martes, 8 de mayo de 2012

Moreno Valle, nuevo prospecto de Televisa



Por Alejandro C. Manjarrez
No hubo cruda después de la gran fiesta que llevó a cabo Rafael Moreno Valle.  Tampoco ocurrió el impasse digamos que natural, estado que se manifiesta una vez que se echó la casa por la ventana. No. Lo único que empeoró fue lo que acertadamente el mandatario denominó “estado de contrastes” refiriéndose a la entidad que gobierna.
Y vaya que Puebla es abundante en contrastes sociales, algunos de ellos reconocidos oficialmente, como es el caso de la pobreza, y otros soslayados para no alborotar –valga la metáfora– al enorme gallinero conformado por el pueblo, los políticos que no se la jugaron con Rafa, los desempleados que produjo el sello marinista y desde luego la prensa que –con “honrosas excepciones”– quedó al margen del ánimo gubernamental, incluido el de la información oficial sin privilegios ni elitismos. (Recordemos que Rafael dijo a sus íntimos, que si había ganado con la prensa local en contra, no la necesitaría para gobernar).
Escuché a Moreno Valle en una entrevista radiofónica a modo (por blandita y cordial), misma que le hizo Joaquín López Dóriga. Las preguntas (pocas por cierto) dieron pie para que el entrevistado se explayara ante el enorme auditorio del comunicador cuya técnica para mantenerse vigente podría ser la misma que usó el conde Cagliostro, o estar basada en el “secreto” que mantuvo joven al conde de Saint Germain. ¿Cuál enigma? Dicen que las mujeres jóvenes pero nadie lo sabe a ciencia cierta. Por algo que desconocemos este conde vivió más de cien años fresco, juvenil y en pleno uso de sus facultades mentales.
Lo que el viento no se llevará
El titular del poder Ejecutivo de Puebla dijo a López Dóriga, que él trabajaba para ser el mejor gobernador que haya tenido el estado, decisión inspirada en el ejemplo de su abuelo, el doctor y general del mismo nombre, cuyo gobierno sólo duró tres años (1969 a 1972). Agregó que para ello se había impuesto varias grandes metas, todas en beneficio de la sociedad, siempre dándole prioridad a los recursos públicos, precisamente para lograr ése su objetivo. Remachó con la siguiente frase que los periodistas tenemos la obligación de conservar en la memoria: “los poblanos me han dado esta extraordinaria oportunidad y el más alto honor que podría yo tener como poblano; estoy comprometido en ser el mejor gobernador en la historia del estado”.
Aparte de estos llamémosles auto cebollazos útiles para no responder a la pregunta más importante (supongo que concertada), tanto para él como para Joaquín (“¿quiere ser presidente de México?”), el comunicador le puso en bandeja de plata ésas y otras respuestas cuando destacó el hito que produjo la presencia en Puebla (tres días seguidos) del presidente Felipe Calderón, así como los espectáculos de la celebración del 5 de Mayo (López Dóriga fue uno de los invitados VIP).
El beso del “diablo”
La referencia al show permitió a Moreno Valle enviar su mensaje a través de las ondas hertzianas. Dijo que “el aniversario de la batalla del 5 de Mayo, por su importancia, representaba una oportunidad irrepetible de poder presentar a México y al mundo que Puebla es un estado de transformación; que en Puebla estamos construyendo obras importantes, trascendentes; que estamos llevando a cabo programas innovadores…”
El conductor de Televisa tocó el tema del gran espectáculo con el propósito (imagino) de detonar la explicación de las obras que hizo el gobierno para esa fecha. Una vez expuestos los pormenores, el comunicador insistió en el 2018. Y Moreno Valle se salió por peteneras dándole muletazos a ese torito manso. No adelantó vísperas pues. Sin embargo, Televisa le dio el beso del diablo, sello que lo marca como aspirante a suceder a quien resulte ganador de la contienda electoral que estamos viviendo. En fin.
Lo anterior me lleva a compartir con usted, respetado lector, esta aventurada conclusión: si Enrique Peña Nieto fue, es y seguirá siendo uno de los grandes activos del importante consorcio televisivo, por qué no Rafael Moreno Valle cuyas características se asemejan a las de famosos histriones de la empatía, como Bill Clinton, por ejemplo.
Sin que mi intención sea mojar la pólvora a los panegiristas y amanuenses del big góber, debo decir que al proyecto abortado por López Dóriga, le hace y le hará mucho daño político la mala relación que tiene Moreno Valle con la prensa poblana, la local, divergencias que cada día se fortalecen gracias, paradójicamente, a la lejanía impuesta por su gobierno, circunstancia que constituye el gran contraste agudizado por una actitud de menosprecio, talante que, perdón por la redundancia, contrasta con las propuestas y la obvia aspiración del gobernador.
Twitter: @replicaalex