Es peligroso
tener razón cuando
el gobierno
está equivocado.
Voltaire
Por Alejandro C. Manjarrez
Empezaba el gobierno
morenovallista cuando Marcelo García Almaguer dijo al que esto escribe, que
José Juan Espinosa Torres era un “guerrillero político”. En esos entonces Marcelo
funcionaba como si fuese el espejo de Casa Puebla: reflejaba con fidelidad de
luna francesa, el pensamiento y sentir del mandatario. Incluso, de motu proprio
o por órdenes de su paradigma, en varias ocasiones quiso poner a la prensa en
contra de José Juan.
A pesar de que marchó a
contrapelo en el andamiaje de la política estatal, Espinosa pudo llegar al
Congreso Local para desde su curul denunciar los actos del poder que, según él,
afectaban al pueblo. Se convirtió así en la piedra del zapato Prada del
mandatario estatal, circunstancia que indujo a otros de los “espejitos” de Casa
Puebla a intentar conquistarlo prodigándole desde sonrisas amables y seductoras,
hasta mensajes visuales, digamos que pizpiretos.
Pero José Juan —que por cierto había colaborado en la Secretaría de Finanzas y
Desarrollo Social cuando Rafael era el titular— no cayó en la trampa y se fue
por la libre.
Antes de cumplirse el
tercer año de la administración rafaeliana, Fernando Manzanilla Prieto (a la
sazón titular de la Secretaría General de Gobierno) declinó la postulación a la
candidatura al distrito que incluye el municipio de Cholula. Lo hizo porque
José Juan Espinosa, militante de otro partido, se había registrado con la
intención de obtener la presidencia municipal que finalmente ganó. Sabedor de
la popularidad de Espinosa, Fernando —que en aquellos días era el secretario
más influyente— prefirió buscar la diputación plurinominal, cargo que finalmente
obtuvo; empero, ante la actitud de Rafael decidió no ocuparlo a pesar de que con
ello beneficiaría a Eukid Castañón. Supongo que ya no aguantaba al cuñado que lo
miraba feo, igual como veía a José Juan. Y aunque justificó su decisión con el
argumento de que buscaba la felicidad, la verdad es que fue agobiado por los
arranques pantagruélicos del hermano de su esposa.
Por esos arrebatos cuyo
eco debe estar rebotando en los muros de Casa Puebla, mismos que Germán List
Arzubide hubiese convertido en anti poesía estridente, varios alcaldes (los
valientes) decidieron sacudirse el control político del mandatario. “No quiero
emular a Tony Gali —dijo alguno de ellos— en eso de doblar la cerviz y soportar
los regaños y las órdenes de quien se siente el dueño de Puebla y no se mide
cuando de ofender se trata. Nos ve como indios con taparrabos”. Uno de esos
rebeldes o, como lo catalogó Marcelo, “guerrillero político”, fue y es José
Juan Espinosa, precisamente.
¡Ay Cholula no te rajes!
Cuando entrevisté al
doctor Alfredo Toxqui Fernández de Lara, me dijo frases que lo mostraron
arrepentido por haber aceptado la invitación de Manuel Bartlett para que fuera
alcalde de Cholula. Rememoro:
He sido
dirigente político, senador de la República y gobernador de Puebla —dijo el
doctor— y nunca imaginé lo complicado que sería encabezar el ayuntamiento de mi
pueblo. Si tiene sus dificultades ser titular del poder Ejecutivo, son mayores las
que presenta el ayuntamiento.
Con su culto estilo y la
prudencia que le caracterizaba, Toxqui describió algunas de las absurdas peticiones
y de los airados reclamos de la gente que para hacerse escuchar atiborraba la
antesala. La forja política de don Alfredo fue la cholulteca, razón por la cual
sus paisanos lo respetaban y nunca dejaron de pedirle que resolviera lo que
parecía imposible. Por ejemplo: acabar con el control de los grupos entonces
manejados por los caciques de la región.
José Juan igual se templó
en la brega social de la única ciudad prehispánica viva y habitada con una
ventaja: observar el trabajo político de los buenos y los malos gobernantes. Por
su edad está en las antípodas del doctor y ex gobernador, sin embargo, desde el
punto de vista político ha logrado establecer una conveniente sinergia con los
ciudadanos de su municipio, intercambio que podría concretarse en la solidaridad
de los gobernados, sobre todo los inconformes con los dictados del gobernador
Rafael Moreno Valle o, para especificar, con las expropiaciones fast track, la privatización y
encarecimiento del agua potable, los recortes presupuestales, las obras anti
culturales, las acciones en contra de las tradiciones, el esquema de
verificación y lo que está por venir que, desde luego, no será cruento como lo
que hizo Hernán Cortés (el conquistador que por poco y acaba con la
espiritualidad cholulteca, nada más mató a cinco mil de sus sacerdotes), pero
eso sí, igual de vergonzoso.
La polarización
En su más reciente rueda
de prensa, el presidente municipal de Cholula abrió sus cartas para
mostrárselas a la sociedad. Denunció el acoso del gobernador, presión consistente
en enviarle auditorías y revisiones. Dijo que es vergonzante y poco democrático
que el gobierno del estado utilice todo su poder para presionar a un
ayuntamiento, en lugar de utilizarlo para servir a todos los poblanos. E hizo
un llamado a las fuerzas políticas de Puebla y del país para defender al estado
de derecho y a las instituciones. (Ver: https://youtu.be/aIuTA1tMEy4
)
Ahora me valgo de esos
antecedentes para concluir que la actitud de Moreno Valle ante distintas
denuncias en contra de su gobierno e incluso de él mismo, José Juan Espinosa podría
salir ganando si acaso la maquinaria morenovallista no lo aplasta. Antes del
final feliz o infeliz, veamos, algo de lo que podría ocurrir:
1- Se agudizarán las críticas contra Espinosa, ataques a cargo de los eficaces y eficientes amanuenses del mandatario.
2- Quizás decidan adoptarlo los grupos sociales que luchan contra los dictados del gobernador, los de Cholula y los de la entidad. José Juan parece ser la voz aliada que andaban buscando, misma que no podrá ser silenciada siempre y cuando el gobernante abandone el uso del poder tal y como lo definen las organizaciones sociales afectadas, las mismas que le endilgaron el epíteto de dictador.
3- La prensa nacional lo seguirá observando con la intención de replicar sus quejas y denuncias hasta encontrar otra causa que permita abundar en las críticas que han dañado la imagen pública de Rafael Moreno Valle.
1- Se agudizarán las críticas contra Espinosa, ataques a cargo de los eficaces y eficientes amanuenses del mandatario.
2- Quizás decidan adoptarlo los grupos sociales que luchan contra los dictados del gobernador, los de Cholula y los de la entidad. José Juan parece ser la voz aliada que andaban buscando, misma que no podrá ser silenciada siempre y cuando el gobernante abandone el uso del poder tal y como lo definen las organizaciones sociales afectadas, las mismas que le endilgaron el epíteto de dictador.
3- La prensa nacional lo seguirá observando con la intención de replicar sus quejas y denuncias hasta encontrar otra causa que permita abundar en las críticas que han dañado la imagen pública de Rafael Moreno Valle.
Mientras son peras o
manzanas y el futuro de José Juan Espinosa Torres se aclara, debo reconocer que éste
logró quitarse el sambenito de “guerrillero político” para enarbolar la bandera
política de la mayoría de los poblanos, circunstancia que lo ubica en el umbral
del espacio donde se encuentra la oportunidad que anhelan muchos de sus pares.
*Imagine a
Rafael como el campeón mundial de peso completo enfrentándose al campeón de
peso pluma de los guantes de oro del Barrio de Jesús, allá en Cholula. Si el
primero noquea al segundo el respetable lo abucheará por abusivo, mañoso y
cabrón. Pero si el segundo le alcanza a dar una cachetada, el pueblo lo
festejará y aplaudirá con entusiasmo solidario. De una u otra forma perdería
Rafael.
Qué
necesidad, diría Juan Gabriel.
@replicaalex