jueves, 11 de septiembre de 2014

Rafael Moreno Valle, ¿avergüenza al PAN?



Manola Álvarez Sepúlveda 
                                                           
El plazo se cumplió y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió su recomendación sobre el caso Chalchihuapan.  El sentido de la misma fue reconocer lo que la prensa independiente había documentado: que la policía poblana hizo uso excesivo de la fuerza al dispersar la manifestación que exigía un dialogo con las autoridades para recuperar el Registro Civil en sus comunidades. Y más:

Que los policías usaron armas no letales en contra de los pobladores de Chalchihuapan, violando las disposiciones de su utilización para no causar la muerte a los receptores de su agresión.

Que no fueron balas de goma, sino cilindros metálicos de gases lacrimógenos, lanzados en forma directa y casi a quemarropa: más de 400 cartuchos estaban tirados en el área de la confrontación. Y desde luego uno de estos cartuchos fue el que causó la muerte del niño José Luis Tehuatlie. Que el secretario de Seguridad Facundo Rosas, estuvo siempre a cargo del operativo y que obstruyó la investigación negándose a entregar información y desde luego que el Procurador Carrancá fue cómplice en la violación de los derechos humanos, del derecho a la libre expresión y a la vida ya que nunca se ocupó de las víctimas. ¿Y Rafael Moreno Valle? ¿Alguien podrá creer que no le solicitaron su autorización los encargados de la Seguridad y procuración de Justicia?  

Sin contar con los elementos científicos de la CNDH, los periodistas independientes de Puebla lo habíamos manifestado. Se tenía preocupación porque los tentáculos económicos y de influencia del Gobernador Moreno Valle hicieran que el presidente de la Comisión saliera con que sí fue una onda expansiva del cohetón que lanzaran los manifestantes lo que mató al menor. No fue así afortunadamente. La recomendación incluyó la obligación para el Ejecutivo de fincar responsabilidades a sus subordinados, pedir disculpas a los afectados (lo que seguramente no hará), cuidar que no se repita una situación igual y crear una fiscalía especial para investigar los delitos que cometieron los policías y sus jefes. Esto último, que al parecer lo tenía preparado, lo hizo tres horas después encargándole a Juan Pablo Piña la responsabilidad de “vigilar” que las instituciones cumplan con la recomendación y las indicaciones del fiscal especial, José Antonio Pérez Bravo, colaborador del entonces presidente Felipe Calderón.

En caso de que no se cumpla en forma total, la CNDH presentaría ante el Senado una solicitud de juicio político contra Moreno Valle.

Como habíamos comentado, su pésimo control de daños llevó a Moreno Valle a fabricar una gran estrategia mediática --con cargo al erario público, claro-- para tratar de vender la ridícula idea de la onda expansiva, creatividad que ahora se le revertirá tanto a él como a la prensa afín, la misma que se regodeó con los supuestos dictámenes de la Policía Federal.

Onda expansiva
¿Y ahora que dirá Gustavo Madero? ¿Repetirá que el PAN enfrenta a una prensa dispuesta a poner en las primeras planas trascendidos de acusaciones sin denuncias, delitos sin testigos ni testimonios, cobardes difamaciones sin voz y sin rostro para alimentar esta política del espectáculo y de la trivialización?

Los sucesos protagonizados por sus militantes no sólo no han sido desmentidos por el dirigente, sino que sólo se queja de que los medios se ocupen de ellos, por ejemplo: la fiesta con mariachis en la sede del Senado, organizada por el coordinador Preciado; la fiesta con bailarinas de los diputados panistas en Puerto Vallarta; o Fernando Larrazabal y los casineros; o los jóvenes nazis de Guadalajara; o los ex asambleístas y funcionarios de la Benito Juárez detenidos y sujetos a proceso en Brasil por lesiones graves; o la última reunión de sus senadores donde se acusaron de intentos de sobornos. Lo trascendente de sus actividades es la hipocresía ya que se han ostentado como representantes de la honestidad, de la integridad familiar y de la doctrina cristiana.

A todos estos casos se suma el del gobernador responsable del asesinato de un niño, por haber establecido la Ley Bala y declarar que se debería de aplicar todo el peso de la ley para evitar los bloqueos a las vialidades, órdenes que ejecutaron sus subordinados. Y la del gobernador de Sonora que construyó una presa dentro de su rancho y ahora, para evitar ser sancionado, recurre a expulsar a los delegados federales de su entidad.

Ante tal temporal nos preguntamos: ¿qué le aconsejará su comunicador, que por cierto es también el encargado de la imagen de Moreno Valle?


alvarezenriqueta@hotmail.com