lunes, 29 de julio de 2013

Por Alejandro C. Manjarrez

Lo dije y el tiempo lo ha confirmado: Rafael Moreno Valle es un hombre seductor, un encantador de serpientes.

También escribí que el hoy mandatario de Puebla actúa como los conquistadores que superan cualquier obstáculo cuando se empeñan en obtener el triunfo anhelado.

Y machaqué en lo que cualquier persona sabe: que por ahora él es el “dueño” del presupuesto estatal que en su sexenio podría superar los 350 mil millones de pesos.

Con esas, llamémosle cualidades, se diluye o topa con pared cualquier pronóstico negativo para la estrella y protagonista de Puebla. De ahí que no resulte aventurado asegurar que Rafael Moreno Valle llegará a ubicarse en la final de la lucha política partidista, disputa que incluye la postulación para la candidatura presidencial (quizás por el PAN). Esto a pesar de que en el camino se le aparezcan imponderables –como fue el caso de la maestra Elba Esther Gordillo Morales–, circunstancias que podría resolver gracias, precisamente, a sus habilidades para convencer a los demás, incluido el equipo que formó hace diez años. Adéndum a lo de imponderables: Me refiero a aquellos eventos que pueden producir un mal rato. Por ejemplo: el mencionado caso de Elba Esther u otro que directamente lo relacionara, como podría ser la denuncia interpuesta contra Antonio Gali Fayad (enriquecimiento inexplicable), siempre y cuando este acto judicial produjera la orden de aprehensión, tema del cual me ocuparé en otra entrega. Tenemos tiempo.

¿Encantador de serpientes?

Se dice que este tipo de seductores son personas cuya sonrisa resplandece para destruir cualquier barrera psicológica; que semejante expresión facial suele ir escoltada de palabras que –tal vez sin haberlo pensado– el destinatario había querido escuchar; de frases que transmiten la calidez adornada con la simpatía y solvencia retórica del conquistador. Y que conste: no hay –valga la figura– “ofidio humano” que resista esta descarga seguida de movimientos corporales que, verbigracia, a Bill Clinton le ganaron el mote de “histrión de la empatía”.

¿Serpientes?

Es válida la definición si consideramos que antes de la fundación de Puebla (1531), el valle escogido por la Segunda Audiencia para asentarla se llamaba Cuetlaxcoapan, nombre que significa: lugar donde las víboras cambian de piel. Y más aún si partimos de que en su sentido esotérico el reptil suele ser visto como símbolo de sabiduría.

Al combinar estas condiciones no queda mas que aceptar que los poblanos podemos ser viperinos, enigmáticos, venenosos, cambiantes (es de sabios rectificar), miméticos e incluso hasta hábiles para la arrastrada si de alcanzar la cima se trata. Abundan las muestras.

Antídoto

Debido a lo que apunto en el primer párrafo, condiciones a las que debo incluir la innegable habilidad para manejar la empatía que mezcla inteligencia con voluntad, Moreno Valle pudo dominar al serpentario político poblano. La prueba: los partidos en donde existen varios ejemplares que convergen en esta digamos que alegoría (somos un grupo unido… pero de víboras, diría el ranchero). Y si el amable lector se anima a echar un vistazo al tema, tal vez descubra que todos los que cambiaron de piel fueron seducidos por quien usó el poder para, por casualidad o de manera preconcebida, hacer posible esa metamorfosis llamémosle kafkiana. A propósito de Kafka: Dijo el escritor que la desgracia de Don Quijote no fue su fantasía sino Sancho Panza. La observación de Franz sería válida para la política oficial si en la peña poblana existiera alguien parecido al impasible seguidor del ingenioso hidalgo. Si así fuere le aseguro que no habría metrosexuales. En fin.

Reconocimiento

Por aquello de que el lector llegara a malinterpretar mis líneas me anticipo y aclaro: esta no es una crítica al gobernador. No. Dios me libre. No obstante, sin que sea un escrito alegóricoo laudatorio, este texto bien podría encajar en alguna de las secciones reservadas a gobernantes políticamente exitosos. La razón: no es cosa menor eso de convertir a partidos y militantes de oposición en fans y comparsas oficiales; menos lo es el hecho de emitir destellos político-electorales cuyo resplandor ha deslumbrado a periodistas en proceso de una increíble mutación para –otra vez recurro a Kafka– aplicar aquello de que “muchas veces es más seguro estar encadenado que ser libre”.

Cuenta alguna de las leyendas de regiones selváticas como Putomayo, Caquetá y Amazonas, que por allá existe una serpiente que en lugar de morder y envenenar envuelve al hombre y con la cola le da de fuetazos, castigo que lo deja en condiciones de caminar como modelo de pasarela y moviendo la cintura al estilo del marchista.

Otra de las fábulas populares establece que tales coletazos acaban con los chismes que son causa de discordias, violencia y enemistades. Lo malo es que la parábola no aplique en Cuetlaxcoapan donde nuestras víboras sólo cambian de piel y los políticos se la pasan dándole coletazos a la sociedad. 

Respetado lector:

He regresado a este espacio después de la ausencia obligada por la mordedura de una víbora de cascabel (lo comenté en la columna anterior). Por eso el tono de mi narrativa que a falta de serpentinas, globos y espanta suegras, sirvió para lanzar una especie de estornudo festivo cargado de confeti variopinto. Si acaso percibe algún veneno, me justifico echándole la culpa al pinche ofidio que tuvo a bien inoculármelo.

acmanjarrez@hotmail.com

@replicaalex

jueves, 18 de julio de 2013

Mi encuentro con la serpiente



Por Alejandro C. Manjarrez
Todo empezó cuando la tormenta de rayos alteró el sistema nervioso de Jony, la perrita cocker spaniel que durante ocho años formó parte del hogar: ésta echó a correr y su instinto la llevó a internarse en el bosque. Pasaron dos días y el animal no regresó.
La mañana del 15 de julio, empezaron a ladrar los perros de casa. Supuse que Jony estaba de vuelta y que llegaba herida o enferma. Fui hacia donde se encontraban los canes con la esperanza de ver a la mascota tratando de meterse por algún hueco de la reja-puerta. Hacia allá se dirigió mi vista. Cuando caminaba noté algo extraño en la actitud de los animales: tenían la cola entre las piernas. Mi observación resultó tardía porque en ese momento me mordió la serpiente que estaba asustada y lista a repeler cualquier agresión: sentí un extraño ardor en el tobillo y vi cómo la cascabel huyó culebreando alejándose de mí vista.
(En la época de lluvias las víboras buscan lugares soleados. Nunca atacan a menos de que se sientan agredidas)
De inmediato le dije a mi esposa que saldría en busca de un médico. Ella se asustó cuando le comenté lo que había pasado. La adrenalina aguzó mi sentido de conservación. Pensé en cómo retardar el trayecto del veneno: “Lo único que sirve –me dije– es conservar la calma y buscar ayuda profesional. Traté de seguir la recomendación de no sé quién y subí a mi auto. Manejé como conductor de ambulancia. Recorrí parte del Periférico y debo haber implantado un récord de tiempo entre Haras del Bosque (donde vivo) y el sanatorio que se encuentra ubicado en la zona Angelópolis de Puebla.
En el trayecto rumbo al hospital hice algunas llamadas para conseguir el antídoto. Dos de mis hijos se dieron a la tarea de buscarlo hasta encontrar el único existente en la ciudad: lo tenía la farmacia Fleming de especialidades (BUAP). Habían transcurrido sesenta minutos cuando llegó el suero a Urgencias del Hospital Ángeles donde ya me encontraba encamado. En ese lapso vi tres o cuatro enfermos graves y a sus seres queridos avisándoles a sus familiares. Yo estaba conectado a los aparatos que vigilan los signos vitales. No hubo nada malo. El suero con el antídoto y otros medicamentos actuaron en mi organismo. De ahí me llevaron a una habitación para que los médicos observaran mi herida y reacciones. Todo normal; es decir, el hematoma provocado por la mordida y el veneno seguía su curso pero sin presentar síntomas que indicaran algo extraño o alarmante. No obstante, el doctor recomendó que permaneciera internado 24 horas más por aquello de que ocurriera alguna alteración indeseable. En esas andaba cuando de la Secretaría de Salud del gobierno del estado de Puebla nos avisaron que estaban disponibles veinte dosis de ese tipo de suero, que por cierto se elabora con veneno desactivado.
Al día siguiente recibí una llamada de la asociación cuyo trabajo es cuidar las especies crótalos y asistir u orientar a las personas que sufren la mordida de alguna serpiente. Su interés, dijeron, es porque en las farmacias y hospitales de Puebla no hay dosis suficientes del suero-antídoto, quizá porque no existían antecedentes sobre ataques de crótalos.
¿Cómo se enteraron?, pregunté a la persona que me contactó. Me dijo que alguien de la reserva Flor del Bosque (ahí hay un serpentario) le había informado después de que yo hablé para indagar si ellos tenían el antídoto explicándoles la razón de la emergencia. Así supe que mi caso quedará registrado como el primero que ocurre en Puebla, zona en apariencia ajena a esas especies.
Más tarde me visitó uno de los biólogos del laboratorio que produce el suero de marras. Quería saber si hubo problemas para conseguirlo. Lo puse al tanto y prometió hablar con las autoridades de diferentes hospitales con el fin de convencerlos sobre la necesidad de contar en su stock de medicamentos con varias dosis de antídoto. Coincidimos en que debido al irresponsable uso del suelo (yo le llamo corrupción), los fraccionamientos invadieron la zona endémica donde viven y se reproducen crótalos e insectos venenosos como la araña violín y la conocida como viuda negra, cuyos venenos son terriblemente dañinos, mortales si no se administra a tiempo el antídoto correspondiente. Los alacranes también salieron a colación; dijo que el piquete de la especie que habita en la zona metropolitana de Puebla no es mortal como las alimañas que se reproducen en tierra caliente, la Mixteca por ejemplo.
¿Qué hacer cuando ocurre este tipo de percances?
Una vez pasado el susto me puse a investigar los procedimientos recomendables para evitar que se necrose el tejido y se ponga en riesgo la vida. La intención: escribirlo con el deseo de alertar a quienes me lean pidiéndoles correr la voz y avisar de este peligro latente. Sobre todo en los nuevos fraccionamientos cuyos constructores (en complicidad con las autoridades) le han robado espacio a la naturaleza, ambición acompañada de la estupidez, coincidencia que perjudica terriblemente el equilibrio ecológico.
        Identificar al crótalo o bicho que le inocule su veneno (el antídoto digamos que tradicional no funciona contra la toxina de la serpiente coralillo, reptil poco común en la región).
        No alterarse y conservar la calma.
        Acudir al hospital más cercano.
        Hacerse acompañar de alguien para que vigile sus reacciones que en el peor de los casos pueden ser: dificultad para respirar, hormigueo, sudor frío, vista borrosa, pulso rápido, palidez, sed, cansancio, debilidad, párpado caído, baja de presión arterial, náusea, vómito, entumecimiento del miembro afectado, parálisis y dolor ascendente.
        A falta de asistencia médica el tejido se inflama hasta hacer que éste reviente provocando que se necrose con el peligro de perder el miembro afectado e incluso hasta la vida.

Esta es pues mi experiencia. Espero sirva para evitarle un mal rato si por mala suerte usted o alguno de sus familiares resultara afectado. Ojalá que nunca ocurra, empero, no está por demás conocer los procedimientos para, si se presenta, afrontar semejante emergencia.
Que sean felices.
@replicaalex

martes, 9 de julio de 2013

Moreno Valle, la estrella de Puebla



En abono a lo escrito por:
Rodolfo Rivera, Arturo Luna y Rodolfo Ruiz.


Por Alejandro C. Manjarrez
Al final de la quinta etapa de su gobierno, Melquiades Morales Flores llamó a los miembros de su equipo de la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social para decirles e instruirlos: “El próximo será un año electoral. Tenemos que hacer muchas obras. De ello depende que nuestro partido gane elecciones”.
La petición política se topó con un problema serio: se había adelantado, gastado y comprometido el presupuesto del último año de aquel sexenio. “Ya no hay dinero, Gobernador”, le dijo el Secretario explicándole las razones. Al escuchar tan desalentador informe, sin pensarlo mucho, Melquiades escogió la vía del endeudamiento que el tiempo y las malas lenguas convirtieron en “hoyo financiero”.
Viene a cuento el dato para establecer que la derrama económica suele dar la tranquilidad social y financiera que abona el prestigio político del gobernante y su administración. Si no hay obra pública, el dinero escasea, la planta laboral decae, merma la capacidad económica de las familias, aumenta la pobreza y surge el malestar en contra del Estado. Cuando esto sucede es porque los economistas orgánicos decidieron poner los caballos detrás de la carreta, en este caso la política.
Dos ejemplos para contrastar:
Uno: influido por sus asesores de lujo, Enrique Peña Nieto aceptó que se restringiera el gasto público hasta que Luis Videgaray le dijera cuándo y cómo soltarlo, decisión ésta que ocurrió poco antes del proceso electoral que incumplió con las expectativas que se había trazado el PRI. No quiso iniciar su gobierno con bombos y platillos, “música” que hubiese producido la derrama económica en cuestión. Además decidió compartir el poder con sus “enemigos” (Pacto por México), factor que adicionado a la atonía financiera produjo la merma de prestigio que afectó a su instituto político. Por esas dos causas el PRI dejará de gobernar a 5 millones de mexicanos a pesar de tener el control del dinero público y de varios de los congresos estatales. No se requiere de mucha inteligencia para caer en cuenta que justas o no las estrategias, éstas afectaron al partido del Presidente de México. Los caballos no jalaron la carreta y Peña Nieto dejó pasar la primera oportunidad que le permitiría mejorar su imagen lastimada por la falta de legitimidad endilgada por sus adversarios políticos.
El otro: a pesar de tener formación de economista, Rafael Moreno Valle decidió privilegiar la política (o sea poner los caballos delante de la carreta) con la intención de ganar las elecciones. Él y sus asesores encontraron la forma de realizar obras notables (por su espectacularidad) así como acciones de beneficio colectivo. No hubo debilidad en la distribución y manejo del gasto público. Tampoco regateó el impulso a diversas acciones políticas como las que mezclaron el agua y el aceite con el atole y el champurrado. En gran medida ello produjo lo que podríamos llamar la hegemonía de la política variopinta cuya concepción pudo haber nacido en la época del melquiadismo, cuando el político-político aceptó las sugerencias del economista-político, o sea de Rafael Moreno Valle, época en que éste tuvo la oportunidad de conocer la olla y medirle el agua a los camotes.
Si a lo anterior le agregamos la experiencia electoral del gobernador poblano, más un PRI deteriorado y varios priistas haciéndole al Tartufo, llegaremos a comprender lo que en Puebla fue la gran derrota del PRI: Rafael y su equipo lo deshicieron dejándolo en calidad de caricatura cantinflesca.
El método que según yo utilizó Moreno Valle, concentra las “enseñanzas” y los consejos de tres libracos: El arte de la guerra de Sun Tzu y las 48 leyes del poder de Robert Greene. Mencioné tres porque considero al otro Arte de la guerra, en este caso el de Maquiavelo, mismo que abrevio con uno de sus conceptos: “el mejor régimen político y social se derrumba, como las habitaciones de un magnífico y regio palacio, resplandeciente de oro y pedrerías, cuando carecen de techo o de defensa contra la lluvia”. En este caso esa “lluvia” podría ser los fenómenos naturales de la política, algunos de los cuales (con “techo” o protección incluida) fueron referidos por Rivera, Luna y Ruiz, los periodistas que menciono en el epígrafe.
Al entender las particularidades de ese “arte”, Rafael Moreno Valle prevaleció no obstante la terrible caída de Elba Esther Gordillo y el triunfo de Enrique Peña Nieto. Estaba (y está) preparado para esas y otras eventualidades conocidas o inesperadas. Conoce a su “enemigo” y se conoce a sí mismo. Es un “general” en cuya mentalidad la derrota no existe o si ésta llegara a presentarse la toma como otra oportunidad para conservar, vigorizar y seguir su ruta hacia el máximo poder. Diría el chino filósofo y guerrero referido arriba: “ha usado la mente propia y también la ajena para enfrentar la fuerza bruta personificada en los políticos sin imaginación. Sus planes fueron tan oscuros como la noche pero con la luz de la luna y las estrellas que sus adversarios no quisieron ver, dándole la oportunidad de atacarlos como un rayo después de haber puesto en práctica acciones desconcertantes, como pudieron ser los pre destapes anunciados hasta el hartazgo.
Concluyo:
Rafael Moreno Valle ha tenido la habilidad de construirse la gran panoplia que le permitirá rechazar y escudarse de aquellos ataques que le lancen sus adversarios y enemigos políticos. ¿Cuánto tiempo? El suficiente como para llegar al 2018 como una de las alternativas del PAN y puede ser que hasta de los partidos patiño que acompañan a Gustavo Madero, los cuales en un descuido formarían parte de la estrategia que adopte el próximo dirigente nacional (el que resulte ungido), cuya misión será recuperar el poder y proteger a su partido de las tormentas que sin duda organizará Morena.
Es cuanto…
@replicaalex

miércoles, 3 de julio de 2013

Caso Malpica



Por Alejandro C. Manjarrez
“La vergüenza del gobierno”. Así denominé la columna (Sin censura) publicada en Síntesis el 14 de febrero de 1993. En aquella entrega describí el trompicado trayecto del entonces rector de la Buap, Óscar Samuel Malpica Uribe, líneas que hoy le comparto con el deseo de que no se tergiverse la verdad sobre este controvertido académico y político asesinado en el umbral de su casa la noche del martes pasado. Los datos que leerá son tan veraces como el hecho de que este columnista fue testigo presencial a petición expresa de Samuel. E incluso, en algunas ocasiones, intermediario para tratar de resolver la problemática universitaria auspiciada por los grupos en pugna.
He aquí parte de la historia:
“El despacho del entonces director de Tránsito, René Meza Cabrera, sirvió de escenario para montar algunas de las obras políticas que (padecía) Puebla. Por ejemplo: el asunto de la Buap, incluida la estrategia del rectorazo, la entronización de José Doger Corte y, obviamente, el prolegómeno de los interinatos rectorales.
Antes de ponerse a funcionar el plan de vialidad universitaria concebido por los cerebros de la citada Dirección, Óscar Samuel Malpica Uribe tuvo la oportunidad de aclarar su posición con Alberto Jiménez Morales, quien por aquellos días ejercía a plenitud su poder tras el trono. La plática inicial se llevó a cabo en un conocido hotel de la Angelópolis. Allí, Malpica explicó sus razones. Y de buen talante don Alberto se ofreció a intermediar para que el gobernador entregara de inmediato el subsidio retenido por sus pistolas (después supe que por instrucciones de Manuel Bartlett, a la sazón secretario de Educación Pública). Asimismo, se comprometió a ordenar a la prensa semioficial la suspensión de críticas contra el satanizado rector. Como condición se le pidió a Samuel su aquiescencia para convocar a la clase política universitaria a lo que sería una junta conciliatoria.
“Las primeras conversaciones marcharon más o menos bien hasta el día en que se debió verificar la reunión de avenencia. Previamente alertado por su avanzada sobre la presencia de algunos porros, el rector fue tajante al rechazar ese tipo de concertaciones y pláticas con —así los definió él— interlocutores descalificados profesional y moralmente. En ese momento se dio cuenta que detrás de la acción se escondía un perverso proyecto cuyo objetivo era desarticular a la Buap atomizando sus fuerzas políticas y académicas a fin de poder restarle prestigio y presencia ante la sociedad y, desde luego, frente al estudiantado. De igual manera comprendió que los jóvenes universitarios eran el único apoyo con que contaría. Y en ellos decidió cifrar su trabajo y esperanza.
Pero ya se había iniciado la operación del plan en contra de la Universidad crítica y popular, inclusive (José) Doger contaba con la autorización y la bendición de René Meza Cabrera, para iniciar su precampaña y llegar cincho al proceso de elección de rector. La amistad de José con el director de Tránsito (ahora notario público) y los buenos oficios que demostró como informante del gobierno piñaolayista, le permitieron granjearse la voluntad del asesor y, por ende, alcanzar la rectoría…
“Una vez descubierta la asonada contra la Buap, Malpica emprendió lo que fue el último esfuerzo político destinado a conservar la dignidad universitaria (esa fue su inspiración. Sólo tenía 32 años). Se manifestó ante el casi tapiado Palacio de Gobierno (en su patio estaba un batallón de policías fuertemente armados) seguido por más de 20 mil estudiantes. Sus consejeros y acompañantes le insistían en tomarlo arguyéndole que en el hecho caerían varias víctimas y junto con ellas el gobierno de Piña Olaya. Pero el rector se negó porque según me lo dijo no quería cargar sobre su conciencia la muerte de algún estudiante…”
Hasta aquí la cita.
Malpica Uribe fue encarcelado. Primero el gobierno convenció a su esposa para que lo demandara por agresión física (hecho falso) y ya adentro del penal le fincaron el delito de peculado, mismo que no existía por dos razones: no era servidor público y él nunca dispuso de ningún dinero que no fuera parte de su salario. El motivo  fue el encono de Piña Olaya, coraje que lo orilló a manipular las leyes poblanas para mantener en la cárcel a Samuel: estaba enojado por la denuncia que éste presentó ante la Cámara de Diputados federal pidiéndole a los legisladores juicio político en contra del gobernador, precisamente. Un año más tarde fue liberado gracias a que sus abogados le ganaron la partida al gobierno represor. Y Malpica recuperó su plaza y los salarios que le retuvieron a pesar de que fue un preso de conciencia.
Diez años después, lapso que Samuel ocupó para señalar lo que a su juicio estaba mal, lo matan igual que a otros universitarios asesinados por sicarios del gobierno. Por esta digamos que constante, urge que se aclare el homicidio y que se aprenda al autor o autores para que queden incólumes quienes ejercen el poder político cuya fama, hay que subrayarlo, ha quedado en entredicho debido a que sus amanuenses y panegiristas convirtieron el crimen en un acto político.

@replicaalex

martes, 2 de julio de 2013

El antes y el ahora, anáfora electoral


La duda, uno de los nombres de la inteligencia.

Jorge Luis Borges

Por Alejandro C. Manjarrez
Antes los mandatarios coordinaban las campañas de los candidatos de su partido.
Antes los candidatos decían que eran honestos para convencer a los electores.
Antes los ciudadanos votaban por quienes, en un digamos que adelanto de sus promesas, se ponían con su cuerno.
Antes ganaba la elección aquel que tuviera el mejor coordinador electoral (léase alquimista) y un equipo de expertos en el manejo de las urnas.
Antes el partido en el gobierno cuidaba las formas para promover, impulsar, ayudar y hacer ganar a sus candidatos: sacaba de la nómina oficial al escogido y lo mandaba a hacer talacha en el distrito o municipio por el que habría de contender.
Antes los partidos postulaban a militantes con capacidad de convocatoria personal.
Antes los políticos tenían mística de servicio y compartían parte de su riqueza con el pueblo que pretendían representar.
Antes bastaba una sonrisa o palmada del candidato para que el recipiendario se sintiera satisfecho y hasta animado a votar por él.
Antes ganaba la elección el candidato que, además de ser popular y previsor, contara con una estructura electoral tan eficiente como mañosa.
Han cambiado las cosas gracias a que la democracia tiene un nuevo marco jurídico que acabó con las viejas costumbres para, tal vez sin haber sido la intención de los legisladores, modernizar las mañas electorales.
Hecha la ley, hecha la trampa
Ahora el mandatario en funciones prepara e instruye al equipo que habrá de coordinar y manejar las campañas de sus candidatos.
Ahora basta que el candidato sea rico para sentirse con derecho a representar o gobernar a la sociedad, no importa si el origen de su fortuna es lícito o producto de la corrupción.
Ahora los candidatos contienden por el distrito o municipio donde cayeron los programas sociales, los mismos que manejó el gobierno con intenciones electorales etiquetadas éstas para promover las imágenes públicas de sus gallos. Y lo peor: ellos, los elegidos, lo presumen y se arrogan dichas promociones gubernamentales.
Ahora puede ganar la elección el candidato que cuente, no con un coordinador electoral, sino con varios preparados ex profeso dentro del gobierno. La alquimia actual incluye el manejo del padrón y la distribución de los responsables de casilla. Todo ello, en el mejor de los casos, apoyándose en el soslayo del órgano vigilante y responsable del proceso.
Ahora, para resultar ungidos, los candidatos tienen que formarse en las entrañas del ogro filantrópico. La talacha electorera se hace desde las oficinas de gobierno y con recursos oficiales.
Ahora son postulados aquellos cuya capacidad de convocatoria y compromiso supuestamente social, se constriñe al personal de las oficinas públicas afines al proyecto del poder Ejecutivo.
Ahora los ungidos como candidatos tienen una bien definida obsecuencia: su vocación es de servicio sí, pero dirigido a quien o quienes manejan su vida pública y en un descuido hasta sus actividades personales.
Ahora el votante en potencia no espera la palmada o el papacho. Lo que quiere es que la buena disposición del aspirante o candidato se manifieste en especie: material de construcción, dinero, despensas, tractores, fertilizantes, becas y otros de los beneficios derivados de los presupuestos federal, estatal y a veces hasta del municipal.
El reto ciudadano
Ya lo sabe el lector pero es importante subrayarlo: ahora gana la elección el candidato que tiene el apoyo de los cuadros que se formaron en el gobierno, estructura que así como levanta muertos, puede modificar la tendencia de la votación antes de que despunte el sol del día siguiente, depende del lugar y distancia donde se encuentren ubicados los comités distritales electorales.
¿Quiere usted un ejemplo del ahora?
Pues ahí está el del gobernador de Baja California, el único denunciado por esta práctica que es el PAN nuestro de cada día y la PRImera que sale a relucir.
Para concluir mis reflexiones que son producto de la observación, transcribo uno de los mensajes duros que circulan en las redes sociales:
“El ladrón vulgar te roba: el dinero, el reloj, la cadena, el celular, el auto. El político te roba: la felicidad, la salud, la vivienda, la educación, el futuro, la pensión, la diversión, el trabajo. El primer ladrón te elige a ti… Y al segundo lo eliges tú.”
Así que cuidado mis valedores: cierren sus oídos al canto de las sirenas. No permitan que los manipulen. Voten valiéndose de la inteligencia que, depende su creencia, Dios o la naturaleza les dio. Escojan al candidato no corrupto. Y no fallen porque una vez depositado el sufragio, ya no se admiten reclamaciones.
@replicaalex

lunes, 1 de julio de 2013

La judicialización de la política



Por Alejandro C. Manjarrez
El fútbol bajó de tono el cierre de las campañas. Las concentraciones de cada candidato pasaron a segundo término. Ahí no hubo goles ni juego rudo ni victorias que festejar. Bueno, excepto el triunfalismo de los fanáticos de Tony Gali y la ventaja festinada por los priistas cuyo optimismo les ha hecho pronosticar que Enrique Agüera será el próximo presidente de Puebla capital.
Lo que vimos en el prolegómeno de esos cierres podría compararse con el esquema futbolístico de los brasileños que desde el inicio del partido contra España, mostraron su necesaria y hábil rudeza, características que al combinarse bajaron el poder del fútbol español.
Retrocedamos unas semanas y recordemos que dos equipos —me refiero a los políticos— se valieron del golpe bajo y del juego violento (en este caso sin habilidad). Veremos que cual contraste con el partido de marras, en las campañas electorales de Tony y Enrique la descalificación fue el hilo conductor, actos respondidos en tiempo y forma con la misma llamémosle técnica. El que las hace no las consiente, diría el clásico. En fin.
Lo que presenciamos, leímos y escuchamos en los últimos cuarenta días, es consecuencia del trabajo de los estrategas del marketing político y sus amanuenses, maniobras diseñadas para que uno y otro fueran señalados como corruptos, acusaciones que permitieron a ambos grupos publicar terribles golpes mediáticos que, valga el contraste, a cualquier gringo o inglés lo hubiera sacado de la contienda.
Regreso a la alegoría futbolística y pregunto: ¿quién ganará esta final?
Según lo que ha ocurrido creo que el juego poblano se definirá con una llamémosle ronda de penaltis dado que los dos agotaron sus oportunidades para definir el partido en el tiempo reglamentario. Entre esos “tiros libres” están desde luego las denuncias por enriquecimiento inexplicable (es un delito que se persigue de oficio), que es lo mismo que corrupción. La diferencia entre uno y otro “jugador” la encontramos en que Agüera ya fue exonerado mientras que Gali tiene en su contra la denuncia interpuesta por Manuel Espino, trámite judicial que —dice el ex panista— sigue su curso. Todo indica que en los próximos seis meses el tufo judicial irá en aumento.
Lo anterior me lleva a proponerle al lector que pensemos en los tres escenarios probables, aunque no ideales.
a) De ganar la elección Enrique Agüera Ibáñez, el PRI echaría las campanas a vuelo. En vez de cacería de brujas podría darse un proceso de negociación entre los tres niveles de gobierno, pacto que haría de Puebla un municipio receptor de los beneficios del estado y la federación. Los sapos serían parte del platillo de lujo en Casa Puebla.
b) Si la votación favorece a Antonio Gali Fayad, yo creo que ni su adversario y menos aún el jefe de éste, se tragarían esos sapos para después mostrar la sonrisa de la concertación. Reconocerían el triunfo de sus rivales sí (son dos, Tony y Rafa), pero ningún priista de prosapia se atrevería a meter las manos para desaparecer la denuncia interpuesta por Manuel Espino y las que tendrá que resolver el Trife; me refiero a las que presentó el PRI en contra del gobierno de Puebla acusándolo de intervenir en el proceso electoral que vivimos.
c) Este escenario lo forma la virgen que atrae las miradas de las autoridades que a veces la escuchan hablar. Tal actitud podría beneficiar a los gobernados cuyas protestas, exigencias y silencio tendrían que aplacarse mediante una extraordinaria labor gubernamental en beneficio de la sociedad angelopolitana.
De acuerdo con esta mi campechana apreciación, creo que lo que viene no es de color de rosa. Espero equivocarme.
@replicaalex