Es extraña la ligereza con que los malvados
creen que todo les saldrá bien.
Víctor Hugo
Por
Alejandro C. Manjarrez
La
codicia y la debilidad de la oposición fueron dos de las condiciones humanas
que metieron a Puebla en el pantano donde la democracia quedó atrapada. Rafael
Moreno Valle se valió de esas circunstancias para construir lo que fue un
gobierno cenagoso.
Allí,
en ese lodazal teñido de azul, se ahogó parte de la historia política poblana.
Y
de esos lodos surgieron varios de los ejemplares que hicieron del quehacer
público una sucia práctica burocrática electorera, acciones alimentadas con la
corrupción que, hay que decirlo, modeló la conducta de algunos comunicadores y
periodistas entusiasmados ante la posibilidad de servir a un presidenciable.
En
ese ambiente donde la boñiga llenó el espacio público, se dio la candidatura de
Miguel Barbosa Huerta quien, como ya sabemos, se convirtió en el adversario
político natural de Rafael Moreno Valle cuya preocupación le indujo a utilizar
el poder para mediante el fraude electoral impedir que Miguel derrotara a su
cónyuge Martha Erika Alonso de Moreno Valle.
Fue
así como ese complicado proceso constitucional exhibió a los políticos
dominados por su codicia y debilidades: el dinero logró convertirlos en
traidores de la ética pública y los anhelos sociales.
A
ese grupo de políticos y al estilo morenovallista se refirió el hoy gobernador
cuando dijo (frase cuyo énfasis me recordó el poema El cuervo, de Edgar Allan Poe):
“Nunca
más el poder para la venganza, nunca
más el poder para llevar a cabo espionaje, nunca más el poder para la persecución y nunca más el poder como modelo de negocios y como forma de
enriquecimiento. ¡Nunca más!”
“He instruido a la Contraloría para que
realice auditorías a los gobiernos anteriores. Puebla merece saber la verdad,
sin odios ni venganzas, si hay violaciones o conductas que acrediten delitos,
se procederá de acuerdo a la ley y al derecho”.
La
sentencias enunciadas establecen que, a pesar de su ex compañera Karen Berlanga
(hoy contralora del nuevo gobierno), los sobrevivientes del morenovallismo
vivirán terribles momentos de angustia, en especial aquellos que fueron
beneficiarios de negocios fabricados al amparo del poder, personajes que
quedaron atrapados entre las redes de Rafael, espacio donde la carnada fue el
dinero fácil y, por ende, difícil de ocultar. Como lo establece el epígrafe que
inicia esta columna, palabras del poeta y dramaturgo Víctor Hugo: su ligereza
les hizo concebir la idea de que todo les saldría bien.
Así
que pronto veremos hasta dónde llega la intención justiciera del mandatario
Miguel Barbosa Huerta. Y lo más importante: si sus colaboradores responden al
trascendental compromiso.
@replicaalex