Por Alejandro C. Manjarrez
José Antonio Gali Fayad tiene la oportunidad
de convertirse en el mejor alcalde que haya tenido Puebla. Cuenta con cuatro
años y siete meses para lograr lo que ha sido el sueño de otros munícipes. Y
aún más: podría llegar a ocupar la gubernatura que hoy ejerce su amigo,
paradigma, padrino, impulsor, adepto y desde luego cómplice en los temas
político-administrativos. Vaya, hasta el PRI podría adoptarlo para que el poder
Ejecutivo regrese a su parcela de poder, siempre y cuando el pragmatismo le
gane al orgullo partidista.
Este es un llamémosle pronóstico basado en la
lógica. Pero para que tal vaticinio se haga realidad, resulta indispensable que
Tony borre algunos de los negativos que cual nubarrones flotan sobre su cabeza.
Los enlisto:
1.
El haber sido precandidato de Rafael Moreno Valle y además beneficiario del
apoyo previo que rompió con la tradición política y la ética pública. Recordemos
que se usaron recursos del gobierno del estado para promoverlo. Y cómo olvidar
que el propio gobernador posó junto a él ante las cámaras con el deliberado
propósito de trasmitirle parte de su carisma (eso dijeron los especialistas de
Rafa).
2.
La denuncia del PRI basada en un supuesto enriquecimiento inexplicable. Tendrá que hacer público el para él buen resultado de la misma cuando
la PGR concluya (si acaso no lo ha hecho) la investigación correspondiente.
Igual que lo hizo Enrique Agüera Ibáñez, su adversario en la pasada contienda
electoral y, al mismo tiempo, compañero de las sorpresas, sustos, corajes y
amarguras ocasionadas por el programa de televisión que conduce Denise Maerker.
3.
Su paso por el SAT. Es obvio que ahí se hizo
experto en el manejo de los ingresos y que conoció aquello que ensucia los
filtros del fisco. Esa es una experiencia que abona su posibilidad de salir
bien librado de la denuncia apuntada en el punto anterior. Pero también forma
un pequeño escollo: las actividades que su hijo menciona en el currículo
difundido por el gobierno morenovallista: “Ha sido consultor de temas fiscales
en la empresa Auditores y Asesores Fiscales del Sureste”.
4.
El tráfico de influencia que le endilgan sus críticos, varios de ellos de origen libanés. Los constructores, beneficiados o
no con la obra pública del gobierno contratada a través de la Secretaría de
Infraestructura, se quejan de la intermediación de sus familiares, amigos o,
como dicen los abogados, sacadores. Puede ser que estén confundidos por haber
sido víctimas de la inercia o herencia del marinismo, entonces representado por
Javier García Ramírez. Tal vez.
5.
El gobierno municipal al alimón. Lo que podría
ser una ventaja político-administrativa corre el riesgo de ser considerado como
una dependencia político-económica del titular del Poder Ejecutivo. Esto es,
que las obras del Ayuntamiento queden en manos de los constructores asignados
por el mandatario. Y por ende expuestas al escrutinio de la ASF cuya actividad
se ha centrado en auditar la asignación de los recursos federales para que los
gobiernos dejen de hacer negocios con el dinero del pueblo. Los PPS, por
ejemplo, que son hipotecas disfrazadas y, además, validadas por los diputados
de Moreno Valle, cuya función fue precisamente la de levanta dedos.
6.
Los infiltrados del gobernador. Debe ser muy
molesto gobernar espiado y bajo directrices políticas y financieras del, en su
caso, padrino que lo entronizó como presidente municipal. Ahí está Marcelo
García Almaguer, por mencionar al más obvio. Ello establece lo que hace tres
semanas escribí en este mismo espacio: que Tony podría ser la carta de Moreno
Valle para ocupar la mini gubernatura y así mantener vigente el proyecto 2018.
7.
El haber usado el crimen de Samuel Malpica Uribe para llevar agua a su
molino electoral. Recordemos que el ex rector fue
asesinado una semana antes de las elecciones y que, curiosamente, ello sirvió
para difundir la carta-denuncia de Samuel, escrito que el equipo que manejó la
propaganda de Tony había conocido dos días antes del asesinato, documento que
fue mediáticamente difundido para restar votos al candidato del PRI. (Debería
ser una de las líneas de investigación).
Si Tony se libra de estos nubarrones, podría
aspirar a ser parte de la otra lista, la de los políticos con futuro. Tiene con
qué. O como él lo dijo: diosito lo hizo guapo, simpático, suertudo, carismático
y millonario. Además no canta mal las rancheras en público… y al oído.
@replicaalex