Por Alejandro C. Manjarrez
“Lo
que escucharán ustedes, ciudadanos de esta nación e invitados de los países
amigos, es la confesión de un hombre que tuvo que ponerse la máscara de la
simulación; de un político que se mimetizó para poder ocupar los cargos
públicos ejercidos antes de llegar a esta alta tribuna de la República, en
calidad de presidente de México.
“Señoras
y señores legisladores:
“Confieso
ante ustedes que me disfracé de corrupto. Confieso que me puse la máscara de
comerciante del poder. Confieso que mañosamente me introduje en los grupos económicos
cerrados donde suele discutirse el destino del país. Confieso que acepté
dádivas y establecí compromisos. Confieso que fui celestino de influyentes y
poderosos. Confieso que serví de cabildero del gobierno ante los miembros de
esta Soberanía a quienes, en algunos casos, tuve que corromper. Confieso que
callé las injusticias que cometían los gobernantes. Confieso que encubrí a quienes
tuvieron en sus manos el poder manipulándolo para su beneficio personal.
Confieso que cerré los ojos ante la corrupción imperante en los mandatos a los
que serví. Confieso que llegué a proteger a los delincuentes de cuello blanco.
Confieso que fui omiso ante la transgresión de la ley para abrirme paso en la
ruta que me condujo a ocupar este honroso cargo desde el cual, ahora lo juro
por mis antepasados a quienes debo mis convicciones, serviré a la patria y
combatiré sin descanso a los corruptos, la gran peste de México.
“A
esas confesiones agrego otra, la última:
“Mi
compromiso, mi deuda me obliga a rescatar los principios que por supervivencia
burocrática me vi forzado a ocultar haciéndome pasar por uno más de los
eficaces operadores políticos. Tuve que hacerlo. De lo contrario habría tenido que
prescindir de mi intención y dar por concluida mi carrera política. Hubiese
dejado trunco el propósito de mejorar y crear las condiciones para hacer de
México un mejor país a partir de la verdad.
“Sé que la verdad es
uno de los valores que estuvo ausente durante varios sexenios. Por este
lamentable abandono se han cometido miles de crímenes y se ha tolerado a la
delincuencia organizada.
“También sé que la
mentira sustentó los proyectos políticos de quienes gobernaron al Estado
mexicano. Ante ello, señores y señoras diputados, senadores, representantes del
poder Judicial y miembros de la sociedad civil, los conmino a borrar el pasado
(excepto cuando haya que aplicar la ley) y a poner las bases para que en nuestra
nación la verdad sea eje del comportamiento de los servidores públicos, el
punto de partida de los tres niveles de gobierno y los poderes de la Nación.
“Para ello les
propongo legislar con el fin de que la mentira y la manipulación de la verdad
se conviertan en un delito que por su penalidad no alcance fianza. En sus manos
está el dar un viraje para hacer de este principio el eje rector de nuestro
sistema jurídico y político.
“He leído y revisado
documentos que han pasado por el escritorio presidencial. En cada uno se
detalla directa o indirectamente las distintas formas de corrupción. Mis
predecesores los conocieron y callaron con la idea de mantener el statu quo,
la calma chicha, la ausencia de la verdad. Ninguno se atrevió a combatir la
esencia de ese cáncer social porque, arguyeron, era necesario suspender las
garantías individuales para poder someter a juicio a los cientos de funcionarios
públicos corruptos así como a sus cómplices.
“Yo no rehúyo semejante
responsabilidad y, dependiendo de los daños que causen, con el apoyo de los
legisladores, me comprometo a establecer la pena de muerte para aquellos
servidores públicos que traicionen al pueblo que les brindó su confianza. Si aprueban
mi iniciativa, los juicios serían justos y supervisados por organismos de
derechos humanos, nacionales e internacionales.
“Sólo tenemos seis
años del gobierno, lapso que aprovecharemos para enjuiciar a todos los
criminales que han vulnerado la hacienda pública, trastocado la tranquilidad
social lesionando la credibilidad en las autoridades y, para empezar la limpia,
a quienes se disfrazaron de gobernantes honestos con la intención de
enriquecerse y corromper los cargos públicos que ejercieron o ejercen.
“La etapa que
vivimos es la peor de nuestra historia moderna. México padece el poder de las
mafias del narcotráfico; su territorio está prácticamente controlado por
sicarios y narcotraficantes cuya riqueza les permite comprar conciencias,
autoridades y gobernantes: es una vergüenza nacional que en pocos años sumen 70
mil los muertos y 120 mil los consignados. En este caso la pena de muerte no
resolvería el problema debido a que esos delincuentes viven retándola; saben
que su destino está tan bien definido que ninguno de ellos podría asegurar que
llegará a viejo. La ejecución prescrita por la ley sería una medida drástica
sí, pero no resolvería el problema que ha recibido muchos nombres, uno de
ellos: la máquina de la muerte.
“Ante este fenómeno
lo único que funcionará es la unidad popular contra cualquier tipo de
delincuencia. De ahí que mi convocatoria
—que baso en la verdad— incluya y convoque a los poderes de la Unión
para que diseñen el plan rector que habrá de servir a todas las instancias y
niveles de gobierno. Se trata de emprender la campaña más intensa y larga de la
historia cuyo objetivo es eliminar al crimen organizado y, al mismo tiempo,
establecer los mecanismos que impidan la proliferación y existencia de células
de delito.
“Una de ellas, la
urgente, es la reforma educativa transexenal.
“Otra, igual de
apremiante, el trabajo suficiente y bien pagado, intención que exige un
programa de productividad y competitividad gubernamental, empresarial y
hacendario.
“La tercera acción, también
imperiosa, consistirá en profesionalizar a los cuerpos policiacos y apoyarlos
en su labor mediante el diseño y puesta en operación de la investigación preventiva
universal. Este plan necesariamente tiene que estar conformado por
representantes de los tres niveles de gobierno y los organismos de la sociedad
civil.
“La cuarta se basa
en promover la cultura para que el pueblo cuente con las mejores alternativas
de desarrollo personal y familiar. Esto sin escatimar ningún esfuerzo económico
basado en las asignaciones y ampliaciones presupuestales para impulsar el
conocimiento, la ciencia, las artes y la literatura.
“La propuesta
general incluye modificar los códigos para que el Estado incaute los bienes —dinero, acciones,
empresas y propiedades— de quienes sean confesos del delito de
delincuencia organizada, incluidos el lavado de dinero y la corrupción de los
funcionarios públicos. Acabaremos con los llamados delincuentes de cuello
blanco. Y si ustedes así lo legislan, la riqueza proveniente del delito se
aplicaría a los programas sociales del Gobierno de la República.
“A partir de hoy la
transparencia será la columna que soporte al gran edificio que es el Estado
mexicano.
“Como muestra del principio
de transparencia que prevalecerá en mi Gobierno, le manifiesto que en este
momento los aeropuertos y las carreteras están vigiladas por el ejército para
que no escapen a la acción de la justicia los más de doscientos funcionarios a
los cuales se les comprobaron delitos de corrupción, omisión, enriquecimiento
inexplicable y connivencia con los delincuentes y asesinos que han puesto a
México en el peor de los escenarios de su historia. Este operativo fue posible
porque desde hace varios meses el grupo de profesionales inició sus labores con
la instrucción de investigar, formar y consignar expedientes para actuar en
consecuencia, cuerpo de inteligencia cuyos integrantes son profesionales de
alto perfil y comprobada honestidad, a los cuales he delegado la
responsabilidad del sistema de seguridad nacional.
“El poder Judicial
también tendrá una profunda reforma cuya iniciativa en este momento entrego a
esta Soberanía. Ha sido elaborada por hombres honestos que a pesar de haber
recorrido los espacios de la judicatura y en algunos casos la magistratura y
ministerio de la Ley, terminaron o han desarrollado su trabajo sin la mácula de
la componenda y la corrupción.
“La banca del país
se someterá a controles estrictos, tanto nacionales como internacionales, para
evitar el lavado de dinero y el comercio disfrazado, acciones que permitieron la
venta de armas de última generación y, por ende, los altos índices de
criminalidad, nuestra vergüenza ante el mundo.
“Los sindicatos
serán invitados a participar en esta nueva etapa. Pero sólo aquellas
organizaciones que de manera democrática y estatutaria decidan anteponer los
intereses de la patria a los controles personales basados en el caciquismo
sindical.
“Señoras, señores,
legisladores, jóvenes mexicanos:
“Declaro ante
ustedes que como este no es un reino y menos aun un mandato divino, sólo
miraremos hacia atrás cuando se trate de perseguir delitos no prescritos. Con
su apoyo podré construir el parte aguas del cambio histórico de México y
desapareceré la impunidad para hacer real el imperio de la Ley.
“Decía Jesús Reyes
Heroles, que es necesario salir limpios de los asuntos sucios y, de ser indispensable,
lavarse con agua sucia.
“Aquí estamos todos
los que queremos lavar el honor de México, aunque para ello haya que ofrendar
la vida. El sufrimiento de 60 millones de pobres nos lo exige. Y el futuro de
las próximas generaciones nos obliga a ser honestos a carta cabal.
Gracias.”
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@replicaalex