martes, 25 de junio de 2013

Enrique Agüera y su circunstancia



El honor es la poesía del deber.
Alfred Victor de Vigny


Por Alejandro C. Manjarrez
El 4 de abril de 2008 publiqué lo que a continuación leerá, datos que, según yo, desvirtúan gran parte de lo que han escrito o dicho algunos detractores del ex rector, los que usan su sagrado derecho de opinar y los que opinan inducidos por sus patrones, enemigos políticos del candidato del PRI-Verde Ecologista. Va:
Yo soy yo y mi circunstancia, dijo José Ortega y Gasset. Un siglo antes Benjamín Disraeli había dicho que el hombre no es hijo de las circunstancias sino que las circunstancias son hijas del hombre.
El tiempo ha dado la razón a esos dos pensadores, ya que lo que ocurre en la política, la academia, la ciencia y la literatura, entre otras de las actividades del ser humano, confirma que son el hombre o la mujer quienes con su inteligencia y labor profesionales modelan, reinventan y crean las circunstancias de su ámbito de trabajo y, por ende, de ellos mismos.
Por ejemplificar con el caso más espectacular de México, ahí tiene usted a Felipe Calderón, el presidente que para bien o para mal (hizo) de su gobierno su propia circunstancia, curiosamente la misma de su partido.
Estas no son mas que unas simples reflexiones del columnista, surgidas después de conocer el resultado de la revisión contable y académica realizada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a la Universidad Autónoma de Puebla. El vínculo o el “botón mental” que trajo a mi memoria los nombres de Ortega y Gasset y Benjamín Disraeli, fue precisamente el comunicado de la BUAP que refiere el dictamen que emitió la ASF para de alguna manera “calificar” el rectorado de Enrique Agüera Ibáñez
En uno de los párrafos del comunicado de marras se lee que ”la Auditoría Superior de la Federación considera que, en términos generales, la BUAP cumplió razonablemente con el objetivo de orientar su actuación mediante los proyectos formulados al amparo del Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI) y con las disposiciones normativas aplicables al ejercicio, registro y control de los recursos autorizados al amparo del PIFI y del Presupuesto de Egresos de la Federación para la adquisición de bienes y servicios y para la obra pública.”
Pero el resolutivo mencionado va más allá de lo que podríamos llamar un simple resultado contable y académico. Esto porque la argumentación solventa y valida la ética laboral tanto del rector como de su equipo de trabajo. También reconoce y respalda la “transparencia y eficacia con la que se manejaron los recursos destinados para la reconstrucción y equipamiento del Hospital Universitario de Puebla”, una de las obras que garantizan la trascendencia social de la función pública universitaria.
¿Y cuál es la circunstancia de Enrique Agüera?
Pues el ser rector de la universidad que lo formó, razón que (me dijo cuando lo entrevisté para Réplica) lo ha motivado a trabajar para responder con creces a la responsabilidad que tiene con su propia conciencia y con el proyecto a futuro de la Universidad Autónoma de Puebla. (Entonces era él y la Universidad).
Por lo que podemos percibir, en la misma situación de Agüera se encuentra su equipo de trabajo. Alfonso Esparza y Óscar Gilbón Rosete, por ejemplo, responsables directos del buen funcionamiento de la administración del dinero y su control estricto, lo cual incluye todos los programas que se sustentan en la liquidez de las finanzas universitarias, acciones que dependen del trabajo de la Tesorería General, la Dirección General de Obras, del Fondo de Aportaciones Múltiples, de la Dirección de Competitividad Académica y del Programa de Mejoramiento del Profesorado. Así pues, Esparza, Gilbón y cada uno de los vicerrectores y directores de las diferentes carreras, también son ellos y su propia circunstancia.
Esta validación del manejo de los recursos que entrega la Federación a la BUAP, se deriva de la rendición trimestral de cuentas que presenta la Universidad a ese órgano federal, el máximo revisor de las cuentas públicas del país (a la sazón gobernado por el PAN). Es un trabajo que, como lo manifestó Gilbón Rosete, contralor general, nunca termina. Y a ello agregue el lector que se trata de una labor cuyo éxito depende de cómo se pongan la camiseta los funcionarios de la Universidad, entendidos de que, debo insistir, ellos son su propia circunstancia...
Hasta aquí la larga cita.
Hoy Agüera es el candidato del PRI-Verde a la presidencia municipal de Puebla capital. También es el adversario del PAN-Gobierno cuyo objetivo es derrotarlo a como dé lugar. Cambiaron los tiempos y Enrique Agüera Ibañez sigue en la misma línea, es él y su circunstancia, en esta ocasión la del guerrero que ingresó a la batalla rodeado de traidores y enfrentándose al ejército de un general acostumbrado a ganar sus propias guerras, tal y como lo planteó Disraelí.


@replicaalex