
Pa‘que tanto pinche
brinco
estando el suelo tan
parejo
Por Alejandro C. Manjarrez
Los estrategas políticos
deben serlo a partir de su capacitación, estudios, experiencia, inteligencia y
criterio. Sin embargo, no obstante ello, estos expertos también suelen cometer
errores en perjuicio de la causa que defienden o promueven. No están zafos,
pues, de regar el tepache al dejarse llevar por su pasión, soberbia o desmedido
interés personal.
Ahora bien, si alguien se
arroga la calidad de estratega político sólo por haber observado, estado,
negociado y disfrutado de las mieles del poder, lo más probable es que sus
acciones o recomendaciones resulten contraproducentes debido a que benefician a
quien quieren marginar o eliminar de equis contienda política. Esto porque al
investirse como especialistas muestran su menosprecio por la ética de lo que
debe ser una actividad privativa de personas preparadas y con intensa práctica
profesional.
El ejemplo más ostentoso
de lo que acaba usted de leer lo tenemos en Puebla: alguien tuvo la ocurrencia
de redactar o aconsejar la carta que signó Martha Hidalgo, madre de Martha
Erika Alonso, misiva en la cual la señora acusa a Miguel Barbosa y pide a
Morena que no permita que el ex senador se convierta en candidato a gobernar el
estado.
¿Y qué diablos provocó
este estratega improvisado?, preguntará el lector…
Para empezar lo escrito
debe haber molestado al presidente de México porque de manera irresponsable
(igual que lo hizo Marko Cortés) lo embarró de las dudas fabricadas ex profeso
para lucrar con el lamentable accidente donde perdieron la vida la hija y el
yerno de doña Martha. Dice además que Barbosa tiene las manos manchadas de
sangre y que él fue quien promovió las canalladas que polarizaron a la sociedad
poblana, mismas que, sugiere, causaron la muerte de la gobernadora y el
senador.
Tales dichos —que por
cierto carecen de fundamento legal y de la lógica humana que debe privar en los
actores del quehacer público— propiciaron que los morenistas se unieran en
torno a Luis Miguel Barbosa Huerta, unos abiertamente convencidos del liderazgo
que éste ostenta y otros obligados por las circunstancias, como es el caso de
los aspirantes a la candidatura en disputa: al defender a Barbosa directamente
o con su silencio defienden y apoyan la causa de Morena, que es la causa de su
líder Andrés Manuel López Obrador.
Además de esos efectos, la
insidiosa epístola dio oportunidad a Barbosa de revivir su presencia como
víctima del fraude electoral programado para hacer ganar a la esposa del ex
gobernador. Fue el oxígeno que
requería quien resultó víctima de la “canallada” procesal que puso en evidencia
los controles que durante ocho años diseñó y manejó el morenovallismo. De paso,
la carta de marras ató las manos de los adversarios en la contienda interna
morenista (Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra) cuyas opiniones y actitudes
apoyaron a Luis Miguel cuando éste sufrió los efectos de la amañada elección
que le impidió llegar a la gubernatura.
En fin, así como los
estrategas políticos deben ser capaces, preparados y éticos, los políticos
deben mostrarse congruentes con la ideología que enarbola su partido, más
cuando saben que, gracias a la presencia popular de su líder, están obligados a
conservar la unidad que les dará permanencia y fortalecerá su liderazgo social.
De acuerdo con las encuestas, los sondeos y la respuesta social producto del hartazgo
hacia la manipulación del poder y la esperanza, es casi seguro que el próximo
gobierno de Puebla sea encabezado por un militante de Morena.
¿Barbosa, Armenta, De la
Sierra?
Según parece Barbosa va en
caballo de hacienda y en una de esas hasta, por qué no, agradecido con el chambón
estratega político del PAN, posible autor o promotor o instigador de la misiva
en cuestión…
@replicaalex
alemandelaro@gmail.com