El pacto
Por Alejandro C. Manjarrez
No se hizo el “milagro” y la vida
pública vuelve al carril construido por el poder con el apoyo de los medios de
comunicación masiva. Así que una vez concluido el impasse ilusorio que inspiró
la participación del Tri en el Mundial de Brasil, regreso la vista a la cancha
de la política donde el otro combinado, el que forman los mañosos,
convenencieros, mafiosos, omisos y uno que otro ingenuo, se ha arrogado el
derecho de diseñar el México que conviene a sus intereses personales y
electoreros.
Puebla, SA de CV
Nos quedamos pues en que Marcelo García
Almaguer se hizo cargo de la comunicación institucional del PAN. Es obvio que se
trata del movimiento propio de la estrategia de Rafael Moreno Valle, amigo,
guía, jefe y paradigma de una docena de poblanos (espero no haber exagerado en
el número de cercanos): la sucesión del 2018.
Con esa acción que despide el hedor de
la maña, Gustavo Enrique Madero Muñoz podría convertirse en el eslabón que una parte
de la cadena construida por Rafael (nótese el beneficio de la duda). Me refiero
al proyecto político “a perpetuidad” concebido por el propio gobernador de
Puebla quien, como sabemos, ya incluyó a Martha Erika Alonso Hidalgo, su esposa,
en el Consejo Nacional panista con la obvia intención de hacerla diputada federal.
Y aunque estén fuera de las entrañas de Acción Nacional, tanto Luis Maldonado
Venegas como Cabalán Macari Álvaro, Tony Gali Fallad, Eukid Castañón y hasta el
devaluado Jorge Aguilar Chedraui son, de hecho, otros de sus operadores
políticos de confianza (dos de ellos, también financieros).
El anterior es sin duda un escenario “hermoso”.
Y sería “perfecto” si Marcelo —el
hermano imaginario de Rafael—
no hubiera sido incrustado en el equipo de Madero. Imagínese si al regio o güerco se le ocurre aplicar en el PAN
nacional el esquema que asestó a la prensa poblana: transformaría en paráfrasis
(o réquiem) las palabras de Moreno Valle, frase que soltó después de haber
protestado el cargo que hoy ejerce para regodeo de los empresarios (ningún
poblano) insertos en el esquema morenovallista. Dijo Moreno Valle: si llegué a
ser gobernador con la prensa en contra, no la necesito para gobernar.
Con esta que podríamos llamar fobia, Rafael
aisló a su gobierno de los comunicadores libres y cooptó a casi todos los
propietarios de medios de comunicación. Supuso que la Puebla mediática era un
circo y que por ello le resultaría mejor negociar con sus dueños. Pero le falló
porque los verdaderos periodistas sacaron la casta y mostraron que están
comprometidos con la sociedad, por cierto, curiosamente, también motivo de los
desaires del mandatario.
Periodismo
incómodo
Por esos periodistas comprometidos con
el oficio, nos hemos enterado de los actos del poder que rayan en la
corrupción. Por ejemplo: la obra pública que se transformó en privada (PPSs); las
deuda pública disfrazada con los arrendamientos a largo plazo; las asignaciones
de concesiones y contratos multimillonarios sin mediar la correspondiente
licitación; la opacidad en la aplicación de la partida del Ejecutivo (compra,
renta y/o arrendamiento de helicópteros, por citar un caso); el control vía
gratificaciones de los diputados, los mismos que en un descuido podrían
legislar para que las flatulencias del gobernador fuesen patrimonio cultural e
histórico de la clase política emergente; la compra de la simpatía de los
delegados (hay excepciones) a través, verbigracia, de comodatos u obsequios de
parque vehicular; las compensaciones ocultas (opacidad administrativa)
asignadas a los funcionarios de primer nivel; los convenios publicitarios con
los medios de comunicación masiva, contratos cuya esencia trasgrede la ética
comercial e incluso el estatuto electoral; la mano negra que, por citar un
caso, produjo la salida del CAIP de Blanca Lilia Ibarra Cadena; el manejo de la
ley para encarcelar a los líderes sociales que se oponen a las determinaciones
del gobierno estatal; la presión extra judicial contra presidentes municipales
que ejercen su autonomía; y otros hechos más que sería prolijo enumerar.
Escribí en la primera línea del párrafo
anterior la frase: “raya en la corrupción”,
basándome en la secrecía que rodea a ciertas acciones administrativas y políticas,
como pudiera ser el control de los partidos, la asignación de curules, el
nombramiento de candidatos, la entrega de participaciones y el manejo
heterodoxo de programas asistenciales de los gobiernos federal y estatal. Aún
no es tiempo de aseverar que la haya, pero tampoco lo es para garantizar que no
exista. Sin embargo, el constatar cómo se oculta el fondo de las acciones de
gobierno, permite suponer que la honradez como tal no existe. En fin.
Dijo William Shakespeare que ser
honrado, tal como anda el mundo, equivale a ser un hombre escogido entre diez
mil. Si el dramaturgo viviera en nuestra época, seguramente ya estaría
escribiendo una comedia o tragedia sobre la política mexicana. Comedia, porque el
actuar de algunos hace reír. Y tragedia, debido a que otros actúan con miedo a
que se conozcan sus secretos, malaventura que adelantaría su fracaso.
Habría que agradecer a Rafael Moreno
Valle su actitud hacia la prensa, pues sus acciones chambonas impulsaron al
periodismo de Puebla. Vaya, hasta la política podría salir beneficiada cuando
haga su efecto el abono orgánico sembrado en suelo poblano: podríamos ver los
frutos sanos y sólidos que el pueblo anhela.
@replicaalex