domingo, 15 de febrero de 2015

El góber chingón


Por Alejandro C. Manjarrez
No hay duda: el gobernador Rafael Moreno Valle es un chingón; fantastic, dirían sus maestros de Boston.
Le ha dado a la política local y nacional un toque harvariano aderezado con dosis del estilo chicharronero puesto en boga por Gonzalo N. Santos, por citar a uno de los distinguidos hombres de horca y cuchillo.
Vea usted:
Cambió la naturaleza política de dos que tres de los partidos nacionales y concibió a uno estatal.
Inventó líderes partidistas y avezados legisladores.
Convirtió al PAN nacional en la holding desde la cual promueve y controla la política electoral de Gustavo Madero y adláteres.
Colocó a su brother Marcelo García Almaguer en la titularidad de la Dirección de Comunicación Social del blanquiazul. La intención: establecer la plataforma propagandística que, suponen ambos, deberá proyectarlo a la candidatura presidencial del 2018.
¡Es un fregón!
Hizo panistas y perredistas a los otrora distinguidos priistas de prosapia o vocación digamos que revolucionaria, mismos que —valga la alegoría— alimentaron su nacionalismo con las mieles de la diosa Mayáhuel. Uno de ellos, Eukid Castañón, quedó en la lista de candidatos cinchos plurinominales de Acción Nacional. Otro, Luis Maldonado Venegas, aseguró la diputación federal por el Partido de la Revolución Democrática.
Aplicó la máxima que le endilgan a Maquiavelo (divide y vencerás) para que el PAN se quedara sin sus militantes custodios y/o vigilantes del ideario que legó Manuel Gómez Morín.
¡Es un iluminado!
Inspirado en Dracón y Cromwell concibió y ordenó legislar las leyes que —diría Andrés Manuel López Obrador— le dieron celebridad como mandatario represor, dictador e intolerante.
Pactó con el chamuco para que las críticas, gritos, protestas y denuncias de ciudadanos perseguidos, encarcelados y afectados, le hicieran lo que el viento a Juárez.
Se valió de la sabiduría de Sun Tzu y resistió estoico los coletazos que produjo la detención, enjuiciamiento y cárcel de quien lo ayudó para llegar a la gubernatura: la maestra Elba Esther Gordillo Morales.
¡Es un innovador!
Implantó en Puebla un nuevo sistema que, de vivir, hubiese dejado estupefactos a Platón y Aristóteles. Esto porque mezcló el estilo monárquico con la democracia, la dictadura y el despotismo ilustrado, creando así a una nueva clase política cuyos miembros podrían llegar a ser una especie de burdéganos, o sea híbridos ideológicos.
Como buen estratega y/o buscador de talentos, descubrió, promovió, placeó e hizo alcaldes a quienes, sin rechistar, podrían interpretar sus deseos de trascendencia política, circunstancia ésta que lo convirtió en presidente municipal de facto de varios de los municipios importantes del estado.
Tuvo la visión para bloquear a la prensa crítica e impulsar a los medios de comunicación dispuestos a arrogarse el papel de sus panegiristas, acciones que hasta ayer no habían afectado su psiquis.
¡Es un chido!
Ha podido mantener el gasto público y el pago de rentas por los PPS —además de los viáticos, vehículos de tierra y aire, vuelos charter y otras disposiciones personales—. Para ello disminuyó salarios y personal valiéndose de distintas e inteligentes acciones decidido a librarse de las consecuencias que produce la aparente falta de sensibilidad social.
¡Es un chingón!
A poco no…
@replicaalex