Dioses del mundo moderno (1932) José Clemente Orozco
Por
Alejandro C. Manjarrez
Impresionado
por el semblante de Tony Gali Fayad, comenté con Eukid Castañón:
—Tony
se ve demacrado. Supongo que le sorprendió el carácter demandante y colérico
del gobernador…
Era
el inicio del régimen y los morenovallistas estaban apurados: les urgía cumplir
las metas del primer año de gobierno. Sobre los hombros del entonces secretario
de Infraestructura (hoy alcalde), se posaba el gran peso técnico-burocrático,
carga que incluía concluir a tiempo las obras emprendidas e inventadas por su
jefe.
Haciendo
eco de mi comentario, Eukid dijo:
—La
presión del cargo afectó a Gali. Le ha sido difícil acoplarse a la faceta laboral
de Rafa. Todavía lo descontrolan las altisonancias jerárquicas.
Más
o menos esas fueron las palabras del discreto Castañón (que por cierto he
repetido de memoria), el único de los colaboradores que sabe cómo cruzar por las
borrascas anímicas de su jefe y hacerlo sin despeinarse.
El principio es la mitad de
todo
Gali
había convivido con Rafael Moreno Valle en los momentos de relax y diversión, lapsos
en que la seductora sonrisa del entonces aspirante a la grande de Puebla, podía
convencer a cualquiera, ya sea para que aceptara formar parte del comité de financiamiento
o bien para que se adicionara a la operación de su gran proyecto electoral. Creo
que a eso se debe el primario descontrol emocional de Tony, uno de esos
convencidos en las vertientes mencionadas.
En
el trayecto previo al poder, participó intensa y comedidamente el actual
alcalde “panista” de Puebla, tanto que logró que su hijo fuera postulado como
diputado del PRD primero y después —una vez concluida la Legislatura y cumplida
la edad legal para ocupar el puesto— que el gobernador lo nombrara titular de
la Secretaria de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico del gobierno
poblano.
Síndrome libanés
Me
he preguntado cuáles serán las cualidades de José Antonio Gali Fayad, para
evitar que su dignidad se vea afectada
con los gritos y tamborazos de su jefe y hacedor. También he buscado alguna causa
que me ayude a entender su habilidad para acoplarse y tolerar el carácter
disparejo de su paradigma, además de aguantar los sofocones que provoca el
regaño, injusto o merecido. Lo único que se me ocurre es que debe haber seguido
el ejemplo de los árabes que se asociaron con Maximino Ávila Camacho, el
gobernador que los hizo cómplices… y generacionalmente ricos. Por ello digo que
Tony decidió agradar a Rafa con la intención de obtener el cargo que hoy ostenta,
al cual llegó después de haber roto —si es que existen en su ideario— los parámetros
del decoro y la ética electorales. En fin, chueco o derecho el actual munícipe logró
convertirse en parte del juego de quien se preparó para vivir de y en la
política… hasta que el cuerpo aguante.
En
esa digamos que apuesta —además de los mencionados Eukid y Tony—, también
participan Cabalán Macari Álvaro, Luis Maldonado Venegas y Roberto Moya
Clemente, equipo que forma parte de…
Lo bonito y lo feo del
gobierno
Veamos
pues:
De
acuerdo con la numeralia producto de la obra pública estatal, Macari sería el
secretario más eficaz del gobierno morenovallista y, en consecuencia, el
responsable de los parques horizontales, de los puentes atirantados, de los
eventos espectaculares, de los centros integrales y de los caprichos
neoyorkinos, obras que han hecho de Puebla un muestrario de estilos y/o antojos
digamos que arquitectónicos. A esto hay que agregar lo que podría ser otra de
las fantasías del mandatario: la iluminación navideña que, si el INE se pone
draconiano y la oposición lista, constituiría un delito electoral ya que, en
vez del colorido variopinto tradicional y habitual, decoraron a la ciudad con
haces azules y blancos. La intención, obvio, es establecer que los únicos
chicharrones que truenan en Puebla, son los de Moreno Valle, el góber que se
adueñó del PAN, de sus colores y del destino de sus dirigentes.
Por
su parte, Luis Maldonado Venegas y Roberto Moya Clemente, forman el eje
político–financiero que controla el tozudo y afanoso mandatario de Puebla. Por
eso funciona bien la sentencia que le atribuyen a don Jesús Reyes Heroles: “Lo que
en política cuesta, sale barato”. Si así fuere (hay que dar el beneficio de la
duda), tendríamos que reconocer a la dupla en cuestión, el llamémosle mérito de
haber sido ellos las piezas fundamentales para que los dirigentes del PRD, PAN,
Panal y Compromiso por Puebla, actúen como si fuesen marionetas de Casa Puebla.
Esos
son los funcionarios punta de lanza cuyo ejemplo arrastra al resto del equipo. La
diferencia está en que mientras unos pasan por metrosexuales, otros parecen ser
los intelectuales del grupo, o sea los que piensan, actúan e intentan solucionar
los problemas financieros, sociales y políticos provocados por grupos y
personas inconformes ante las consecuencias sociales negativas derivadas de las
órdenes del Gobernador, ni más ni menos.
El tatuaje
Moreno
Valle es considerado autor (yo digo casual) de la muerte del niño José Luis
Tehuatlie Tamayo: como gobernador él dio la orden del operativo en
Chalchihuapan y su enviado se excedió—. Es, asimismo, el conductor político de
las expropiaciones y el causante de los actos de poder que lastiman a la
sociedad. También lo es de los excesos en el ejercicio de la ley y de la
persecución de líderes sociales o populares. De igual manera, él propició la
indignación de los poblanos que se sienten ofendidos por los actos de su
gobierno. También se le achaca la absurda (pero entendible) protección a
Facundo Rosas Rosas. Los manifestantes (cada día en aumento) con sus críticas
callejeras y mediáticas son por ende difusores de sus errores políticos y
administrativos. Su lejanía con el pueblo, las protestas de ONGs y los
señalamientos de grupos sociales, igual lo dejan mal parado ante la nación.
No hay plazo que no se venza
Quedan
dos años de gobierno. Difícilmente Moreno Valle podrá desvirtuar tantos
sambenitos, todos endilgados por sus mandantes, incluido el de gobernante represor.
El lapso incluye la intención de hacer gobernador a José Antonio Gali Fayad,
diputados federales a sus operadores políticos cercanos y, por aquello de la
dudas, poner una especie de camisa de fuerza a los dirigentes políticos que le
deben todo lo que son, tienen, presumen y disfrutan.
¿Podrá?
Puede
ser siempre y cuando el pueblo ofendido se lo permita, los priistas enmudezcan
y se paralicen, el INE ceda ante su simpatía, el gobierno federal se haga el
desentendido y los afectados callen, apechuguen y se comporten como mártires de
la política chicharronera.
@replicaalex