose con tonos azulinos, y el tercero ayuda o trabaja (bajo la mesa, claro) con el nuevo domador. Como bien conocen las entrañas de la bestia, este interesante trío (¿o ya serán cuatro?) se ha encargado de intermediar con el jefe de jefes –antes subordinado– quien ordena, dicta, autoriza, recomienda o palomea los nombres de los que habrán de formar parte del escenario nacional, o sea del gran circo de tres pistas.
Ante estas circunstancias no tiene porqué resultarnos extraño que varios de los candidatos a diputado federal sean los priistas que se han plegado o que incluso sirven a quien tendrían que vigilar y, dado el caso, impugnar en sus decisiones, iniciativas o actos de gobierno.
A partir de estos antecedentes le puedo asegurar que los próximos legisladores no serán dignos del cargo. A menos de que ocurra la rebelión que ha venido gestándose entre los priistas que aún sirven a su partido, no así al nuevo domador.
Twitter: @replicaalex

martes, 7 de febrero de 2012

Contrastes de Josefina, Peña y AMLO


Por Alejandro C. Manjarrez
Como se acomodaron las calabazas ya no hay pretextos para que falle, se equivoque o la riegue cualquiera de los tres candidatos definidos.
Una, Josefina Vázquez Mota, tendrá que acogerse a la filosofía del PAN separándose de la maña electoral, esencia de las campañas negras que dominan algunos de sus asesores. Le iría muy mal y puede ser que hasta perdería todo lo que tiene ganado por haber nacido mujer. Si viviera, Carlos Castillo Peraza ya le habría aconsejado: Mira Josefina: “la política no es una lucha de ángeles contra demonios, sino que debe partir del fundamento que nuestro adversario político es un ser humano” dispuesto a responder igual o peor de como lo trates.
Otro, Andrés Manuel López Obrador, en este su segundo intento está más obligado que nunca a dar frescura a sus argumentos, incluidos aquellos que giran en torno al amor que recién adoptó como método para conquistar al pueblo. Sus ataques (porque los habrá) deberán tener el sustento que convenza a la sociedad. Dejar de usar los mensajes que sólo regocijan a los miembros de su equipo, varios de ellos atrapados en el pasado izquierdoso o enfermos del mal del resabio. No le queda mas que, entre otros clásicos, recordar a Juan Jacobo Rousseau (su contrato social) para que “antes de examinar el acto por el cual un pueblo elige (presidente)… examinar por qué un pueblo es pueblo, y por qué este acto siendo necesariamente anterior al otro, es el verdadero fundamento de la sociedad."
Y el tercero, Enrique Peña Nieto, aunque le cueste trabajo tendrá que obligarse a leer al clásico del PRI, o sea a don Jesús Reyes Heroles, para inspirarse y olvidar (o tal vez enterarse) de que “la política demanda pasión pero, a la par, mesura, sosiego interno y dominio de sí mismo para no intentar dominar a otro u otros”. Y además decírselos a quienes lo rodean para que dejen de verlo como el títere policromado dispuesto a dejarse manejar.
Si al trío de candidatos les funciona bien la autocrítica y el análisis de sus actos y propósitos, quizá ya hayan pensado en la urgencia de revisar las características de su equipo para leerles la cartilla. Puede ser incluso que hasta decidieran usar el énfasis del poder a fin de recordarles quién es el candidato y, al que no lo entienda, correrlo ipso facto, igual que a los que quieran padrotearlos basándose en eso, en que cuentan con una extraordinaria preparación y la inteligencia que les autoriza a sentirse indispensables.
Para no seguir complicándome la vida con interpretaciones de personajes de la historia reciente o añeja, retorno a la sabiduría popular. Y digo a Jose, a Peña y al Peje:
Les llegó la hora de poner los pies en la tierra. Olvídense de los agravios y sumen y multipliquen aunque mañana tengan que restar. Usen las ideas, el cuerpo y el tono de voz para poder comunicarse con el pueblo en vez de asustarlo desgañitándose y moviéndose como robots. Acérquense a la gente y acarícienla con sus palabras, miradas, movimientos naturales y también con sus actos estos sí amorosos. Saquen a relucir aquello que sus adversarios podrían usar en su contra, no importa que sean antecedentes personales o familiares: la mentira y la hipocresía son hechos inocultables gracias a las redes sociales cada día con más y mejor información. Prepárense, pues, a explicar con pelos y señas los antecedentes que les perjudican: que la Ley Televisa, el manejo electoral de su función pública y el financiamiento del zar del juego en Monterrey; que los privilegios a los vástagos dotados de autos y ropa lujosa, mientras el tutor anda en un modesto vehículo y usa ropa de Suburbia; que los hijos de temporal y las denuncias de las queridas. En fin, ha llegado la hora de enfrentarse a la verdad.
De esas y otras verdades hay que escribir, pero ubicados en la aldea poblana, espacio donde ocurren cosas parecidas a lo que acaba usted de leer. En esas andamos.
Twitter: @replicaalex

domingo, 5 de febrero de 2012

Un gobierno impopular


Por Alejandro C. Manjarrez
El gobierno poblano emprendió el cobro de las tenencias no pagadas en ejercicios anteriores. Salieron a la calle los sucesores del calpixqui azteca, o del custodio del quinto real, o del diezmominero, o del inspector de puertas, ventanas, perros y caballos. Empezó así lo que podría llegar a ser el peor de los deterioros que sufrirá la imagen de nuestro atildado y empeñoso gobernador. Lo curioso, paradójico o perverso, vaya usted a saber, es que esta campaña ya empezó y que el primero en recibir la visita del llamémosle “recolector del faraón”, fue uno de los colegas más críticos de la comarca.
El infame desgaste se dará porque quien ordenó el cobro de impuestos –justos o no– acabará siendo el malo de esta película. Más si consideramos que la sociedad todavía supone que lo pagado al fisco suele tener distintos destinos al planeado para afrontar las cargas públicas; o como es el caso de la tenencia, si se le obliga a pagar un impuesto torcido por su origen, manejo político, duración e inconstitucionalidad.
Esos y otros malos sentimientos aparecerán en el momento en que muchos de los tres o cuatro mil despedidos por el gobierno actual reciban la molesta e injusta visita recaudatoria que, más que dinero, colectará votos en contra, reacción por cierto adversa a los planes electorales morenovallistas. Y qué decir si alguno de los líderes de opinión tiene la ocurrencia de emprender una campaña basada en el malévolo supuesto de que con ese dinero se taparán parte de los hoyos que produjo la maquinaria propagandística de Rafael Moreno Valle.
Decía Melquiades Morales Flores: el pagano (obligado o no) de un peso de impuesto adicional o no considerado, es capaz de hacer un escándalo igual al del gallo o gallina que le arrancan una pluma.
Y vaya que le asiste la razón al ex gobernador y maestro de Rafael ya que, aparte del gasto que implica ponerse al corriente en el pago de la tenencia de un auto que a lo peor ya no vale el adeudo pendiente, los causantes siempre piensan que los impuestos trabajan para beneficio del gobernante. O para hablar de tradiciones e historias, no olvidan (o alguien se los platicó) las costumbres de algunos presidentes de México, entre ellos, por ejemplo, el que recibió el golpe de zapatilla en la cara, puyazo asestado por una cantante vernácula que después fue senadora; o el que hizo de Los Pinos algo parecido a la Roma antigua porque, como Calígula, nombró ministra a una de sus yeguas, como él llamaba a la dama cuyo trasero fue de antología; o el que cerraba el despacho durante las tardes para departir con sus cuates, todos achispados; o el que so pretexto de probar sus autos deportivos se escapaba por las noches para visitar a sus amantes; o el que compartió con su mujer la Presidencia del México del águila mocha enemiga de las víboras tepocatas; o aquel que seducido por el enervante aroma del poder fue atraído por jóvenes del mismo sexo, alguno de los cuales aprovechó la debilidad de su jefe para hacer alianzas que a la fecha perduran. Así que:
¡Aguas!
Uso esta voz famosa durante la época colonial para advertir a Moreno Valle que puede ocurrirle lo que pasaba con los transeúntes que al amanecer circulaban por las añosas calles de Puebla, o de cualesquier otra ciudad importante. Me refiero a quienes tardíamente escuchaban la alerta verbal, el ¡aguas! pues, vocablo enfático que avisaba de la caída del contenido nocturno de la bacinica hogareña (antes no había drenajes). Dicho con otras palabras: algo tendrá qué hacer don Rafael para justificar las medidas impopulares y que el pueblo, su pueblo, no lo bañe con improperios que desentonan con su ambicioso proyecto político.
Ahora bien, es obvio que la intención de tan desesperada (y por ende absurda) medida recaudatoria, busca paliar los efectos que produjo la enorme inversión que durante el 2011 se destinó a la construcción de obras importantes y gastos como el aplicado al CRIT, a las remodelaciones de Casa Puebla y Casa Aguayo, a la compra de equipo (helicóptero y demás) y a la imagen difundida por las televisoras (Televisa y Azteca). Otro de los recursos adicionales se obtendrá por el “ahorro” en el gasto corriente, o sea la reducción del cinco por ciento al salario de los trabajadores, lo cual es otra decisión impopular. En fin.
¿Cabe o no la exclamación de alerta? Usted, lector, tiene la respuesta.
Twitter: @replicaalex