Deseos para el
2016
"Te deseo
primero que ames, y que amando, también seas amado... y que, de no ser así,
seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo,
pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.
Te deseo también
que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y
fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.
Y porque la vida
es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida
exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que
entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas
demasiado seguro.
Te deseo además
que seas útil, mas no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no
quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente, te
deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso es
fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo
buen uso de esa tolerancia, sirvas de
ejemplo a otros.
Te deseo que
siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en
rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad
tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso
que vivas la tristeza. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día
descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa
constante es malsana.
Te deseo que
descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y
que te rodean, seres oprimidos tratados con injusticia, y personas infelices.
Te deseo que
acaricies un gato, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir
triunfante su canto matinal, porque de esta manera, te sentirás bien por nada.
Deseo también que
plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su
crecimiento, para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol.
Te deseo, además,
que tengas dinero, porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos
una vez por año pongas algo de ese dinero frente a ti y digas: ‘Esto es mío’,
sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.
Te deseo también
que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin
lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin
que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen
hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.
Si todas estas
cosas llegaran a pasar, no tengo nada más que desearte."
Texto de Sergio Jockymann