domingo, 27 de enero de 2013

Las calabazas de Moreno Valle



Por Alejandro C. Manjarrez
Todos los días se despierta a las cinco y pico de la madrugada. Lo hace después de haber dormido acompañado de la satisfacción que propicia gobernar a un estado con seis millones de habitantes. Su primer pensamiento gira en torno a las decisiones que habrá de tomar este día (o mañana, o el viernes, o la próxima semana), medidas en apariencia fáciles pero que en realidad resultan complicadas debido a su impacto en la prensa.
Mil ojos mediáticos lo vigilan.
¿Qué hacer para ganar la presidencia municipal de la capital?, puede ser una de sus preocupaciones.
Otra: ¿cómo mover las piezas (las calabazas) para que el gabinete no se desarticule o desacomode?
La tercera: ¿cuál sería la respuesta política del presidente de la República?
Rafael Moreno Valle no la tiene fácil. Conoce los riesgos. Sabe que los medios de comunicación andan inquietos e incluso molestos desde que él llegó al poder Ejecutivo, razón por la que padece de marcaje personal. De ahí que en cada paso que dé use el huarache que le permita garantizar un proceso terso, tranquilo, amigable (aunque sea Prada, Louis Vuitton o Gucci, sigue siendo huarache). No hay de otra.
Especulemos:
Si Tony Gali Fayad deja la Secretaría de Infraestructura para ser candidato a presidente municipal, ¿quién podría suplirlo? ¿Jorge Aguilar Chedraui? Por su relación con constructores y proveedores afines, el secretario de Salud sería el cambio menos complicado y traumático porque lo mismo da Chana que Juana, ya que la dependencia de Gali (y la de Jorge) sigue el manual ideado y vigilado por Moreno Valle.
De los otros movimientos, el de Fernando Manzanilla Prieto parece el más difícil. Esto porque si el actual jefe del Gabinete decidiera insertarse en la política de representación popular, lo haría para coordinar la próxima legislatura, espacio desde el cual controlaría la sucesión de su amigo, jefe y cuñado, y desde luego la elección de dos gobernadores, proceso el segundo que se empata con el 2018. ¿Difícil? Pues sí porque a Luis Maldonado Venegas (otra de las calabazas) le gustaría ocupar esa cartera para convertirla en el “trampolín” que lo proyecte hacia la gubernatura (creo que ya se hizo ciudadano poblano). Y vaya que don Luis está confiado porque tanto Rafael como Fernando y el resto del equipo lo ven como si fuese su gurú iluminado.
Pero si Maldonado supliera a Manzanilla, el PAN alzaría pelo debido a que el secretario de Educación es todo menos panista: fue priista, dirigente de Convergencia, subsecretario de Gobernación federal en la época de Esteban Moctezuma Barragán, y además amigo de la controvertida Elba Esther Gordillo Morales. A esto agregue el sisma interno que provocaría su aspiración al cargo de gobernador, posición que también anhela Fernando Manzanilla. Y súmele la complejidad que conlleva el manejo electoral de este año. “Para ensuciarse los zapatos hay que conocer el terreno y estar dispuesto a sacrificarse”, diría cualquier experto en procesos electorales. O correr el riesgo de mancharse el plumaje, como lo anticiparía Salvador Díaz Mirón, su ilustre paisano.
Otra de las complicaciones que quita el sueño a Rafael, es la mini gubernatura: quiere que ésta quede en manos de alguien que lo admire y respete. Y que el elegido llegue al efímero pero determinante gobierno dispuesto a trabajar para dar continuidad al proyecto del 2018, etapa que —es la idea— formalice la aspiración presidencial del líder. ¿Maldonado, Tony Gali, Aguilar Chedraui? El que fuere primero tendría que ajustarse a este requerimiento y, al mismo tiempo, garantizar el triunfo en las urnas, o sea ganarle al gallo del PRI en la que podría ser una elección del Estado contra el gobierno estatal.
A lo anterior auméntele la selección de candidatos a diputados locales que garanticen dos cosas: a) el triunfo limpio e inobjetable; y b) la misma obsecuencia que hoy distingue a los actuales legisladores (36 de los 41). De ahí que Rafael trabaje y además se desvele pensando en cómo integrar un Congreso local, digamos que confiable. Sabe que sólo así podría consolidar sus proyectos o que, de lo contrario, si el Congreso poblano fuese conformado con mayoría priista, su interés político personal se aplazaría hasta su próxima reencarnación.
Todo ello deberá producir ajustes en el Gabinete. Subsecretarios que ascenderían a la titularidad. Movimientos y acomodos burocráticos. En fin, las calabazas acomodándose en el carricoche morenovallista.
En este escenario se me aparece un funcionario que —lo hemos visto— está considerado como uno de los eficientes colaboradores del gobernador: es digamos que operador político de confianza. Me refiero a Eukid Castañón Herrera, recién nombrado sub secretario general de Gobierno. ¿Y a dónde irá a parar Eukid después de este revoltijo de calabaza en tacha? Pronto lo veremos.

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miércoles, 23 de enero de 2013

Moreno Valle y Tony, ¿los superhéroes?



“Quien con monstruos luche cuide de
no convertirse a su vez en monstruo”
Nietzsche

Por Alejandro C. Manjarrez
Si la tozudez se premiara, Tony Gali Fayad ya tendría asegurada la presidencia municipal de Puebla capital.
Y si las estrategias goebbelianas estuvieran vigentes, el susodicho y el gobernador Rafael Moreno Valle (su indiscutible promotor e inventor) ya hubiesen recibido el premio a la mejor campaña preelectoral del mundo. Bueno, para no exagerar, cuando menos superior a la de Campbell, la sopa instantánea.
Y vaya que sí.
El tal Gali aparece hasta en la sopa; es decir, en cualquier esquina, calle, puesto de periódicos o revista rosa oficial o extraoficial, así como en publicaciones católicas, políticas, del corazón y subsidiadas.
Lo extraordinario de tamaña hombrada es que los dos padrino y ahijado salen juntitos en los espectaculares que solapa la revista Líder. Superman y Iron Man surcando el cielo azul en pos de la inmortalidad política (la conjunción copulativa “y” obedece a la pronunciación inglesa que impide la cacofonía). Ambos los constructores del futuro. Uno el mejor mandatario. Y el otro el más sobresaliente de los servidores públicos de esta aldea que de seguir como vamos llegará a ser global.
Pero como siempre hay un negrito en el arroz, los héroes mencionados enfrentan a otro súper hombre cuya genética lo ha convertido en un recordman nacional. Se llama Enrique Peña Nieto, el ciudadano cuya estructura celular está formada por los 200 genes que estimulan el alto rendimiento político. Y además es el priista que recuperó el poder para su partido, mismo que obvio tratará de conservar a partir de no perder las próximas elecciones, las de este año. La razón: necesita legitimarse como presidente de los mexicanos.
Visto con esta simpleza que bien puede servir de argumento a cualesquiera de los comic que forman la contra cultura que le ha dado en la madre a nuestra cultura, Moreno Valle dejaría que Gali se caiga de la nube si éste resulta el tonto útil para que aquél permanezca en las alturas.
Lo curioso de la trama en comento está en que nuestro Superman, sabe que es necesario ofrecer algún sacrificio que ponga contento al representante de la teocracia política nacional. ¿Gali? Podría ser si el PAN acepta la honrosa recomendación de su principal militante en el estado. ¿Fernando Manzanilla? ¡No! El cuñado seguirá siendo el eje del proyecto político futurista preparado a conciencia desde hace tiempo, para ser preciso allá en los días de la “íntima intimidad” del mandato melquiadista. ¿Jorge Aguilar Chedraui? ¡Tampoco! Antes de cualquier cambio, renuncia o enroque, este destacado secretario del Gabinete morenovallista, deberá limpiar la casa que recibió cochina, además de zafarse de la inercia que en un descuido contable o administrativo, podría succionarlo embarrándolo de boñiga.
Los tres Enriques, la competencia
En esta gran aventura camotera, también trabajan y actúan otros personajes, los llamémosles institucionales. Diría Tom Morris (Los superhéroes y la filosofía), ahí están prestos y activos los Enriques: Agüera Ibáñez y Doger Guerrero, émulos los dos de Aristóteles, dado que ambos son pensadores terrenales apegados al manejo de la ciencia combinada con el pragmatismo.
¿Cuál personalidad encajaría con Agüera y con Doger? ¿Spiderman, Nightcrawler (Rondador Nocturno), Batman? O para alejarnos de la “modernidad cultural” situémonos en la mitología griega: ¿Hércules, Ícaro, Ulises?
Usted lector decida porque cualquiera de los mencionados podría contender por el PRI, el partido que actuará para revalorarse y, como ya lo dije, legitimar al otro Enrique, el que se apellida Peña Nieto.
Éste es pues, desde lo visual, el estridente escenario poblano que hoy aparece dominado por varios superhéroes, hombres dispuestos a protagonizar la gran batalla iniciada precisamente con las carteleras callejeras que menciono arriba. Las mismas que anuncian lo que será un encuentro donde una vez que la ley permita lo que hoy está prohibido aparecerán los espectaculares que dejarán chiquitos a los de Superman and Iron Man y, en un descuido, metidos en los expedientes del Tribunal Federal Electoral.
¡Viva el mole de guajolote, chingao!

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domingo, 20 de enero de 2013

Diálogos en Puebla



Por Alejandro C. Manjarrez
Paré la oreja y escuché opiniones encontradas sobre Rafael Moreno Valle. Unas voces que lo critican y otras que ponderan su trabajo. Las que bajo de cuerda sueltan sus verdades, a medias o completas. Y las que parecen convencidas de sus dichos, auténticos o comprometidos.
Le comparto pues este resumen o balance de esos diálogos, la mayoría recopilados durante los dos primeros años en que el gobernador ha ejercido el poder sin prestárselo a nadie. Y unos cuantos más provocados por el periodista que mete hebra para sacar listón.
Lugar: el que se le ocurra al lector.
Personajes: cualquiera de los que conocemos de uno u otro lado.
He aquí las voces
—No cabe duda que el góber es un fregón. ¿Ya viste su capacidad de convocatoria? Más de veinte gobernadores vinieron a su segundo informe. Se me figuró una las reuniones de la República que organizó José López Portillo.
—¡Huy mi cuate! Ya te compró Rafa.
—No. No me compró… Sólo me ha convencido. ¿No has visto cómo ha cambiado a Puebla?
Haz obra que algo sobra, decía Carlos Hank. ¿Ya te olvidaste?
—Eso fue en el sexenio de Marín, cuando los constructores se mochaban o repartían los excedentes presupuestales. Por eso se elevó el costo del concreto hidráulico de la Atlixcáyotl, por ejemplo. Lo mismo pasó con el presupuesto del Periférico y los fraccionamientos ocultos a propósito para que los ecologistas poblanos no protestaran y los fraccionadores soltaran dinero. De ahí la comalada de nuevos millonarios marinistas. O qué, ¿ésos te taparon el hocico con un buen billete?
—No pos sí: échale la culpa al que se fue para que no se fijen en el que está. No mi cuate. Yo no recibí ningún billete, como tú dices. Hablo de lo veo y oigo. Claro que ha cambiado Puebla. Hoy hay más desempleados. La obra pública se la llevan empresas extranjeras o de otros estados. Los constructores poblanos quebraron. Corrieron a un montón de burócratas. Y los que conservaron su chamba perdieron parte de su salario, merma que redujo su capacidad adquisitiva. Conozco a varios que tuvieron que sacar a sus hijos de las escuelas de paga...
La ordeña de las vacas gordas, compadre. Eran economías ficticias. Un poco de corrupción por allá y un mucho de omisión por acá. Con el ahorro que produjo el ajuste de personal y el uso racional y honesto del dinero, se han hecho grandes obras. Ve la remodelación de los Fuertes, y la construcción de las vialidades de primer mundo, y el extraordinario Centro Integral de Servicios (CIS), y el Eco Parque Metropolitano que hoy lo es gracias a que Rafa acabó con los negocios personales, y el Metrobús y su carril confinado…
—Espérate, no corras. Y también los helicópteros de lujo, y la lujosa y millonaria remodelación de Casa Puebla. Y los asesores metrosexuales. Y las camionetas súper blindadas. Y los viajes ilustran, sobre todo si son a Nueva York…
—O a Alemania güey. Moreno Valle se trajo a la Audi y con esa empresa llega a Puebla una derrama de miles de millones de dólares. Qué, ¿ya te volviste ciego?
 —Al contrario compadrito. Hoy veo y además siento. Veo que este góber no da paso sin huarache. Y siento el efecto electorero en cada uno de esos pasos…
—Es parte del show, hombre. Los políticos con visión de estadistas trabajan para las próximas generaciones. Lo demás llega en automático.
Pues éste lo hace para las próximas elecciones. Y según veo lo demás no llegará ni siquiera forzado.
—Sin que mi intención sea la de convencerte, te pido medites sobre lo siguiente: Melquiades se gastó alrededor de 800 millones de pesos en el Siglo XXI, elefante blanco que Marín se lo regaló a TV Azteca. Con ese dinero pudo haber hecho su CIS en lugar de meter la dignidad republicana a la marranera. Marín regaló terrenos o validó los negocios que su antecesor hizo con el patrimonio inmobiliario de la zona de Angelópolis, como ocurrió con el Parque Metropolitano. Ninguno de ellos se atrevió a poner orden en el transporte urbano; es más, obtuvieron dinero y prebendas de algunos permisionarios, los que por tradición transexenal se mochaban. En vez de invertir en obras de trascendencia metieron el dinero a la bolsa para su usufructo de particulares. ¿Y qué decir de los lujos personales que incluyeron los carísimos servicios de hermosas y lujosas sexoservidoras argentinas, peruanas y hasta rusas?
— ¡Pues todo eso lo supo Rafa y calló!
Y se alejó del Precioso para no contaminarse.
—Y también se salió del PRI para contagiarse con la influencia de la maestra.
—Gracias a ello fue senador primero y después gobernador. Para que la cuña apriete
—Ah, ahora entiendo: por eso cooptó a priistas, perredistas y convergentes e hizo suyo el Panal, nomás para lo que se ofrezca.
—Es política. Y de la buena compadrito. El ejercicio del poder incluye la pluralidad y la unidad, no la uniformidad.
El Compromiso por Puebla, ¿no?
Hasta aquí dejo esta primera parte de diálogos poblanos. Es obvio que aún hay más: lo que dicen los servidores públicos que lo fueron, y lo que comentan los que hoy forman parte del gobierno morenovallista. Téngame paciencia.
Mientras, usted lector tache o palomee el comentario y/o la justificación que considere adecuada.

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martes, 15 de enero de 2013

Nueva etapa, viejas prácticas


 
Urge el oficio político
Por Alejandro C. Manjarrez
Según mi apreciación, el 15 de enero del 2013 cierra en Puebla una etapa gubernamental en la que los desencuentros fueron más que las coincidencias, mucho más. Y se inicia otra con visos que presentan la posibilidad de mejoras en la relación gobierno-sociedad.
Podríamos decir que dos años le han abierto la puerta a los cuatro que faltan.
Es un hecho que suele ocurrir en cada mandato debido a que en ese lapso el gobernante aprende cosas que ignoraba, en tanto que los gobernados pueden darse el lujo de conceder el beneficio de la duda, actitud ésta donde la esperanza –si acaso se da– aparece mezclada con algunas pizcas de resignación y dos que tres pellizcos de desconfianza.
Dicho con otras palabras:
En veinticuatro meses el mandatario descubrió la realidad que ignoraba o había soslayado debido a las actitudes rayanas en la soberbia que engendra el éxito político. O sea el talante que suele alimentarse con las lisonjas y los malos consejos a cargo de quienes buscan chamba o son expertos en padrotear al poderoso. Esta circunstancia y el tiempo transcurrido, permite al pueblo manifestar sus reclamos y críticas al poder. Dos años –insisto– bastan para darse cuenta de que el poderoso en turno es un ser normal con virtudes y defectos.
Dicho lo anterior ahora veamos lo que el lector conoce o incluso sufrió porque fue víctima de errores burocráticos o debido a que salió con chipotes a consecuencia de lo que algún gobernador aldeano llamó “acomodo de las calabazas”.
Me refiero al desempleo y a la pérdida del poder adquisitivo que produjo la política de recortes de personal y salarios, así como a la reducción del gasto corriente combinado con la entrega de obras a contratistas de otras entidades o países. Según argumentan los panegiristas oficiales, la llamémosle estrategia gubernamental fue necesaria para que Rafael Moreno Valle pudiera deshacer la enorme cola de corrupción dejada por el gobierno de Mario Marín Torres, el ex que a su vez heredó dicho “rabo” de otros ex gobernadores que lo habían engordado y alargado.
En fin, como palo dado ni Dios lo quita, dejemos lo pretérito y veamos hacia adelante:
Inicia la nueva etapa con algunos avances y varios retos. En el primer caso está la obra pública que incluye en Centro Integral de Servicios (la nueva sede del gobierno) y, por citar lo más reciente y visible para los poblanos, el controvertido “Metrobus” que rompió el maleficio del transporte público (léase control de mafias y grupos de larga historia). Agregue el lector otras de las obras difundidas hasta el hartazgo por el propio mandatario: que el Viaducto Zaragoza, que el Centro Cívico Cultural 5 de Mayo, que los distribuidores viales, que el Ecoparque Metropolitano, en fin, todo lo que se construyó con recursos públicos y que por ello está sujeto al escrutinio de la desconfiada sociedad (“la mula no era arisca…”).
Otra de las acciones que llaman la atención es el analfabetismo, campaña en donde participaron la UNAM, la BUAP y el SNTE; es decir,  José Narro Robles, Enrique Agüera Ibáñez y la con justicia cultural satanizada Elba Esther Gordillo Morales: dijo Moreno Valle que el mencionado atraso educativo se redujo en 24.7 por ciento. Este dato y el énfasis que puso el informante, me recuerdan a Jesús Reyes Heroles, el priista cuyo pensamiento podría ser –por qué no– parte de la inspiración en los actos educativos de Enrique Peña Nieto, de quien por cierto depende el futuro del gobernador del estado de Puebla y, por ende, de los poblanos: es obvio que además de convencer a los gobernados, Rafael tendrá que hacerlo con el presidente de México.
Dijo don Jesús:
“Se ha establecido con rigor que en nuestros días no basta saber leer; resulta indispensable querer leer, tener la voluntad de leer.”
Buena la aportación la de Reyes Heroles. Y mejor su criterio sobre los medios de comunicación a los cuales definió como instrumentos valiosos de apoyo a la “enseñanza colectiva”.
Concluyo pues con la siguiente opinión que usaré como preámbulo de mi próximo comentario sobre el cambio de estrategia en el área de comunicación social del gobierno morenovallista:
Después de dos años de rechazo a la crítica periodística y de la fallida cooptación o eliminación de periodistas, se han tendido los puentes para fomentar la relación entre prensa y gobierno, trato que deberá estar basado en la ética y la honestidad profesionales, actitudes éstas que han sido lesionadas por algunos comunicadores cuyo entreguismo equivale a la posición culimpinada.
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domingo, 13 de enero de 2013

Las chanclas de Lalo Rivera



Por Alejandro C. Manjarrez
Además de la debacle que afectó la estructura tradicional, lo ocurrido en el PAN también podría acabar con el proyecto político de Eduardo Rivera Pérez, presidente municipal de la capital poblana. Vea usted por qué:
-Josefina Vázquez Mota amiguísima del susodichoperdió la elección presidencial y de paso su influencia y capacidad de gestión dentro de la estructura de poder.
-Su partido cayó al tercer lugar nacional.
-Gustavo Madero hizo todo lo que pudo (tal vez sin querer) para afectar el prestigio político de Acción Nacional. La gota que derramó el vaso fue la terrible pérdida o huida de militantes.
-A lo anterior adicione el lector que el PRI de Enrique Peña Nieto definió al municipio de Puebla, como una de sus prioridades electorales porque como lo dije en la columna pasada es la “joya de la corona” que deberá adornar la testa presidencial.
A esa negrura que gravita sobre munícipe angelopolitano, habría que agregar lo siguiente:
-Muchos de los fans, impulsores unos o amigos políticos otros de Eduardo, dejaron de ser panistas e incluso hasta servidores públicos. De ahí que el futuro inmediato del alcalde dependa ahora sí de Rafael Moreno Valle, el dueño del ajedrez político variopinto y —por si fuera poco tal fuerza burocrática— su principal y más poderoso detractor.
Como podría decir Paco Fraile en alguno de sus momentos de contraste anímico: Lalo anda mal y de malas.
Es obvio que nadie querrá meterse en las chanclas de Lalo (alusión ésta en honor a la beatitud del sacerdote aquel conocido como el “Chanclas de Oro”). Igual lógica tiene el hecho de que pocos (por no decir nadie) estarán dispuestos a conservar “puesta la camiseta” (o suéter) color púrpura, prenda que acostumbra usar Rivera Pérez. (La tonalidad simboliza la penitencia y el duelo; asimismo es el matiz que se usa durante la Semana Santa, los domingos de Cuaresma y en los cuatro domingos de Adviento). Pero lo peor del contexto político en cuestión, es que además existe la posibilidad de que abandonen a Eduardo aquellos que hace dos años lo vieron como seguro sucesor de Moreno Valle, proyecto político concebido al día siguiente de la victoria electoral municipal, todos ellos —hay que decirlo— miembros del coro emisor del famoso canto de las sirenas, voces que reverberaban entre los muros del Palacio Municipal.
Está cabrón el panorama, digo yo.
Sostengo la palabreja anterior y además la enfatizo, porque ante la coincidencia de factores que propician el mal augurio que el columnista define con el vocablo altisonante, el alcalde deberá olvidar el futurismo para no distraerse; es decir, tiene que poner sus cinco sentidos en el trabajo municipal. Y aparte de todo ello morderse lo que al lector se le ocurra para —sin hacer gestos feos sonreír y solicitar el apoyo del gobernador de Puebla.
Adicione al panorama que pergeño, los negros nubarrones que lo harían más denso si el PRI tuviere la mayoría en la próxima legislatura local, circunstancia que complicaría la vida del munícipe afecto al color púrpura. Ahora bien, si acaso llegase a funcionar la alianza que seguramente impulsará el mandatario del estado de Puebla, con el fin de obtener y controlar esa mayoría, el efecto sería prácticamente el mismo.
La verdad está difícil ponerse en las chanclas de Eduardo Rivera. Sin embargo, aquel que se anime tendría que hacerlo como si el acto equivaliese a una aventura de política extrema o de sacrificio cuasi religioso avalado por el Yunque. Vea usted las razones:
Acabar con la corrupción en las diferentes corporaciones y niveles; aplicarse a construir (sin diezmos claro) la obra pública que lo convierta en un referente político; no competir con el gobierno estatal; dejar de viajar dizque para aprender de los demás lo que ya no le daría tiempo de aplicar; y convertirse en un aliado del gobernador rogándole al Señor de las Maravillas que haga dos milagros: que Rafael se gane la simpatía de Enrique Peña Nieto, y que él, Eduardo, entre en el ánimo de Moreno Valle.
El lector dirá si semejante acontecimiento sería posible.

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jueves, 10 de enero de 2013

Los cacles de Moreno Valle



Por Alejandro C. Manjarrez
Pongámonos en los zapatos del gobernador de Puebla, y pensemos en el futuro inmediato.
Una vez mostrada la decisión del primer priista del país (vuelve esta definición mediática), coraje que incluye el rescate de las posiciones políticas que su partido perdió, todo indica que tanto para él como para su equipo, el estado de Puebla representa la “joya de la corona”. De ahí que Enrique Peña Nieto haya decidido recuperarla para, cuando menos, satisfacer su ego político y de paso inyectar bravura y optimismo a sus desanimados y  desmoralizados congéneres de ésta y de las otras entidades gobernadas por los adversarios del hoy partido oficial (término éste que también regresa).
Esa es la lógica.
Y en ella me baso para decir que el mandatario Rafael Moreno Valle, tendrá que operar con cuidado y sin perder el estilo. La razón: cualquier movimiento político en falso equivale valga la figura a rascarle las criadillas a un toro miura. Pero lo peor para el grupo que comanda Rafael, está en que el nuevo partido Compromiso por Puebla lleva su sello de fábrica: cualquier ciudadano más o menos informado (incluso hasta los despolitizados), sabe que este organismo político tiene la marca Made in Casa Puebla. Y que además haría las veces de catalizador para las ya no tan populares alianzas partidistas en contra del PRI.
A grandes rasgos, según el columnista, este sería el escenario y desde luego el motivo de preocupación del Ejecutivo estatal, circunstancias que obligan a preguntar: ¿cómo armarán la estrategia para pasar la prueba electoral sin las máculas que suelen producir los procesos amañados o dirigidos por el poder de los gobiernos locales, mañas que bien conoce el Presidente de México?
Antes de lucubrar sobre la respuesta, le cuento al lector una de las últimas anécdotas del ex gobernador Mario Marín Torres:
Excepto el PRI, obvio, los demás partidos le exigieron al entonces mandatario, alias El Precioso, que no metiera las manos en el proceso electoral, mismo que por cierto perdió. Con su acostumbrado estilo socarrón y taimado, según me contaron, Marín dijo a quienes le habían puesto al tanto del asunto: “¡Ah, si serán pendejos! No tengo por qué meterlas si nunca las he sacado”.
Sigo con los Prada puestos.
Pensemos, pues, en que dentro del cuarto de guerra o tanque de cerebros morenovallista, ya consideraron esta situación y que su análisis inicial se centró en la elección de Puebla capital. Si así fuere, el buen Jorge Aguilar Chedraui y el extraordinario Antonio Gali Fayad, tendrían que aceptar que sus perfiles políticos apenas y les dan para una diputación local, misma que hasta podría depender de la lista plurinominal. Queda Fernando Manzanilla Prieto, en cuyo fuero interno debe estar dudando de lo que parecía una aspiración garantizada. “Fer: como bien los conozco —le habrá dicho su amigo, el talentoso y hábil Luis Maldonado Venegas, considerado como el gurú del grupo—, más vale que dejemos pasar este tsunami y nos dediquemos a resolver la sucesión de un año ocho meses”.
Y sí: el próximo será sin duda un tsunami parecido a lo que el PAN primero criticaba definiéndola como elección de Estado, esquema que después adoptó para mejorarlo valiéndose entre otras estrategias del apoyo de Elba Esther Gordillo Morales.
¿Quién cree usted que tenga más saliva para tragar más pinole: Enrique Peña Nieto o Rafael Moreno Valle?
Hasta la pregunta ofende, dirán mis lectores benévolos.
Por aquello de los malos pensamientos aclaro: propuse la duda precisamente para concluir que como conjeturé que dijo Maldonado “lo mejor está por venir”, algo que podría ocurrir hasta el proceso electoral del 2015, cuando Moreno Valle haya demostrado que Puebla requiere de un gobernador dispuesto a no frenar la inercia del desarrollo que él impulsó. O sea el mandatario efímero que prepare el camino al escogido del equipo de la gobernanza que usted y este columnista observamos preocupados.
Y ahí, en el párrafo anterior, aparece la clave del futuro de Puebla y del grupo en el poder. Resumo: ahora, Moreno Valle y adláteres, están más obligados que nunca a preparar el terreno para la trascendencia sexenal, léase Cámara de diputados y presidencias municipales, excepto la “joya de la corona” que, como ya lo sugerí, podría quedar en manos de un priista con aspiraciones de gobernador, aunque sea el efímero.
Esto último es otro tema, en el cual subyace lo que podría ser el “Plan B” del mandatario en funciones.
Lo dejo para la próxima entrega.

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domingo, 6 de enero de 2013

"Chingada madre" yo soy el Presidente

Por Alejandro C. Manjarrez
Iniciamos el 2013 con un nuevo gobierno nacional cuyas estrategias no son novedosas aunque sí renovadas u objeto de la acostumbrada manita de gato. Dicho con otras palabras: seguimos igual que antes dado que la violencia persiste, la corrupción prevalece y los compadrazgos continúan. De ahí que el monumental cuadro de la República sea el mismo pero con distintas caras. La única diferencia real está en el color del fondo, matiz donde al parecer ya no caben las tonalidades de los gobiernos variopintos, o sea aquellos que llegaron al poder gracias a las alianzas. El de Puebla uno de ellos.
Rescato del anecdotario presidencial la expresión de Enrique Peña Nieto que sirve de título a esta columna, palabras que lo retratan tal cual: es un joven priista moldeado a la usanza de la vieja escuela política donde el oficio, la lealtad y la disciplina se premian y lo demás queda sujeto al cobro de facturas políticas; o como decía el doctor Alfredo Toxqui: a los tiempos de lanzar cohetes y a los días de recoger varas.
Cuando Peña Nieto andaba en campaña presidencial, Gustavo Cuevas Gutiérrez, capitán de Caballería del Ejército y encargado de la seguridad del entonces candidato, aventó a una mujer que intentaba apapachar al priista. Su acción fue violenta y por ende tan grotesca como grosera. Enrique lo vio y molesto le gritó mientras agitaba su mano derecha:“¡Chingada madre! ¡Estamos en campaña!, ¿no te has dado cuenta?”. (Agencia Apro, 9 de mayo de 2012).
Tomo esta expresión para definir lo que sin duda será el mandato presidencial encabezado por un hombre enérgico y comprometido con el ejercicio del poder (los tiempos de lanzar cohetes). Parto de este estilo y especulo: Peña podría decir (que no gritar) a los gobernadores algo así como:“Chingada madre, ¿acaso no se han dado cuenta quién es el Presidente?”.
Tortura legislativa
Puebla entró ya a una etapa complicada para su gobernante. Cambiaron las reglas del juego y también el color de la política mexicana. Ahora Rafael Moreno Valle Rosas, está más que obligado a reajustar sus proyectos para que éstos no alteren la coloración del nuevo presidencialismo. No hacerlo podría poner en riesgo su dinámica personal y además ubicarlo ante la posibilidad de que contrasten algunas de sus acciones públicas. Voy el ejemplo más evidente:
La política institucional poblana se ajustó aplicándole a la Constitución local una especie de tortura legislativa. Esto produjo los siguientes cambios: se movieron las fechas electorales y por única vez se amplió la duración del Congreso local y de los ayuntamientos: en vez de tres años, serán cuatro años ocho meses, lapso en el que también se elegirá a un gobernador efímero (un año ocho meses). Los considerandos de la reforma de marras se basaron en que a partir del 2018, los renuevos electorales de Puebla coincidirán con las elecciones federales.
Visto con la simpleza de lo políticamente incorrecto, podemos decir que dichos cambios mejoraron el dominio político a cargo del morenovallismo y, al mismo tiempo, que ello facilitará la operación electoral, incluida desde luego la posibilidad de controlar el poder durante los próximos diez años, cuando menos.
Divide y vencerás
Como palo dado ni Dios lo quita, el priismo local se enfrentará a la estructura que el poder Ejecutivo estatal ha diseminado en la estructura de los diferentes membretes partidistas, todos dispuestos a mezclarse para hacer algo parecido a una pócima con efectos anestésicos. Me refiero a las siglas PRD, PAN y Panal adheridas con el nuevo catalizador que se llama Compromiso por Puebla.
De ello han tomado nota los estrategas del PRI nacional que se manejan ya bajo ese aviso de alarma o alerta roja. Es obvio que no habrá concertaciones ni omisiones que afecten o pongan en entredicho lo que será una elección legitimadora para el Presidente que, como tal, en este 2013 afrontará sus primeros procesos electorales del sexenio. Así pues está más clara que nunca la directriz electoral del Partido Revolucionario Institucional. El vamos con todo pues.
A pesar de ello la duda prevalece y ésta sólo tiene una posible respuesta digamos que lógica. Para no variar, dicha resolución buena o mala corresponderá al gobernador Rafael Moreno Valle, circunstancia que me lleva a las siguientes preguntas:
¿Dejará que la política electoral de Puebla se maneje bajo el azar producto de la democracia libre, o sea sin dirección, manipulación o adjetivos?
¿Maniobrarán sus eficaces operadores para que se cumpla el proyecto transexenal?
¿Sacrificará a los sacrificables de su gobierno con la intención de taparle el ojo al macho?
¿Decidirá ser un gobernante democrático?
Poco a poco iremos conociendo las respuestas a estas cuestiones que resumen la problemática de la política estatal, conflicto surgido después de la estruendosa derrota del PAN y de los deslindes presidenciales, incluido el desmarque del liderazgo magisterial. Mientras ello ocurre puedo decir que lo único claro es que Puebla vivirá un proceso electoral novedoso. Ahora bien, de cómo se lleve a cabo éste dependerá de que Rafael Moreno Valle afine o haga espesa su relación con el poder presidencial. Ahí, ante esa encrucijada, lo ha puesto el destino: se acabaron los asideros o apoyos que suplían al peso político de la opinión pública y reemplazaban al aval de los ciudadanos.
Costumbre vs lógica
En México abundan los políticos neoliberales fanáticos del libre mercado. Son los ejemplares que privilegian el sistema capitalista aun en perjuicio de las necesidades sociales: rechazan la idea de que la política opera como la fuerza motriz del gran carricoche que representa la práctica de la “sociedad abierta” (Popper, dixit).Por ello el empeño chabacano en poner los caballos (la política) detrás de la carreta.
Para que el gobierno poblano aumente el volumen de sus ingresos y por ende su prestigio, necesita establecer una muy buena relación con la administración federal. Y afianzar ese vínculo con el apoyo de los grupos sociales organizados y con filiaciones políticas o sin ellas. ¿Cómo hacerlo?Una forma sería cambiar el sentido de la frase: “es la economía estúpidos”para, en su lugar, adoptar la nueva arenga que, permítaseme la paráfrasis, respondería al oficio político del presidente Peña Nieto: “Chingada madre, estos son tiempos de política”.

Twitter: @replicaalex