Las
actitudes son más importantes que las aptitudes
Winston
Churchill
Por Alejandro C. Manjarrez
Le di muchas vueltas a la vida y obra de los últimos
gobernantes poblanos (siglos XX y XXI) y no encontré uno que merezca pasar
a la historia como el precursor del desarrollo social y político de la entidad.
No hubo (ni hay) genios a pesar de que algún mandatario haya estado a punto de
serlo sólo porque se acercó a lo que Aristóteles estableció como interrogante
en su Problema XXX; a saber:
“¿Por qué razón todos aquellos que han sido hombres
excepcionales, en lo que respecta a la filosofía, la ciencia del Estado, la
poesía o las artes, son manifiestamente melancólicos, algunos incluso hasta el
extremo de padecer males cuyo origen es la bilis negra…?” (El genio y la locura, Phillippe Brenot, Ed. SineQuaNon, 1998).
En mi búsqueda del político que por su integridad mereciera
destacarse como el paradigma que reclama la sociedad, tropecé con una constante:
la mentira recurrente basada en la propuesta de cada cual para dizque mejorar o
impulsar la democracia y la pluralidad. En ese mismo nivel de ofrecimiento que
raya en lo falso y demagogo, casi todos los mandatarios manejaron (y manejan)
el desarrollo social y el combate a la pobreza.
Al final de la pesquisa enunciada y la búsqueda en los
archivos públicos y fichas personales, concluí que tales conceptos, ideas o
pretextos “sólo sirven para proveer coartadas a los cínicos”, como lo dijo
Mario Vargas Llosa en su columna “Piedra de toque” refiriéndose a la moral
pública (yo les digo corruptos). Lo peor del caso es que varios de esos
personajes de la política resultaron émulos del Gonzalo N. Santos, el general
revolucionario que —lo cito entusiasmado por la eufonía de la frase— dio a su
concepto de moral la siguiente definición: “La moral es un árbol que da moras o
sirve para una chingada”. Créame el lector que abundaron las moras y que la
moral como conducta ha brillado por su ausencia. Me refiero a la moral pública,
obvio, la que tendrían que demostrar quienes fueron electos por el sufragio ciudadano,
actitud que debería ser el eje en en la vida pública de quienes han sido o
serán parte de los poderes de la República.
La
genética Morenovallista
Rafael, el actual gobernador de Puebla, ha dicho hasta el
hartazgo que su abuelo (el general y doctor) le dio muy buenos consejos
políticos. Puede que sea cierto si partimos de que el error produce experiencia
y que ésta lleva al político a realizar uno o varios actos de contrición
republicana. Como sabemos y está bien documentado, el general se equivocó y su
proceder gubernativo produjo los muertos que el Estado mexicano le cobró con la
purga, salida que convirtió en gobernador a Gonzalo Bautista O’Farril, quien
por cierto siguió por el mismo derrotero hasta que le ocurrió precisamente lo
mismo: Bautista tuvo que huir del palacio de Gobierno para que Guillermo
Morales Blumenkron ocupara el lugar*.
Supongo que Moreno Valle Rosas sólo recuerda lo bonito de la
vida del abuelo, tal y como se lo dijo en la radio a su amigo Joaquín López
Dóriga. Es obvio que rehuye la etapa trágica de aquel régimen. Ahora bien, si
se animara a afrontar la realidad política-familiar, me atrevo a decir que otra
sería su actitud para con los grupos sociales que protestan contra los intereses
del poder que, valiéndose de la manipulación de la ley, ha llegado a afectar
libertades y derechos constitucionales.
Pero como Rafael es inteligente, creo que ese tipo de fallas
le preocupan. Puede ser. Claro, esto siempre y cuando su estilo de vida no
encaje en la interrogante aristotélica que refiere Brenot en su libro El genio y la locura. Y, además, que
allá en el fondo de su conciencia esté atento y dispuesto a corregir el rumbo
para alejarse de la acertada definición de Vargas Llosa, palabras transcritas
líneas arriba.
En fin.
Para no fallar dándole conotaciones inexactas a lo que cae
en el ámbito de la represión o el mal gobierno, habría que tomar en cuenta el
dicho de los habitantes de Chalchihuapan, así como valorar las quejas de las autoridades
de San Miguel Canoa y ponderar las denuncias de la membresía de la 28 de
Octubre. También tendríamos que analizar el temeroso silencio de los militantes
de los partidos políticos apergollados con la soga gubernamental y justipreciar
las peticiones de los grupos que luchan para no haya presos políticos. Esto
aparte de escuchar los reclamos de los afectados por las expropiaciones fast track y profundizar en la
indignación de los defensores de tradiciones milenarias, como la cholulteca,
por ejemplo.
Es la voz del pueblo; la que vale.
@replicaalex
*El ex gobernador Melquiades Morales Flores fue diputado y
líder de la Legislatura que recibió la renuncia del general y doctor Rafael Moreno
Valle, dio posesión al médico Gonzalo Bautista (a quien también le aceptó su
reuncia) y le tomó la protesta de ley a Guillermo Morales Blumenkron. Asimismo,
es el político en activo cuya proyección se la debe al patriarca Moreno Valle, impulso
que evidencia las razones del compromiso generacional manifiesto tanto en su admiración
como en la complascencia y obsecuencia hacia el actual gobernador, nieto de su
hacedor, ni más ni menos.