Por
Alejandro C. Manjarrez
¿Se
acuerda el lector de la guerra sucia en la elección que hizo gobernador a
Rafael Moreno Valle Rosas?
Hubo
de todo, desde videos-montaje hasta parodias que dejaron mal parados a los
candidatos Moreno Valle y Javier López Zavala. Los equipos de ambos
contendientes sacaron a relucir su “talento” en la elaboración de marrullerías
propagandísticas, ya sea para defenderse o bien para atacar. Ganó Rafael por un
amplio margen y sus “estrategas mediáticos” echaron las campanas a vuelo
porque, según ellos, su “creatividad” había sido definitiva para derrotar a
Zavala.
Pero
se equivocaron porque ese tipo de artimañas poco o nada tuvieron que ver en la
motivación de los miles de priistas que traicionaron a su candidato, en algunos
casos dándole la mano al adversario y en otros absteniéndose de hacer la
labor que les asignaron sus coordinadores burocráticos o partidistas. Tampoco
influyeron en las urnas a la sazón vigiladas por las huestes del SNTE. Menos aún
incidieron para que Mario Marín Torres sacara las manos (y el dinero) del
proceso que al final del día perdió su ahijado y compadre. Y, obvio, no
animaron a la estructura del gobierno calderonista, personal que desactivó las
“bombas electorales” preparadas por priistas expertos en ese tipo de manejos. No.
La verdad es que Rafael ganó porque ante las circunstancias políticas del país,
Zavala resultó un mal candidato, un político de bajo perfil, un rival fácil de
derrotar, mientras que él fue una muy buena alternativa.
Hoy
se repite el esquema aquel basado en denostar a los contrincantes. La
diferencia está en que, por un lado, el equipo de Tony Gali Fayad (el de la
guerra sucia) vive y alimenta su ego con los “viejos laureles” que
supuestamente les fueron otorgados después del triunfo del actual gobernador. Y
por otra parte, Enrique Agüera Ibáñez, candidato del PRI, tiene mucho mejor
perfil que el mencionado Zavala y desde luego un más selecto grupo de trabajo
electoral cuyos integrantes aprendieron de la derrota que la gubernatura costó
al PRI, con un plus: el apoyo indirecto de los panistas enemigos de Gali, que
también lo son del mandatario estatal.
Ya
lo sabe el lector, sin embargo, vale la pena recordarlo:
Agüera
es el candidato que sufrió las primeras agresiones en las redes sociales: los
partidarios de Tony subieron varios videos viejos y “refriteraron” lo que ya
había tenido una puntual respuesta del ofendido (réplica contable y jurídica).
Me refiero al tema que circuló en las redes sociales, entre otras razones para
desprestigiar a la Universidad, institución que en aquellos entonces parecía el
principal grupo enemigo de los morenovallistas preocupados por el anti panismo
de la masa estudiantil y la mayoría de los dirigentes y académicos de la Buap. Vaya, hasta investigaron la vida
íntima de Agüera con la intención de encontrarle algo que sirviera a su causa.
Lo paradójico es que a dos años y meses de distancia, el bumerang que ellos mismos
habían lanzado regresó con más violencia para estrellárseles en la cara, fuerza
que tuvo dos ingredientes curiosos; a saber: a) la participación de los
panistas Violeta Lagunes y Miguel Ángel Labastida, y b) la profusa difusión en
el mismo espacio a cargo de la misma periodista.
A
estas alturas resulta difícil predecir cómo podría afectar o beneficiar a cada
candidato la guerra sucia basada en sacarse trapitos al sol. Ya lo veremos. Lo
que salta a la vista es el efecto demoledor que en principio tuvieron las
revelaciones a cargo de Denise Maerker, investigación realizada por Fátima
Monterrosa y Víctor Olvera, datos que han puesto en entredicho la fortuna que
ostenta el candidato de Puebla Unida, patrimonio que suma más de 77 millones de
pesos. A esto agregue la nota de la misma Denise sobre la “intolerancia” que el
candidato Gali demostrara cuando visitó la Udlap.
Veamos
el impacto inicial:
El
primer video (el de la “intolerancia”) que apareció en las redes sociales tenía
(hasta antes de concluir esta columna) 109 mil visitas. Y el segundo ya había
alcanzado las 35 mil. El total de 144 mil visitas iguala los números que
resultan de la sumatoria de los varios videos en contra Agüera, mismos que
llevan más de dos años en YouTube. De acuerdo con estos números, el balance favorece
al candidato de la alianza PRI-Verde.
No
sé cuál de los dos llegue a ocupar la presidencia municipal de Puebla. A priori
parecería que cualquiera que sea el resultado éste no beneficiará al gobernador
Rafael Moreno Valle. La causa: el triunfo de Enrique equivale a la derrota del
proyecto morenovallista. Y la victoria de Gali propiciaría un gobierno
municipal a contrapelo, presencia que por obvias razones se le achacaría al
mandatario. En esto va incluida la supuesta corrupción denunciada por Denise
Maerker, así como la parafernalia gubernamental que lo convirtió en un clon
político de Rafael Moreno Valle.
De
una u otra forma, creo, Puebla saldrá beneficiada. Después le digo por qué.
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@replicaalex