Recupero esta entrevista que retrata al que entonces era alcalde de Puebla, hoy diputado y mañana, quizá, candidato a gobernador
Por Alejandro C. Manjarrez
Enrique Doger Guerrero es un tipo lleno de
sorpresas. Y no precisamente las políticas donde ha provocado diversas
controversias.
En esta entrevista muestra otro rostro, el
humano, el que está obligado a ocultar para no hacerse vulnerable y por ende
víctima de los enemigos de todo aquel o aquello que los rebase, incluida la
inteligencia.
Imagínelo de niño comunicándose con su abuelo
paterno de origen libanés, un hombre mayor y enfermo, alto de ojos claros y con
una personalidad “muy fuerte”. Dice Doger que lo recuerda con cariño porque
entre los dos se logró una muy buena comunicación a pesar de que uno casi no
hablaba español y él no entendía el árabe. El día de mañana este recuerdo, que
para Enrique es muy un “grato”, podría formar parte de sus memorias usándolo
como una de las paradojas de su vida, ya que aquella facilidad para comunicarse
no funciona con los políticos cuyo estilo de plano no entiende o entiende a
medias. Vea usted el por qué de mi apreciación:
Dice Enrique que se ha enfrentado a la
política; que ha visto su cara amable y también su cara bastante desagradable;
que ha conocido la falsedad política en todas sus formas. “Hay mucha perversión
en esto”, sentencia. Y agrega que ha conocido a quien compite por ser el más
perverso pensando que así se es mejor político, actitud que no contribuye a
nada. “Hay mucho de destrucción en la política”, concluye.
La última frase produjo la pregunta obligada,
necesaria para tratar de establecer el motivo o la razón de semejante
sentimiento:
—¿Alguna vez te han amenazado?
—Si, directa e indirectamente...
—¿Cómo?
—Pues como todavía sigo activo eso mejor lo
dejaré para mis memorias, las escribiré...
Después de pensarlo dos segundos Doger se animó
a ampliar la última respuesta que, intuyo, será parte de ése su libro personal:
—Una de las primeras (amenazas) que recibí fue:
“Tú no eres político, no sabes los códigos”.
Justo en ese momento los claxonazos de los
automóviles ingresaron hasta el despacho del alcalde como si se tratara del
aviso de “arrancan” que se escucha en los hipódromos. Y Doger Guerrero
“arrancó” para ampliar su revelación:
—En efecto quizás no sepa los códigos, pero en
lo que sí creo es en principios y en ideas. Y si se tienen los principios y las
ideas ya vas avanzando. Pero hay quienes sin principios ni ideas quieren
defender un código que raya en lo mafioso.
Ahí quedó el mensaje “a quien corresponda”; el
saco para el que desee ponérselo. Cambié de rumbo la entrevista y le pregunté:
—¿El personaje que más admiras?
Su respuesta fue tan amplia que de manera
digamos que sucinta recorrió la historia universal, desde la Grecia antigua
hasta el Renacimiento citando varios de los nombres de filósofos (“sus ideas
siguen vigentes”, dijo). También se refirió a artistas como Miguel Ángel y
Leonardo Da Vinci; uno, acotó, además de genio fue obsesivo y perfeccionista, y
el otro polifacético. La cápsula histórico-cultural terminó cuando nos metimos
al tema de la política actual, que por cierto no tiene nada de histórica. Vea
usted lo que dijo:
—Entre los políticos poblanos con los que he
logrado convivir y aprender está Manuel Bartlett que, sin duda, es de los más
completos que hay: polémico, agudo, inteligente, culto, políglota. Alguien con
mucha sensibilidad es Melquíades Morales, un hombre sensible, sencillo, que
sigue activo en política y que ha dado mucho a los poblanos. Y de quienes ya
fallecieron y que tuve oportunidad de tratar, recuerdo a Alfredo Toxqui
Fernández de Lara, el político que logró conciliar en una época muy complicada
en Puebla.
La mención de los tres ex gobernadores cuya
edad sumaría poco más de doscientos años, obligó al entrevistador a preguntar
sobre la nueva generación, y no precisamente la política:
—¿A los jóvenes qué les dirías?
—La juventud es una parte de la vida
inolvidable porque es una etapa formativa; es una etapa en la cual uno despega
y se asoma al mundo de los adultos que uno rechaza cuando se es joven, pero que
inevitablemente va uno a llegar ahí. En la juventud está mucho de la
creatividad y de la fuerza que tiene la nación. Preocupa que no se involucren
en política, pero a veces es natural en los jóvenes. Ser joven es sinónimo de
ser rebelde. Quien no es rebelde no fue joven. O sea rebelarse contra el statu
quo, contra las cosas. En ocasiones se pelea uno hasta con los padres, pero de
adulto uno entiende las cosas, cómo es la vida real. Me preocupa (ya en mi
juventud empezaba a suceder pero no con la gravedad de ahora) el auge de las
drogas. Es un fenómeno grave de salud pública que afecta al tejido social.
Igual que el tabaquismo y el alcoholismo.
El panorama que expuso, negro por cierto si lo
vemos con los ojos del pragmatismo, se atemperó con el espíritu optimista de
quien parece empeñado en buscar el poder para, ha dicho, resolver los problemas
sociales:
—Pero también hay grandes oportunidades. México
tiene un gran número de jóvenes que seguramente van a transformar este país
porque les ha tocado vivir una época en la cual ya no hay bipolaridad, no hay
guerra fría...
El alcalde sintetizó lo que ocurre en el mundo
y comparó los hechos con lo que pasaba en sus años mozos. El auge de la
violencia en México fue la rúbrica al recorrido generacional:
—Es gravísimo lo que vemos. Antes se podía
caminar por la ciudad de México, algo que hoy implica un gran peligro, sobre
todo para los jóvenes... Es un fenómeno social que como autoridades debemos
atender, pero con el apoyo de toda la sociedad... Hay peligros para los jóvenes
de hoy pero también hay grandes oportunidades... Este es un país que encontrará
un mejor desarrollo gracias al empuje y la vitalidad de sus habitantes, en
especial sus jóvenes.
La referencia le recordó al escritor Bertrand
Russell, Nobel de Literatura en 1950, un viejo joven que a los 90 años participaba
en las protestas contra las armas nucleares. Lo leyó y al parecer quedó marcado
por sus opiniones y criterios.
—Russell decía que hay jóvenes viejos y viejos
jóvenes; es decir, jóvenes con mentalidad de viejo que son conservadores,
conformistas, que no hacen nada. Y viejos de espíritu joven que siguen
luchando. Y él era uno de ellos. Eso para mí –dijo Doger– es un modelo vivo de
lo que se puede hacer, de alguien muy respetado en su época y todavía
vigente...
La de Russell fue la época en que Doger usaba
el cabello largo y los pantalones acampanados, los días en que nuestro
entrevistado tocaba la batería, ritmo y gusto que tanto a él como a sus cuates
les hizo pensar en la posibilidad de formar un grupo musical. Pero aquel que
quiso ser músico y físico hoy es el alcalde de Puebla y de paso aspirante a la
gubernatura. De joven, dice, era afecto al entonces deporte de ligar a las
gringas que en los setenta venían a cursar los veranos “calientes” de la
Universidad de Las Américas. Y hoy en esta su época de madurez es probable que
muchas mujeres quieran ligárselo motivadas por el enervante y afrodisíaco
perfume del poder.
—Le tienes miedo al miedo, le pregunté:
—El miedo es una condición fisiológica, de
defensa. Son reacciones... automáticas. Y es también una característica del Ser
humano.
La respuesta fue tangencial pero lo ubicó en el
rango de cualquier mortal con una diferencia: no teme a la política e incluso
la ve con el estilo de los deportistas aventureros afectos a los deportes
extremos. Quizá por ello simpatiza con Felipe Calderón quien, asegura
convencido, está por buen camino para
afianzar a su gobierno dándole sobriedad a la presidencia de la República. “Lo
más grave en un hombre público, o una mujer que se dedica al servicio público
–sentenció–, es hacer gala de ignorancia”.
Después de escuchar lo que piensa de Calderón
se imponía preguntar:
—¿Si tuvieres oportunidad de hacerlo, qué le
aconsejarías a Mario Marín Torres?
Su respuesta fue más política que académica si
tomamos en cuenta los antecedentes que a uno y a otro los ubican en las
antípodas:
—Mario Marín –dijo– es un político con larga
experiencia, con una trayectoria muy bien definida en Puebla... y conoce
perfectamente el ámbito político. Yo creo que difícilmente alguien que recién
ingresó a la política partidista pudiera decirle algo parecido a un consejo.
No, no tendría consejo que darle porque es un hombre con experiencia, con una
carrera muy definida y que sin duda está, creo yo, tratando de hacer las cosas
lo mejor que puede en beneficio de Puebla.
—¿Cómo ve Enrique Doger a Enrique Doger?
—Uyy, soy el peor juez de mí mismo. La
subjetividad es algo que generalmente trato de hacer a un lado porque en los
juicios subjetivos casi siempre se cometen errores. Yo siempre dejo el juicio
sobre un servidor a los demás. Trato de ser sensible a la crítica, de escuchar
las opiniones. A veces es difícil, a veces incomoda, a veces hay críticas muy
duras, pero eso te va ayudando a conducirte porque en ocasiones uno ve el
bosque y no ve los árboles o a la inversa. Lo que puede decir Enrique Doger de
Enrique Doger es que es un hombre que ha sido afortunado por tener muchos
amigos... Además estoy muy satisfecho por los puestos que he desempeñado: fui
rector en la principal Universidad del sur del país, de la cual yo egresé, y
después la oportunidad de servir a mi ciudad. Imagínate qué orgullo: la ciudad
que eligieron mis abuelos paternos para vivir; la ciudad donde mis padres
crecieron, y la ciudad donde yo nací...
Recordó con cariño a sus padres; a su madre que
murió cuando apenas iniciaba su mandato de presidente municipal. El mencionarla
le indujo a hablar de la mujer, “sin duda es uno de los seres humanos más
maravillosos”, dijo:
—La mujer merece un mejor y mayor
reconocimiento... La mujer poblana en especial, es una persona muy
participativa que sabe de política y que decide elecciones. En otras palabras:
yo gané la elección de la presidencia municipal gracias en buena medida al
apoyo de las mujeres.. ”.
Para saberlo con sus propias palabras, había
que conocer lo que piensa sobre su deseo de suceder a Mario Marín.
—A la pregunta ¿si llegarás a ser gobernador
cuál sería tu primera acción?, respondió con risa nerviosa:
—Mira, ese es un tema muy delicado que genera
ámpula, preocupación e inquietud. Falta todavía poco menos de cuatro años para
tener nuevo gobernador. Es un largo camino. Yo seguramente seguiré en la
política y en su momento decidiré si participo o no. Por la circunstancias
políticas que se viven ahora no es conveniente ni deseable manifestar esa pretensión...
Antes de concluir la entrevista envió dos
mensajes, uno a quienes tratarán de sucederlo o que aspiran al gobierno, y el
otro con dedicatoria personal para quienes no resisten que los políticos
ejerzan su libertad de expresión:
A los primeros:
—A veces se privilegian las campañas de lodo, o
de ataque cuando lo deseable es ver la trayectoria, la capacidad de los
candidatos, qué cosas han hecho en su vida personal o profesional y sobre todo
qué proponen, cuál es su plan, cuál es su compromiso...
A los otros:
—Lo que yo veo es una sociedad cada vez más
participativa, más exigente. Nos exige a los políticos, a los funcionarios y a
los medios de comunicación. Antes era cállate. Vivíamos una práctica nefasta
como en la época, de sumisión, de los aztecas; yo soy el jefe y usted no diga
nada, ¡cállese! No... Yo creo que dentro de los cauces legales se puede
hablar... Y el día que los políticos sí le pongamos pasión, le pongamos emoción
y dejemos a un lado la víscera, seguramente muchas cosas caminarán. ¿Sabes que
he visto de lamentable? Que mucho de política se mueve con base en la víscera.
‘¡Ah, me cae mal, es mi enemigo!’. Y a combatirlo aunque te lleves en medio a
la ciudad, al estado.... Pero bueno, es intrínseco de la naturaleza humana..
Aunque no me lo crea, sonaron las campanas de
Catedral, y se escuchó el tañido lamentable de la María...
@replicaalex