domingo, 23 de diciembre de 2012

Enriquecimiento inexplicable*

Uno de los lujos ocultos a los ojos de las autoridsades
 
Por Alejandro C. Manjarrez
Delito de moda. Deporte nacional y estatal. Sustento para venganzas políticas. Rutina de los servidores públicos y sus cómplices. Motivo de orgullo y presunción. Muestra fehaciente de que el sistema gubernamental está corrompido. Fuente de inspiración periodística. Ofensa social. Contradicción de la pobreza. Ausencia de ética. Antítesis de la moral pública...
Podría seguir con mi catálogo de definiciones sobre lo que produce la actividad más socorrida del México de ayer y de hoy. Empero, como esto me llevaría varias páginas (como las listas de Umberto Eco), mejor lo invito a reflexionar sobre lo que todos vemos a cada rato, ya sea porque pasan frente a nosotros en autos lujosos (muchos de ellos blindados) o bien porque en su interior van mujeres fastuosas, efebos preferidos, cónyuges sufridas, niños asustados y hasta las amantes de quienes antes de ser ricos andaban con el Jesús en la boca. Este espacio, insisto, sería insuficiente para mencionar a todos los que fueron pobres y que hoy, gracias a la corrupción institucionalizada, ya son millonarios.
La frase que cierra el primer párrafo me obliga a recordar para compartir con usted el dicho del “ilustre” Gonzalo N. Santos, definitivamente un hombre pragmático y tan echado pa´delante como el famosísimo Jefe Diego: “La moral es un árbol que da moras, o sirve para pura chingada”.
No importa dónde se preparó don Gonzalo, uno de los herederos y promotores de los cañonazos obregonistas. Lo curioso es que esa, digamos que su filosofía, haya servido de inspiración a los cientos de millonarios políticos que hay en México, muchos de éstos financieros de campañas o responsables del paso de la charola cuyo producto (dinero) apoyó a los candidatos a gobiernos estatales o fue útil en el tradicional reparto cochupos disfrazados de colaboraciones a la causa, la que sea pero que sirva para justificar la petición de impunidad. Claro que hay excepciones que confirman la regla o definen lo que podríamos llamar “margen de error”...
Aportar dinero para las campañas políticas resulta cosa menor. Lo burocráticamente nefasto está en la costumbre de pagar y cobrar facturas, unas de papel y otras tan morales como la del concepto cuya autoría histórica pertenece al famoso don Gonzalo. Por desventura, ésa suele ser la costumbre o tradición política que al final del día afecta o incide en el presupuesto público. De ahí que no pocas veces podamos confirmar que aquel que financió algo o pagó ciertos gastos a equis candidatos, termina siendo uno de los grandes beneficiarios del gobierno dado que éste le corresponde o reciproca con jugosos contratos y convenios, o incluso devolviéndole el dinero mediante pagos por servicios simulados, ficticios.
No creo errar al decir que si el gobierno estatal emprendiera una campaña contra los que caen en el delito de enriquecimiento inexplicable, primero tendría que prescindir o cesar o meter a la cárcel a varios de sus integrantes cuya riqueza carece de justificación lógica. Y después investigar al resto para saber a ciencia cierta quiénes son los honrados. Correría el riesgo de crearse un problema laboral tan complicado como una huelga de brazos caídos.
El método más eficaz para tener éxito en una acción como la mencionada es, en efecto, indagar en el Registro Público de la Propiedad sobre los bienes inmuebles que se adquirieron en equis plazo así como los notarios que los escrituraron. En seguida hacer un cruce de identidades e información para relacionar esas adquisiciones con el servidor público investigado. Una vez compilados los datos, pedir la colaboración del fisco con la intención de saber cómo se pagó, qué impuestos generaron y si los compradores o testaferros eran o son económicamente solventes.
Además de ese tipo de acciones hay otras menos complicadas dado que el propio gobierno cuenta con los registros inmobiliarios y contables. Verbigracia: la comercialización de los terrenos de la Reserva Territorial Angelópolis. Es bien sabido que de ella se beneficiaron políticos de primer nivel valiéndose de prestanombres. Igual ocurrió con una docena de ex servidores públicos que de clase medieros pasaron a formar parte del grupo de millonarios. Y como la especulación con bienes del gobierno es ilegal, es obvio que esos nuevos ricos también deban ser investigados, denunciados y, en su caso, consignados por el delito de enriquecimiento inexplicable. O incluso el de peculado...
Twitter: @replicaalex
*Columna publicada el 25 de enero de 2012

martes, 18 de diciembre de 2012

Una mentada de madre, al estilo maya



Por Alejandro C. Manjarrez
Cada cabeza es un mundo, dice el refrán. Por eso queda corta la “profecía” maya que para los catastrofistas anuncia el fin del mundo.
¿Cuál mundo?
¿El de los ricos o el de los pobres?
¿El mundo real, que por cierto es mucho más pequeño que el mundo de la imaginación? (Nietzsche, dixit).
Supongamos pues que la profecía se refiere al mundo de los ricos, específicamente a quienes medran, corrompen, expolian y explotan. Ojalá. Si eso fuere sería más que justa la predicción maya. Esto porque el Gran Chahuistle caería sobre aquellos que habitan en el VIP social: o sea los corruptos cuyo objetivo principal es blanquear sus fortunas mal habidas, ya sea porque los capitales son producto de la corrupción gubernamental, o mal porque provienen de negocios sucios e ilícitos, como el de lavado del narco-dinero, por ejemplo.
No obstante las distintas lecturas sobre el mensaje de los 56 jeroglíficos mayas de hace mil 300 años, entre los cuales uno anuncia la nueva época por cierto nada apocalíptica como algunos loquitos lo aseguran—, todo indica que el género humano obligará a sus gobernantes para que dejen de ser corruptos.
Eso es lo que supongo basándome en que los arqueólogos pudieron haber leído al revés el glifo llamado Garra de Jaguar: en vez de que el “rey reafirme su poder y domine la mente de sus súbditos” como dicen que dice éstos podrían darle la vuelta a la tortilla para poner orden entre los gobernantes.
Esperemos que ello ocurra.
Confiemos en que los especialistas en cultura maya hurguen, diluciden y le busquen. A lo mejor encuentran que esa Garra de Jaguar representa a las redes sociales cuya fuerza proviene de la Gran Nube.
Aparte de mi optimista lectura sobre el cambio que se avecina, la crueldad de la lógica nos indica que los pobres seguirán siéndolo y que su número irá incrementándose mientras prevalezca la injusta distribución de la riqueza nacional y el ofensivo manejo discrecional del dinero público. Será de este modo mientras no opere la vuelta a la tortilla que menciono arriba. Y aunque este giro maicero llegara a funcionar, seguramente tardaríamos años en percibir sus efectos positivos.
Dicho lo anterior, dispongámonos a escuchar lo que ocurre y ocurrirá en estas fiestas navideñas; o sea las sonoras y abundantes mentadas de madre para quienes, valiéndose de su poder, dejaron sin trabajo (y sin dinero, obvio) a miles de mexicanos (poblanos muchos), decisión que tomaron basándose en su discrecionalidad y empeño en recortar el gasto público. Una de sus intenciones: acrecentar la bolsa que incluye rubros dedicados al relumbrón gubernamental.
Respetado lector:
Que los próximos días estén llenos de felicidad familiar. Si debido a lo expuesto líneas arriba usted se considera uno de los afectados por consecuencia de los recortes laborales o presupuestales, sea bienvenida su mentada de madre a quien corresponda y se la merezca. Y esto, que conste, no es profecía sino la neta del planeta Tierra que inicia una nueva época.

Twitter: @replicaalex

domingo, 16 de diciembre de 2012

Prensa y poder, espíritu navideño



“No hables mal del puente hasta haber cruzado el río”
Por Alejandro C. Manjarrez
 “… al gobierno (del estado de Puebla) le urge un golpe de timón para cambiar no de rumbo sino de rutas que igual conduzcan hacia los objetivos que se ha trazado Rafael Moreno Valle Rosas. Lo digo, que conste, porque el mandatario es un hombre inteligente y dispuesto a valorar las diversas opiniones, aunque éstas no estén en la frecuencia o sintonía de su asesor de imagen, el máster Marcelo García Almaguer…
Este párrafo y el que sigue lo escribí el 6 de septiembre de 2011.
“Si no da ese viraje, podrían aumentar los problemas provocados por la incomprensión a las características enunciadas. La ventaja (veámoslo con optimismo) es que ya se encendieron varios focos rojos, precisamente para mostrar al poder político las rutas fallidas que de prevalecer, conducirán al fracaso…”
Un año después de aquella columna (“El timón morenovallista”) ocurrió la debacle electoral del PAN: ganó la Presidencia Enrique Peña Nieto y se eclipsaron los propósitos del gobernador basados en mantenerse ligado al poder para afianzar la sucesión en el 2018. Y lo peor: el nuevo gobierno abrió sus cartas y en ninguna de ellas apareció Elba Esther Gordillo Morales, quien hasta el 1 de diciembre pasado había sido uno de los más importantes factores de negociación política. Como lo sugiere Javier Gutiérrez Téllez en su columna “Elba Esther, Moreno Valle, los medios” (e-consulta), en los números que soportan las posibilidades para la “grande”, el titular del poder Ejecutivo perdió un cincuenta por ciento.
Durante ese lapso (septiembre 2011 a diciembre 2012) el vocero oficial dedicó su tiempo a pelear con los periodistas no controlables. En algunos casos los insultó, en otro hizo mofa de su calidad e incluso los demandó o amenazó con hacerlo y, como para adornar su heterodoxo estilo, tuvo la osadía de usar las redes sociales para “competir” y antagonizar con varios no obstante su calidad de representante del mandatario poblano. Ello además de cancelar la propaganda oficial a los medios considerados críticos o incómodos para el gobierno y de usar amanuenses dispuestos a hacerle el caldo gordo.
En la columna de marras dije “fracaso político” pensando en las reacciones en contra de los objetivos trazados por Rafael Moreno Valle. Una de esas reacciones fue “el despertar de los medios que se habían dormido en sus laureles financieros”. Aquel pleito, disputa mediática o menosprecio profesional, desgastó la imagen morenovallista, deterioro que meses después se manifestó en los medios nacionales, donde el gobernador empezó a tener menciones negativas sustentadas en la información tomada, precisamente, de columnas, periódicos escritos y digitales editados en Puebla. Se prendieron los focos rojos pues.
Ante la urgencia de lo evidente se produjo la respuesta que sorprendió a la prensa, sector en apariencia considerado como pueblerino, chambón y mediocre: Marcelo García Almaguer entró en sintonía con su amigo y jefe (o tal vez al revés) para tender el puente entre los periodistas y el poder político. Lo hizo en cuanto recibió la responsabilidad de la comunicación social decidido (eso creo) a romper los paradigmas que construyó Sergio Ramírez Robles, el “comunicador” considerado por los colegas como un tipo bravucón inspirado en lo que escuchó o le ordenaron, vaya usted a saber. La obvia intención de Marcelo: establecer un diálogo inteligente con los medios escritos y electrónicos.
El primer paso de García Almaguer fue convocar a todos, periodistas y medios de comunicación, al “festejo navideño” que en Casa Puebla encabezó Moreno Valle, reunión en la que éste se mostró cordial, saludador, comunicativo, laxo y hasta amigable, tal y como lo acostumbró cuando buscaba posicionarse como aspirante primero y candidato después.
De prevalecer esta intención y actitudes, llamémoslas reivindicatorias (por no decir inteligentes), podría mejorarse la relación prensa-gobierno partiendo de la asertividad en materia informativa, interlocución que desde luego no frenaría el avance del periodismo poblano, independencia y profesionalización fomentada gracias, paradójicamente, a la incorrecta política de comunicación que el gobierno del estado puso en práctica.
Usé el término “asertividad” porque éste concentra lo que los poblanos esperan de su gobierno y los medios de comunicación: la verdad sin ofensas contra el servidor público, afirmaciones que también deben estar exentas de los tamices que agradan al gobernante.
Como propongo en el epígrafe de esta columna, habrá que dar el beneficio de la duda a Marcelo García Almaguer, y al poder que éste representa.

Twitter: @replicaalex

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Política de la changada*

Cualquier parecido con políticos en funciones es mera casualidad o poderosa imaginación

Por Alejandro C. Manjarrez
Ahí, detrás de las rejas de la jaula, estaban calmos y echados cuatro gorilas, tres hembras y un macho. Ocho ojos nos miraron con la misma curiosidad con que nosotros vimos a ese grupo de simios. De repente el macho empezó a moverse colgándose de los tubos de acero que lo separaban del mundo de los humanos. Atraídos por la agilidad de aquel mono, nos acercamos para disfrutar el espectáculo: la atractiva y enorme bestia parecía halagado por la presencia de, según la teoría de Darwin, sus parientes racionales.
Tres minutos después de observar las machicuepas del orangután, cuando éste nos tuvo a su alcance, abrió sus enormes manos al tiempo que las metía al agua del bebedero para aventar el líquido con la intención de empaparnos. Nuestras risas y carrera se confundieron con los gritos y brincos de los cuatro gorilas que a su manera festejaban el haberse burlado de los seres que se les parecen, aunque para ellos seamos un poco más feos.
Aquella sorpresiva experiencia nos igualó a monos y humanos, ya que por un momento las dos especies estuvimos unidos por la sensación de alegría, efecto producido gracias a la broma (o venganza) del animal cuya poligamia, curiosamente, fue imitada e incluso adoptada por José Smith, fundador de la religión mormona, perseguida primero y después aceptada e incluso imitada. El gringo Mitt Romney es la prueba política de que el mormonismo superó los malos tiempos.
Los políticos y sus espejos
Lo que me ocurrió ese día en el Zoológico de Chapultepec de la Ciudad de México, sucede con frecuencia entre nuestra especie que también tiene sus clases y por ende sus ejemplares distintos. Diría Giacomo Rizzolatti científico de la Universidad de Parma, Italia que semejante reacción se debe a que las neuronas espejo nos inducen a reconocer los actos ajenos como propios. O para trasladar la definición científica a lo cotidiano, diremos que se produce lo que se denomina empatía, o sea el “sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra”.
Jorge Volpi define el fenómeno de la siguiente manera (1)
“La imitación, mecanismo esencial para nuestra supervivencia, se halla en la base de ese extraño comportamiento, tantas veces vilipendiado o menospreciado, que conocemos como empatía. Me meto en tu pellejo para averiguar si eres mi amigo o enemigo, si me tenderás la mano o me clavarás un cuchillo en la espalda y, al hacerlo, te conozco mejor y de paso me conozco mejor a mí mismo. El inmenso poder de la ficción deriva de la actividad misma de las neuronas espejo y de ellas se desprende una idea todavía más amplia y generosa, la humanidad.”
No sé si los políticos son los changos de la alegoría que mencioné y baso en la experiencia con que inicio este comentario, o si nosotros los miramos a través de los barrotes que ellos nos han colocado. De ahí que sea necesario preguntarnos:
¿Los políticos nos imitan?
¿Nosotros los sufridos ciudadanos comunes los imitamos?
¿Acaso es algo natural el sentimiento de participación que apunta Rizzonatti?
Sea lo que fuere es obvio que quienes gobiernan han establecido su hegemonía, digamos que sicológica-represiva. Tienen el poder y lo ejercen a su libre albedrío valiéndose del control que, por ejemplo, les permite dominar a los diputados (la mayoría) cuyas células espejo suelen ser mucho más fieles que las de nosotros, los sufridos ciudadanos. Pero también resulta irrefutable que los gobernados tenemos un mecanismo de defensa para proteger nuestra vida y la dignidad de cualquier atentado, incluido el que va en contra de la inteligencia. Sabemos cuándo las acciones engendradas por la clase política, responden a la necesidad de diferenciarse de la manada. Lo paradójico es que tal hato permitió o los condujo para que llegaran al lugar que ocupan.
La ventaja está en el número ya que somos más los gobernados. Por ello solemos darnos el lujo de observar cómo abren sus enormes y poderosas manos para meterlas al bebedero y lanzar su contenido sobre quienes los observan. Nuestra primera reacción puede ser de risa y gritos que cruzan los barrotes, en este caso los imaginarios. Pero como todo abuso, a la larga la reincidencia llega a causar rechazo.
Hasta ese momento todo sería paz, concordia y repito el término empatía. Lo malo aparece cuando esos gorilas (dicho sea como parte de la metáfora, sin ánimo peyorativo) se exceden e insisten en sorprender a quienes los observamos como si fuesen una especie distinta a nosotros, sus víctimas, descendientes jerárquicos u objetos electorales. Es cuando la puerca tuerce el rabo y la interrelación cordial adquiere otro acento: si tú eres cabrón nosotros también lo seremos. Existen decenas de ejemplos.
Nota al margen: anoche soñé que eramos gobernados por un chango.
*De mi libro La Puebla variopinta

Twitter: @replicaalex


(1) Volpi, Jorge. Leer la mente, el cerebro y el arte de la ficción. Ed. Alfaguara, 2011
 

domingo, 9 de diciembre de 2012

La bronca del PRI de Puebla



Por Alejandro C. Manjarrez
Si existen las redes sociales que han regenerado la memoria histórica, cabe preguntar: ¿por qué algunos políticos siguen siendo timoratos, churriguerescos, barrocos y dalevuelta?
Otra pregunta: si el PRI tiene la oportunidad de recuperar la confianza de la sociedad, ¿por qué sus dirigentes conservan el estilo aquel que los llevó a perder la confianza del pueblo y por ende la Presidencia de la República?
Debe haber muchas respuestas, unas sencillas y otras tan sofisticadas que podrían formar parte de los textos de sesudos politólogos. Sin embargo, para el que esto escribe, la única razón de esa tozuda persistencia, se debe a que los políticos (la mayoría) han perdido su capacidad de aprendizaje y también de lectura. Y lo peor: algunos son jóvenes con actitudes de viejo, o viejos asustados ante la dinámica social de los nuevos tiempos. De cualquier manera unos y otros están rebasados por la generación actual que, en el mejor de los casos, suele verlos con desprecio o, si son esos políticos clones del pasado reciente, con la indignación que provoca el insulto a la inteligencia, la de la opinión pública.
Lo que usted acaba de leer se me ocurrió después de revisar la entrevista que Álvaro Ramírez Velasco (e-consulta) le hizo a Pablo Fernández del Campo, dirigente estatal de PRI poblano. Transcribo algo que avala lo que digo líneas arriba:
La pregunta del reportero fue la siguiente:
“Desde su perspectiva, Mario Marín, como muchos otros cuadros, integra el capital del PRI…”.
Y Pablo respondió como antaño lo hacían los políticos en cuyo léxico se concentraba la demagogia, la retórica sin compromiso, lo timorato, el pánico a las jerarquías, la vergonzosa disciplina, la absurda institucionalidad, la gratitud perruna y el discurso parroquial:
Es un ex gobernador que su legado está y que él, como muchos ex gobernadores que siguen siendo priístas y como muchos cuadros distinguidos y como muchos ex diputados locales y federales que han dado las batallas, que han entregado cuentas, pues eso es el capital del PRI, y eso es lo que me parece que, junto con Enrique Peña Nieto, vamos a estar…”
“¡Joder!”, diría un baturro ofendido por semejante galimatías.
“¡Carajo!”, espetaría cualquiera de los priistas que se entusiasmó con el cambio que auguraba el deslinde del poder variopinto que ejerce Rafael Moreno Valle Rosas.
“¡Ya ni la chinga!”, estarán pensando aquellos que confiaron en que el relevo sería para que el PRI mejorara.
“¡Aplauso!”, gritarán los panistas y los tránsfugas del priismo, los primeros porque aún persisten los argumentos electorales para combatir al PRI, y los segundos complacidos porque para ellos su ex partido ya no tiene remedio.
Bueno, para acallar la altisonante especulación del columnista, a quien no le cabe la menor duda, el más feliz con el nuevo dirigente estatal del tricolor, se llama Mario Plutarco Marín Torres. Sí, el góber que descuidó los flancos y la retaguardia por andar viendo pa´delante, hacia el futuro (el suyo); el mandatario que entregó la plaza para negociar su tranquilidad y la de su familia; el priista que dicen los auditores que callan porque hay órdenes de muy arriba se llevó hasta el mecate.
Con el entusiasmo que le distingue, después de enterarse de las lisonjas del dirigente de su partido en Puebla, este “cuadro distinguido” seguramente habrá dicho en tono de festejo: “¡Ese es mi Pablito, chingao!”
¿Qué dirá el staff político de Enrique Peña Nieto cuyo interés es legitimar al nuevo presidente y con él al PRI con todo y su parafernalia?
Vuelvo a especular e imagino la respuesta consensuada de los hombres del Presidente:
¿Nos habremos equivocado?
Vaya bronca en la que se metió Pablo Fernández del Campo, asiduo lector de sus propios argumentos…
acmanjarrez@hotmail.com

Twitter: @replicaalex

jueves, 6 de diciembre de 2012

No todo es política, ¿o sí?



Por Alejandro C. Manjarrez
“Querida Cigüeña: por favor no me traigas una hermanita. Mi mamá le va a pegar como a mí”.
Así empieza la carta que el niño Carlos Gutman escribió para que su abuela la enviara amarrada a un globo. Lo hizo con la ilusión de que, igual que las misivas a los Reyes Magos, la reciba el pájaro que el mito ubica en París.
Carlitos tiene poco más de seis años y es, obvio, un hijo no deseado por su madre soltera. Cursa el primer año de primaria en San José Chiapa, lugar donde la tierra acaba de convertirse en un artículo de especulación inmobiliaria.
En otros de los renglones escritos con lápiz en la hoja de un bloc de taquigrafía (letra difícil de leer), el pequeño detalla los castigos a que es sometido porque, dice, a veces se le olvida hacer la tarea:
“Mi mami me da de patadas en mis piernas. También me jala de los pelos y me azota contra el ropero. Con los ganchos de ropa me pega en la espalda. Me da mucho miedo cuando llega a casa.”
Carlitos concluye y repite la súplica a la Cigüeña:
“Porfa, Cigüeña, no me traigas una hermanita. Va a sufrir igual que yo”.
Yo no sé lo que usted sienta o piense pero el que esto escribe quedó impactado por esta realidad que es el pan nuestro de cada día. Me enteré del problema porque el lunes pasado vi llorar a la abuela de Carlitos (trabaja en mi casa) y le pregunté qué le pasaba. Como respuesta me mostró lo que había escrito su nieto, quizá con la esperanza de recibir algún tipo de consuelo, ayuda u orientación. “¿Por qué no va al DIF y la denuncia?” le pregunté. Y ella me respondió que no lo hará porque teme que la autoridad le quite a su hija la custodia del niño y que éste termine en un hospicio. “No volvería a ver a mi Carlitos”, manifestó con el llanto amontonado en su garganta. Sobra decir que la abuela trabaja para que su nieto “tenga lo necesario y llegue a ser un hombre de provecho”. Su madre también es empleada pero, se lamenta la abuela del niño, dedica la mayor parte del tiempo a vivir como las mujeres jóvenes y solteras.
Vaya problema familiar. Mi esposa y yo trataremos de encontrar alguna solución digamos que tersa entendidos de que debemos ayudar y proteger al niño que, por cierto, vivió en nuestra casa (su madre se lo “encargó” a la abuela) hasta que cumplió cuatro años. Es un ser inteligente y sensible que podría convertirse en un buen profesionista siempre y cuando no se le amargue la vida con experiencias como las que marcan a los delincuentes peligrosos.
Perdone el lector que me haya salido de la tónica política. Mi intención es que este comentario lo reciba la persona que por su trabajo y poder tiene la oportunidad de intervenir (espero que con éxito) para que Carlitos y su madre biológica encuentren lo que toda familia desea: comprensión, orientación, apoyo y en consecuencia la felicidad.
Como ya lo dije, esto ocurre en San José Chiapa, el pueblo elegido y preparado para recibir los beneficios de la inversión extranjera. Confiemos en que el interés humanitario figure en el proyecto de ese desarrollo industrial, obligación privativa del gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas.
Nota bene:
El próximo lunes retomaré el tema político. Le tengo algunas sorpresas.

Twitter: @replicaalex

domingo, 2 de diciembre de 2012

Las sorpresas de Peña Nieto



Por Alejandro C. Manjarrez
Enrique Peña Nieto empezó su gobierno con el pie derecho, inicio que me obliga a rememorar algunos de los antecedentes políticos (buenos y malos) que pudieron haberlo formado, experiencias que lo llevaron al cargo que ostenta. Antes de ello cito al diputado constituyente Ignacio Ramos Praslow, quien nos regaló una frase que debería alertar a los gobernantes que gustan, que abusan de hablar en público:
“Al calor de la improvisación nacen con extraña fecundidad una sarta de pendejadas”.
Lo dijo en su calidad de orador invitado durante los festejos del 50 aniversario de la Constitución de 1917, conmemoración que se llevó a cabo en la Cámara de Diputados cuando ésta operaba en el edificio de la calle Donceles, allá en la ciudad de México.
“El chiste no es orinar sino hacer espuma”
El caso es que muchos políticos se han empeñado en comprobar lo fecundo de las improvisaciones retóricas. La lista es larga, sin embargo, baste mencionar a Vicente Fox y Felipe Calderón, dos ex presidentes en cuya función destacó su empeño en improvisar no obstante su responsabilidad republicana. El primero dicharachero y el segundo también. Las víboras y tepocatas y el haiga sido como haiga sido, frases que los perseguirán hasta el fin de sus muy cómodos días. Agregue como colofón, la traición de Fox a su partido y la canción que Calderón dedicó a sus paisanos.
El coco
Después del tropiezo de Guadalajara más otros “dislates” registrados por la prensa, parecía que Enrique Peña Nieto no remontaría la cuesta de esos “errores” exacerbados en las redes sociales. Empero, la libró gracias al oficio político que, supongo, aprendió de algunos de sus congéneres, los mismos que a su vez abrevaron de la tradición política que mantuvo al PRI en el poder. Me refiero a la concertación como método para desactivar problemas, y desde luego al discurso político preparado ex profeso para, diría Fox, no regar el tepache.
Recordemos, pues, a dos de los priistas en los que se concentran el error o falla personal y la responsabilidad republicana, ambas condiciones digamos que compensatorias.
Adolfo Ruiz Cortines implantó en México la cultura de la omisión. Como a los presidentes que le sucedieron, a él también le arrobó la malsana costumbre de ser leal y agradecido hasta la ignominia con quienes habían sido sus impulsores o cómplices en la lucha por el poder, actitud que sería loable si esos amigos o mecenas no hubiesen sido tan corruptos como lo fueron.
A ése lado oscuro se debe que sus subordinados le endilgaran el mote de “viejo zorro”. Empero, en este nuestro México de grandes contrastes, sobresalió la idea de que don Adolfo dio al cargo la dignidad republicana. Esa “buena fama” se debe a que, contra lo que hicieron otros presidentes, el veracruzano constriñó su oratoria a los actos donde el primer mandatario de México tenía la obligación de hablar en nombre de la República. El resto de las intervenciones se las delegó a sus colaboradores, dependiendo la temática de la reunión. Con ello y con discursos bien preparados evitó el desgaste que produce la verborrea política combinada con la improvisación, actitud que permitió a la sociedad olvidar las omisiones de don Adolfo, hasta considerarlo como un presidente sensible, serio, adusto, enérgico, honesto e inteligente.
El otro Adolfo de apellidos López Mateos, paisano del hoy Presidente, fue un caballero con carisma e inclinaciones sexuales que lo convirtieron en el garañón presidencial. “¿Qué toca hoy, Humberto? —era la primera pregunta de la mañana a su secretario particular—: ¿Viajes o viejas?”. Fue tal su afición por las mujeres, que en la última etapa de aquel gobierno (y de su vida), don Adolfo casó por la iglesia con una bella educadora con la que tuvo dos hijos. Los que nos enteramos de la boda fue porque el padre de la hermosa mujer (le decían el “suegro de la nación”) se justificaba y a la vez presumía de su parentesco político mostrándole a quien podía la película del enlace religioso entre López Mateos y su hija. La historia de ese gran romance es como para una novela de televisión. Todo esto, que conste, pasó desapercibido gracias a que López Mateos no hizo uso de la improvisación en el discurso presidencial.
Enrique Peña Nieto
Peña Nieto necesita eliminar todo lo que se parezca a lo malo de ésos y otros antecedentes digamos que históricos. Tendrá que convencer a la sociedad hoy mucho más despierta e informada por la inmediatez que permiten las redes sociales. Está obligado a desvincularse del gobierno que suple. Y también a cuidarse de las mujeres, y de las complicidades que ocultan los “pecados burocráticos”, y de los malos deseos que incitan a la venganza contra periodistas, y hacer hasta lo imposible para que su vida personal y pública no sirva de argumento a otra telenovela.
Por lo que escuchamos y vimos en el inicio de su gobierno no es arriesgado afirmar que adoptó algunas de las reglas de la vieja escuela dándole su toque de renovación generacional. Preparó bien sus primeras intervenciones (no improvisó). Armó y coordinó con eficacia de Estado el Pacto por México. Concertó con las fuerzas políticas del país, incluidas las beligerantes. Dio su lugar a los protagonistas del cambio que seguramente ocurrirá. No hizo leña del árbol caído y reconoció lo reconocible de Felipe Calderón. Bajó el perfil a líderes controvertidos como Elba Esther Gordillo. Por las características de su gabinete, el gobierno quedó desvinculado de los viejos vicios representados por los viejos políticos (de costumbre no de edad). Abordó problemas como la corrupción gubernamental y la prevención del delito. E instauró un proyecto para combatir la pobreza.
Todo ello en las primeras 48 horas de su recién inaugurado mandato, propuestas expresadas o sugeridas en dos discursos a mi juicio muy bien meditados.
Esperemos pues que el poder casi teocrático no induzca al Presidente de México a sentirse elegido de los dioses y que con esa condición decida “improvisar” para sin proponérselo obvio incrementar la lista de “dislates” o, incluso, darle validez y vigencia a lo que dijo Ignacio Ramos Praslow.

Twitter: @replicaalex

jueves, 29 de noviembre de 2012

Puebla gobernada a contrapelo


 
Por Alejandro C. Manjarrez
No le extrañe al lector que Rafael Moreno Valle Rosas haga algunos cambios en su gobierno, más que de tipo burocrático (que los habrá sin duda), de actitudes personales. La conclusión del calderonato lo obliga a poner en acción su plan C (el A y el B ya no funcionan), mismo que podría contener algunas reglas, digamos que de sobrevivencia; a saber:
Desaparecer la soberbia como distintivo del poder político.
Negociar con los grupos de tensión y presión, la mayoría de ellos vinculados al PRI que regresó por sus fueros.
Poner en acción un nuevo método de comunicación social con miras a deshacer los entuertos que ocasionó su mala relación con la prensa local, talante que, como hemos visto, trascendió al plano nacional. En este como en otros casos está obligado a quitarse los remoquetes de represor, mismos que –dirían los aficionados a la fiesta brava– él mismo se puso… y en todo lo alto.
Necesita sacar manos, corazón y mente de los procesos electorales, con el fin de no exponerse a denuncias o señalamientos que lastimarían su orgullo y afectarían su proyecto de largo aliento. Es obvio que el PRI de Enrique Peña Nieto se va a reinventar para, entre otras intenciones, legitimar la presencia pública del nuevo Presidente de México. En esta acción, creo, entrará el rechazo a los pactos electoreros con gobernadores de oposición, en especial con los tránsfugas, como es el caso del mandatario poblano.
Manejar el dinero público de manera tal que su administración no caiga en los ilícitos u observaciones que contiene la nueva Ley General de Contabilidad Gubernamental, cuya iniciativa surgió de su amigo Felipe Calderón: tendrá que Instruir a sus asesores financieros para que eviten la tentación de validar aquello de que “hecha la ley hecha la trampa”.
Inventar algo para quitarse el sambenito de titiritero que le endilgaron quienes suponen que convirtió en marionetas del “teatro guiñol republicano”, a varios diputados, jueces y magistrados.
Como el ilusionista David Copperfield, tendría que llevar a cabo un acto de magia espectacular para hacer que “desaparezca” su influencia (mano negra o mano dura) de los partidos políticos a cuyos dirigentes sedujo o nombró mostrándoles la zanahoria del 2018 (incluido el PAN, o lo que queda de él).
Para que no se caiga de la nube en que anda, le urge bajarse antes de que lo “engañe la perjura” esa llamada política: precisa poner los pies en la tierra.
Como si fuese un trance de contrición republicana, a partir de ya deberá tomar en cuenta a la sociedad y desde luego escucharla e invitarla a opinar, sugerir y avalar las obras de su gobierno, mandato que ejerce gracias a que (chueco o derecho) así lo determinó el sufragio del pueblo.
Al inicio de esta mi reflexión (chambona, dirán los detractores cibernéticos que cobran por atacar a todo aquel que no le echa flores al góber) dije que Rafael Moreno Valle podría hacer algunos cambios en su gobierno. Mi suposición y dichos de basan en que allá en su “íntima intimidad” el tipo ha decidido NO gobernar a contrapelo, actitud que beneficiaría a la sociedad cansada del atole con el dedo… oficial.

Twitter: @replicaalex

lunes, 26 de noviembre de 2012

El discurso de un presidente disfrazado de corrupto




Por Alejandro C. Manjarrez

“Lo que escucharán ustedes, ciudadanos de esta nación e invitados de los países amigos, es la confesión de un hombre que tuvo que ponerse la máscara de la simulación; de un político que se mimetizó para poder ocupar los cargos públicos ejercidos antes de llegar a esta alta tribuna de la República, en calidad de presidente de México.
“Señoras y señores legisladores:
“Confieso ante ustedes que me disfracé de corrupto. Confieso que me puse la máscara de comerciante del poder. Confieso que mañosamente me introduje en los grupos económicos cerrados donde suele discutirse el destino del país. Confieso que acepté dádivas y establecí compromisos. Confieso que fui celestino de influyentes y poderosos. Confieso que serví de cabildero del gobierno ante los miembros de esta Soberanía a quienes, en algunos casos, tuve que corromper. Confieso que callé las injusticias que cometían los gobernantes. Confieso que encubrí a quienes tuvieron en sus manos el poder manipulándolo para su beneficio personal. Confieso que cerré los ojos ante la corrupción imperante en los mandatos a los que serví. Confieso que llegué a proteger a los delincuentes de cuello blanco. Confieso que fui omiso ante la transgresión de la ley para abrirme paso en la ruta que me condujo a ocupar este honroso cargo desde el cual, ahora lo juro por mis antepasados a quienes debo mis convicciones, serviré a la patria y combatiré sin descanso a los corruptos, la gran peste de México.
“A esas confesiones agrego otra, la última:
“Mi compromiso, mi deuda me obliga a rescatar los principios que por supervivencia burocrática me vi forzado a ocultar haciéndome pasar por uno más de los eficaces operadores políticos. Tuve que hacerlo. De lo contrario habría tenido que prescindir de mi intención y dar por concluida mi carrera política. Hubiese dejado trunco el propósito de mejorar y crear las condiciones para hacer de México un mejor país a partir de la verdad.
“Sé que la verdad es uno de los valores que estuvo ausente durante varios sexenios. Por este lamentable abandono se han cometido miles de crímenes y se ha tolerado a la delincuencia organizada.
“También sé que la mentira sustentó los proyectos políticos de quienes gobernaron al Estado mexicano. Ante ello, señores y señoras diputados, senadores, representantes del poder Judicial y miembros de la sociedad civil, los conmino a borrar el pasado (excepto cuando haya que aplicar la ley) y a poner las bases para que en nuestra nación la verdad sea eje del comportamiento de los servidores públicos, el punto de partida de los tres niveles de gobierno y los poderes de la Nación.
“Para ello les propongo legislar con el fin de que la mentira y la manipulación de la verdad se conviertan en un delito que por su penalidad no alcance fianza. En sus manos está el dar un viraje para hacer de este principio el eje rector de nuestro sistema jurídico y político.
“He leído y revisado documentos que han pasado por el escritorio presidencial. En cada uno se detalla directa o indirectamente las distintas formas de corrupción. Mis predecesores los conocieron y callaron con la idea de mantener el statu quo, la calma chicha, la ausencia de la verdad. Ninguno se atrevió a combatir la esencia de ese cáncer social porque, arguyeron, era necesario suspender las garantías individuales para poder someter a juicio a los cientos de funcionarios públicos corruptos así como a sus cómplices.
“Yo no rehúyo semejante responsabilidad y, dependiendo de los daños que causen, con el apoyo de los legisladores, me comprometo a establecer la pena de muerte para aquellos servidores públicos que traicionen al pueblo que les brindó su confianza. Si aprueban mi iniciativa, los juicios serían justos y supervisados por organismos de derechos humanos, nacionales e internacionales.
“Sólo tenemos seis años del gobierno, lapso que aprovecharemos para enjuiciar a todos los criminales que han vulnerado la hacienda pública, trastocado la tranquilidad social lesionando la credibilidad en las autoridades y, para empezar la limpia, a quienes se disfrazaron de gobernantes honestos con la intención de enriquecerse y corromper los cargos públicos que ejercieron o ejercen.
“La etapa que vivimos es la peor de nuestra historia moderna. México padece el poder de las mafias del narcotráfico; su territorio está prácticamente controlado por sicarios y narcotraficantes cuya riqueza les permite comprar conciencias, autoridades y gobernantes: es una vergüenza nacional que en pocos años sumen 70 mil los muertos y 120 mil los consignados. En este caso la pena de muerte no resolvería el problema debido a que esos delincuentes viven retándola; saben que su destino está tan bien definido que ninguno de ellos podría asegurar que llegará a viejo. La ejecución prescrita por la ley sería una medida drástica sí, pero no resolvería el problema que ha recibido muchos nombres, uno de ellos: la máquina de la muerte.
“Ante este fenómeno lo único que funcionará es la unidad popular contra cualquier tipo de delincuencia.  De ahí que mi convocatoria que baso en la verdad incluya y convoque a los poderes de la Unión para que diseñen el plan rector que habrá de servir a todas las instancias y niveles de gobierno. Se trata de emprender la campaña más intensa y larga de la historia cuyo objetivo es eliminar al crimen organizado y, al mismo tiempo, establecer los mecanismos que impidan la proliferación y existencia de células de delito.
“Una de ellas, la urgente, es la reforma educativa transexenal.
“Otra, igual de apremiante, el trabajo suficiente y bien pagado, intención que exige un programa de productividad y competitividad gubernamental, empresarial y hacendario.
“La tercera acción, también imperiosa, consistirá en profesionalizar a los cuerpos policiacos y apoyarlos en su labor mediante el diseño y puesta en operación de la investigación preventiva universal. Este plan necesariamente tiene que estar conformado por representantes de los tres niveles de gobierno y los organismos de la sociedad civil.
“La cuarta se basa en promover la cultura para que el pueblo cuente con las mejores alternativas de desarrollo personal y familiar. Esto sin escatimar ningún esfuerzo económico basado en las asignaciones y ampliaciones presupuestales para impulsar el conocimiento, la ciencia, las artes y la literatura.
“La propuesta general incluye modificar los códigos para que el Estado incaute los bienes dinero, acciones, empresas y propiedades de quienes sean confesos del delito de delincuencia organizada, incluidos el lavado de dinero y la corrupción de los funcionarios públicos. Acabaremos con los llamados delincuentes de cuello blanco. Y si ustedes así lo legislan, la riqueza proveniente del delito se aplicaría a los programas sociales del Gobierno de la República.
“A partir de hoy la transparencia será la columna que soporte al gran edificio que es el Estado mexicano.
“Como muestra del principio de transparencia que prevalecerá en mi Gobierno, le manifiesto que en este momento los aeropuertos y las carreteras están vigiladas por el ejército para que no escapen a la acción de la justicia los más de doscientos funcionarios a los cuales se les comprobaron delitos de corrupción, omisión, enriquecimiento inexplicable y connivencia con los delincuentes y asesinos que han puesto a México en el peor de los escenarios de su historia. Este operativo fue posible porque desde hace varios meses el grupo de profesionales inició sus labores con la instrucción de investigar, formar y consignar expedientes para actuar en consecuencia, cuerpo de inteligencia cuyos integrantes son profesionales de alto perfil y comprobada honestidad, a los cuales he delegado la responsabilidad del sistema de seguridad nacional.
“El poder Judicial también tendrá una profunda reforma cuya iniciativa en este momento entrego a esta Soberanía. Ha sido elaborada por hombres honestos que a pesar de haber recorrido los espacios de la judicatura y en algunos casos la magistratura y ministerio de la Ley, terminaron o han desarrollado su trabajo sin la mácula de la componenda y la corrupción.
“La banca del país se someterá a controles estrictos, tanto nacionales como internacionales, para evitar el lavado de dinero y el comercio disfrazado, acciones que permitieron la venta de armas de última generación y, por ende, los altos índices de criminalidad, nuestra vergüenza ante el mundo.
“Los sindicatos serán invitados a participar en esta nueva etapa. Pero sólo aquellas organizaciones que de manera democrática y estatutaria decidan anteponer los intereses de la patria a los controles personales basados en el caciquismo sindical.
“Señoras, señores, legisladores, jóvenes mexicanos:
“Declaro ante ustedes que como este no es un reino y menos aun un mandato divino, sólo miraremos hacia atrás cuando se trate de perseguir delitos no prescritos. Con su apoyo podré construir el parte aguas del cambio histórico de México y desapareceré la impunidad para hacer real el imperio de  la Ley.
“Decía Jesús Reyes Heroles, que es necesario salir limpios de los asuntos sucios y, de ser indispensable, lavarse con agua sucia.
“Aquí estamos todos los que queremos lavar el honor de México, aunque para ello haya que ofrendar la vida. El sufrimiento de 60 millones de pobres nos lo exige. Y el futuro de las próximas generaciones nos obliga a ser honestos a carta cabal.
Gracias.”
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