domingo, 25 de marzo de 2012

Fe vs fe, pueblo vs gobierno


Por Alejandro C. Manjarrez
Al ver la fe que invadió a los políticos que acudieron al estado de Guanajuato para saludar, mirar o estar cerca del Papa Benedicto XVI, tuve que preguntarme: ¿podrá la energía espiritual del Vicario de Cristo sensibilizar a los gobernantes cuyo interés suele ser ajeno a los intereses del pueblo? ¿Se hará el milagro en Rafael Moreno Valle, el mandatario que obligado por sus circunstancias ha puesto en práctica acciones laborales que lastiman a los poblanos de Puebla? ¿Recuperarán su trabajo o su poder adquisitivo los miles de ciudadanos víctimas de la persecución política-laboral, acto administrativo operado con extraordinaria eficacia por el esclarecido y nunca bien ponderado don Cabalán Macari Álvaro, cercanísimo colaborador de su paradigma y amigo Moreno Valle? ¿Las empresas poblanas de Puebla entrarán al corazón de Rafa?

Mientras las dudas expuestas agobiaban al que esto escribe, supe de varios poblanos que con gran esfuerzo económico acudieron a Guanajuato para acercarse al Papa y, en ese ambiente cuasi santificado, pedir por ellos y sus familiares que perdieron la chamba. Confiaron en que el Santo Padre de Roma intercedería ante la Virgen de Guadalupe  rogándole que iluminase a Rafael para que éste se vuelva más sensible. Me lo confió alguno de los importantes empresarios que ahí estuvieron como invitados digamos que de honor. Este mismo caballero (dicen que de la Vela Perpetua) escuchó decir a un grupo de paisanos que se acercó a saludarlo: “Venimos para rezar por quienes se quedaron sin trabajo”. También se enteró (así me lo hizo saber) que decenas de poblanos extasiados por la contagiosa fe multitudinaria, usaron la oración para solicitar –imagino que al santo Tomás Moro (el de los políticos) – se les concediese la gracia de escuchar sus ruegos para que el secretario de Hacienda autorice más dinero a Puebla, recursos que amplíen la disponibilidad del gasto corriente: “Ya no queremos que haya recortes salariales. Te pedimos, bondadoso santo de la causas de la gobernanza, que el de Puebla reciba partidas presupuestales extras que permitan al gobierno promover la imagen de nuestro extraordinario mandatario, y que ello sirva para difundir lo que ocurre en este estado de paz gobernado por un hombre que, debido quizás a la influencia de sus lecturas guerreras (Sun-tsu), todavía no encuentra la paz espiritual”.

Y mire usted lo que es la energía y sinergia del pensamiento: en esas estaban los poblanos de Puebla cuando en el espacio guanajuatense reverberó la voz del Papa, palabras que viajaron para quedarse en la gran nube de la información: “…pidámosle también (a la Virgen María) que siga acompañando y amparando a sus queridos hijos mexicanos… para que Cristo reine en sus vidas y les ayude a promover audazmente la paz, la concordia, la justicia y la solidaridad".

Intuyo que a estas alturas el lector podría estar pensando en que soy un irreverente. Créame que no lo soy porque respeto todas las manifestaciones de la fe partiendo de mi propia fe en la inteligencia humana. El problema es que esta mi fe ha sido afectada por aquellos políticos cuyas actitudes van en contra de la palabra de Cristo difundida por el Papa y su pléyade de sacerdotes (borre de esta lista a los pederastas). Más aún cuando a pesar de su comportamiento, digamos que heterodoxo, los políticos en cuestión se disfrazan de católicos para aparecer sonrientes junto a Su Santidad, como pomposamente le dicen a Ratzinger modulando la voz para dar énfasis al cargo divino que le asignaron los hombres del Vaticano.

No. No soy irrespetuoso. Como cualquiera que dé importancia al compromiso inherente en los seres racionales, mi oficio u obligación es recordar su responsabilidad social a quienes no sólo la olvidan sino que a veces hasta la inventan para sentirse superiores al resto de los humanos. Esa es la intención. De mi parte no hay ni habrá ninguna señal de enemistad a pesar de que los periodistas seamos considerados por el mandatario en turno como los enemigos a los cuales tiene que derrotar o dominar para que, sumisos o abyectos, “coman de su mano” y sirvan a sus intereses a pesar de que vean cómo se manipula la política y se maniobra con la democracia para engañar a la sociedad.

Quede, pues, el mensaje del Papa Benedicto XVI como colofón a esta columna que busca sacudir la conciencia del gobernante que, según todo apunta, sigue empeñado en imponer a los poblanos el estridente sonido de sus chicharrones. Ojalá que escuche bien y asimile lo que dijo aquel que fue a saludar a Roma y a Silao: en política el éxito se logra cuando la concordia, la justicia y la solidaridad son los distintivos del Gobierno.

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