Por Alejandro C. Manjarrez
Ya es diputado local. Se hizo poblano
por voluntad propia. Su carrera política no tiene mácula. Conoce los entresijos
del poder. Los miembros del gabinete lo respetan a pesar del celo profesional
que su imagen despierta. Es un tipo preparado y además confiable debido a su
discreción (no presume ni en defensa propia). Y por si fuera poco, gracias a su
prestigio familiar aderezado con las bondades del patrimonio personal, también
forma parte del jet set nacional.
Así, a golpe de tecla, le puedo decir
que Fernando Manzanilla Prieto tendría que ser el coordinador del trabajo
legislativo del Congreso local que inicia sus labores con la presentación del
tercer informe de gobierno de Rafael Moreno Valle. Pero como siempre hay un
pero que se interpone —en su caso varios— también debo de adelantarle que hasta
hoy su destino es incierto si nos basamos en las líneas ágata producto de las
filtraciones mañosas de ya sabe usted quien o, si acaso lo ignora, seguramente
lo adivinará porque nunca pasa desapercibida su egregia e impresionante figura
(el poder crea ídolos).
Esa potestad ya pensó en tres
escenarios, cuando menos. Uno el que formaría Jorge Fuad Aguilar Chedraui. El
otro estaría conformado con el liderazgo cameral de Patricia leal Islas. Ambos
diputados electos afines (mucho) al gobernador y desde luego dispuestos a
seguir sirviéndole con la lealtad, obsecuencia y obediencia que han demostrado
desde la época en que se integraron al proyecto morenovallista (gobierno de
Melquiades Morales Flores). Y el tercero lo encabeza Fernando, cabeza y líder
del equipo hasta que Rafa llegó al poder.
La desventaja de Manzanilla estriba en
su independencia de criterio, actitud que ha sabido combinar con su respeto a
la amistad y la asertividad que le permite conservarse digno; es decir, libre
para disentir y opinar sin temor a las respuestas estridentes. Es obvio que
esto último opera en su contra como un terrible obstáculo si, como se ha
filtrado, Moreno Valle decide repetirnos la dosis de tener bajo su cruceta a un
diputado coordinador tan dócil y subordinado como pudiera ser cualquiera de sus
empleados de confianza.
Antes de concluir le comento dos
anécdotas (de alguna forma hay que llamarlas) que cuando menos validan lo de asertividad
amistosa:
La
primera: hace un año le llegó al entonces
secretario general del gobierno la instrucción de medio violentar el
ordenamiento que establece que esa dependencia debe coordinar las labores del
informe de gobierno. “Será el Secretario de Finanzas el responsable”, le
dijeron. En ese momento Fernando agarró sus maletas y partió hacia África,
supongo que indignado, vacación que concluyó dos o tres días antes del día del
Informe. En el ínterin le requirieron varias veces, pero los leones y los
elefantes y las hienas y los tigres y el folclor africano no le permitieron
recibir ningún tipo de llamadas, incluidas las de su jefe.
La
segunda: cuando se hizo cargo de la
coordinación de campaña de Tony Gali Fayad, en las primeras de cambio tuvo un
choque existencial: los hijos del candidato (debería decir socios) lo rebasaron
y, supongo que molesto, Fernando agarró sus maletas y se fue a otra “vacación”.
Ocurrió el desbarajuste que produjo la exhibición mediática de la fortuna de
Gali. Y otra vez las llamadas de emergencia. Finalmente Fer, como le dicen, regresó
y el aeropuerto de Huejotzingo se llenó con el equipazo de Gali que acudió en
bola a manifestarle su alegría por el venturoso, reparador y oportuno retorno.
Estilo
de gurú
He leído los mensajes públicos de
Manzanilla tanto en Twiter como en Facebook y en su página web. Nos habla de
paz y de amor al prójimo y de la iluminación y la espiritualidad y la cultura,
así como algo de cienciología y mucho de la cordialidad fraterna o amistad
cuasi religiosa. Su estilo y buena fe lo equipara a cualquiera de los gurús que
usted conoce. Empero, esto no significa que cuando llegue al Congreso local lo
hará envuelto en una túnica blanquiazul y con la cabeza ocupada con la corona
de guirnaldas o el aura brillante. No. Sin duda adoptará su papel de legislador
y, de ser coordinador de sus compañeros, podría hasta recuperar el prestigio de
ese poder que hasta el último día de esta legislatura será uno de los brazos
ejecutores de las órdenes, caprichos y deseos del mandatario poblano.
Sería, supongo, un poder en ejercicio de
su soberanía y representatividad popular. Pero…
Después le comento.
@replicaalex