domingo, 12 de agosto de 2012

El ajedrez poblano


Por Alejandro C. Manjarrez
Cada seis años cambia de dueño el tablero del ajedrez político poblano. El amo es, obvio, el nuevo gobernador. Él dice qué piezas lo formarán y quiénes serán la reina, el rey, los alfiles, los caballos, las torres y los peones. Ninguna de las partes, por muy cercanas que sean, tiene autonomía. Todos saben que una mano les dará el ánima y que se moverán de acuerdo con el deseo del mandatario, que es el único que escoge el escaque correspondiente para quien haga las veces de caballo, reina, alfil, torre o peón.
Partamos, pues, de esta analogía para ubicar en el tablero político poblano a Fernando Manzanilla Prieto, Jorge Aguilar Chedraui, Antonio Gali Fayad, Amy Camacho, Eukid Castañón, Pablo Rodríguez Regordosa, Ángel Trauwitz, Patricia Leal Islas y Mario Riestra Piña, por sólo mencionar a los aspirantes más cercanos del gobernador Rafael Moreno Valle. Y observémoslos a partir de esta condición que es tan vieja como la leyenda del rey de Persia que autorizó, adaptó y adoptó el juego de marras (siglo XV).
La anécdota
Antes de ampliar mi comentario le platico la anécdota protagonizada entre Guillermo Jiménez Morales, entonces gobernador, y alguno de sus colaboradores, si mal no recuerdo Ramón López Rubí. Éste empezó a moverse solo con la intención de llegar al liderazgo de la CNOP o del comité municipal del PRI. El primer mandatario se enteró y le mandó llamar para aclararle quién era el dueño del tablero y cuáles sus piezas. Ramón tuvo que apechugar y esperar el llamado del Ejecutivo, voz que no llegó sino hasta el siguiente régimen.
Lo mejor está por venir
Si el lector ya observó a los funcionarios mencionados (a los que empezaron a moverse) tenga la seguridad de que recibieron la autorización de su jefe. Supongo que éste les dijo cómo hacerlo anticipándoles que la decisión, la suya, dependerá del posicionamiento de cada cual; es decir, de cómo les vaya en las encuestas. A partir de ello Moreno Valle decidirá quién debe ser el candidato a la presidencia municipal de la capital, cargo político ahora más interesante que nunca debido a que por esta ocasión durará cuatro años ocho meses (igual que los diputados), tiempo en el que habrá la elección del nuevo gobernador, el efímero.
Lo curioso del esquema está en que el arbitraje de la dirigencia estatal del PAN también forma parte del juego gubernamental, ya que la recuperación política del blanquiazul depende en gran medida de Moreno Valle, precisamente: si van solos se arriesgarían a perder la próxima elección. O si se fortalecen aliándose con los partidos Panal y Compromiso por Puebla. Depende si quieren o no enfrentar con éxito a los candidatos de un PRI cuya dirigencia ahora está más decidida que nunca a recuperar el control político de la entidad, sujetándose a lo que ordene el dueño del ajedrez, en este caso el presidencial, no así del que maneja su espanto, o sea el gobernador poblano.
Claro que el primer escenario (el de Moreno Valle) podría alterarse. Dependerá si los “malosos” de la película deciden sacudir el tablero morenovallista, o simplemente le avientan una o varias piedras a la reina, caballos, alfiles y torres. Uno de ellos: el ahora representante de las izquierdas, Manuel Bartlett Díaz (con voz, voto y difusión mediática en el Senado de la República). Otros: los panistas Ana Teresa Aranda (mujer agraviada y dispuesta al desquite), Humberto Aguilar Coronado (que en la próxima elección buscará su sobrevivencia política) y algunos más que están enojados por los controles que les ha impuesto el dueño del tablero político poblano.
Al escenario anterior habría que agregar al amigo-adversario de Moreno Valle y también de sus piezas mencionadas (Aguilar, Manzanilla, Eukid, Amy, Paty, Ángel, Mario y Pablo). Sí, a Enrique Doger Guerrero, en cuyo proyecto político figura el retorno a la presidencia municipal, siempre y cuando, que conste, cuente con el apoyo de los priistas de peso, piezas todas del Presidente de México.
Duda y posibilidad
¿Podrá Aguilar Chedraui convencer a los poblanos de que él curará todos sus males? ¿Manzanilla Prieto logrará jalar a su proyecto a tirios y troyanos, unos azules, otros tricolores y los demás amarillos o variopintos? ¿Amy y Paty se convencerán de que para ser políticas morenovallistas, deberán de prescindir de sus proyectos, criterio y libertad personales? ¿Pablo traicionará los principios del PAN? ¿Ángel se decidirá a dejarse manosear por los medios de comunicación? ¿Eukid abandonará la comodidad política que le da libertad de acción e importancia? ¿Riestra se la jugará a sabiendas del peligro de una derrota, que sería un hecho terrible para su carrera política?
Pronto conoceremos las respuestas a estas interrogantes. Y también si se mantiene firme el tablero del ajedrez morenovallista. Incluso podría, por qué no, prestárselo al nuevo Presidente de México.
Twitter: @replicaalex