martes, 4 de octubre de 2011

¿Aspirantes o lastres del PRI?

Por Alejandro C. Manjarrez
Dije en la columna anterior: La mayoría de los aspirantes del PRI a puestos de elección popular, no representan lo que la sociedad espera y merece. Son polvo de aquellos lodos, hechura de los viejos moldes, producto de matrices cuya herrumbre los ha marcado, creo que para siempre. Costumbres en las cuales se nota el mismo discurso cuya construcción contiene el fárrago de antaño.
También escribí que había excepciones que confirmaban la regla, y de alguna manera me comprometí a buscarlas.
Lo hice y créame el lector que no fue muy difícil encontrarlos porque ahí han estado a la vista desde hace seis años, una por su perfil profesional y de género, y los otros por diversas circunstancias ajenas a la marca, el lodo, la matriz o el molde. Empiezo por el más visible:
Enrique Doger Guerrero, hoy diputado local, llegó a la política partidista gracias a que le echó el ojo Melquiades Morales Flores. Siendo gobernador, Melquiades decidió invitarlo para que fuera candidato pensando, quizá, en que su partido necesitaba sangre nueva y con una carga académica que compensara el bajo perfil profesional de los militantes producto de la cultura del esfuerzo. Finalmente lo convenció y Doger aceptó ser priista y candidato a la presidencia municipal, a pesar de la oposición de Mario Marín Torres, a la sazón candidato a gobernador. Imagino que inspirado por Marín, Morales Flores se dijo para sus adentros, para su íntima intimidad, como él lo define: “Me ganaste la postulación a la gubernatura y por ello te dejo un alcalde incómodo para tus pretensiones de poder”.
Y vaya que Enrique resultó incómodo, además de rejego, auténtico, contrastante y respondón, actitudes que le ganaron las simpatías y confianza de los anti marinistas. Se convirtió así en el único militante que le picó la cresta al entonces gobernador cuya soberbia le indujo a menospreciar a la prensa y a las mujeres (ojo Rafa). En el primer caso hubo excepciones, pero respecto a las féminas la misoginia marcó a la tristemente célebre burbuja.
¡Aja!, protestará algún lector pensando en Blanca Alcalá Ruiz. Por si acaso lo caviló me adelanto y respondo: a ella le permitieron ser candidata porque los marinistas estaban seguros de que se perdería la presidencia municipal de la capital, razón por la cual Javier López Zavala declinó el honor de serlo. Pero Blanca les dio la sorpresa y obtuvo un triunfo inobjetable. De ahí que por recomendación, motu proprio, desquite o necesidad, vaya usted a saber, la primera presidenta de Puebla haya decidido mantenerse a prudente distancia del mandatario quien, por cierto, procuró hacerle la vida pesada.
Como observador de su entorno, Alberto Jiménez Merino entendió el juego político y concluyó que debería buscar la diputación como si ésta fuese el temazcal que purifica. Su entonces jefe estuvo de acuerdo y le aceptó que dejara la Secretaría de Desarrollo Rural. Al fin producto del sincretismo y de la religiosidad mixteca y del pragmatismo racial, digamos que filosófico, Alberto se cortó el cordón umbilical que lo había mantenido amarrado al priismo marinista para sin esa cábala poder engarzarse con los grupos nacionales cuya intención es emancipar al campesino. Al mismo tiempo hizo la roncha y llevó al escenario nacional las propuestas de desarrollo y equidad que estaban dispersas o habían quedado empolvadas en los laberintos de la burocracia gubernamental.
Estos tres personajes, dos en la fórmula y otro en la senaduría de partido, podrían ser las cartas del CEN del PRI que por preocupación generacional y estrategia política busca postular candidatos que por no estar desprestigiados ayuden y lleven votos a la causa de Enrique Peña Nieto.
Ni hablar que hay otros priistas que podrían cumplir con la segunda condición, o sea la de “llenar las urnas”. Su problema está en que son considerados parte de la “genética” marinista, precisamente. Y ahora voy al punto:
López Zavala es hijo político del ex gobernador conocido como “El Precioso”, calidad certificada, comprobada y evidenciada. Partiendo de esta figura “familiar”, Alejandro Armenta sería “nieto” de Marín dado que su “padre político” es Zavala. ¿Está mal que ambos aspiren a ser senadores?, preguntará el lector quisquilloso. No, para nada –respondo– a pesar de que los dos perdieron la pasada elección. Supongo que nadie les niega que uno y otro tengan un plus. Esto porque conocen muy bien la red electoral priista, misma que consideran su patrimonio político. Pero tampoco puede soslayarse que hay negativos que les restan puntos a su legítima aspiración; por ejemplo: la posibilidad de que vulneren la imagen de Peña Nieto si la oposición llegara a arremeter contra Mario Marín y sus “candidatos”.
Claro que faltan aspirantes, sobre todo mujeres. Los mencionaré en su momento, cuando al PRI poblano se le quite lo descolorido y empiece a dar color. Uno de ellos, el que todos los partidos quieren conquistar, es Enrique Agüera Ibáñez quien, dicen sus porristas, es harina de otro costal...

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domingo, 2 de octubre de 2011

Los ratones del PRI

Por Alejandro C. Manjarrez
Después de ocho décadas el PRI no se ha podido liberar de las viejas costumbres. La común: su mansedumbre hacia el poder. Otra igual de lamentable: el amiguismo como método para la carrera política-partidista. Una más, que no es la menos peor: la impunidad vinculante. Y la ominosa por todo lo que representa: la atracción que ejercen los remolinos y las corrientes agitadas por ambiciones personales de militantes que heredaron los vicios y las costumbres que aplastan el ideario político priista, talante opuesto a la mística ideológica que, por ser la esencia de su praxis, ha propiciado el ascenso del PAN.
A todo ello agregue lo que podríamos llamar la gran paradoja; es decir, la contradicción que lo convirtió en un partido de avanzada al impulsar y legislar el cambio de leyes que crearon las diputaciones plurinominales para dar voz y voto a las expresiones entonces minoritarias. El PRI se tardó en seguir la línea de Plutarco Elías Calles, su fundador, quien medio siglo antes de ese gran paso había definido la estrategia con las siguientes palabras que por espacio edito: mientras que en las curules de las cámaras no estén representadas todas las corrientes políticas, la democracia en México no se habrá consolidado.
Y se medio consolidó debido, precisamente, al cambio de, valga la expresión, las reglas del juego político. Lo curioso o también paradójico es que hoy haya en el país, gobernadores del PAN y del PRD que antes de serlo fueron priistas. Igual que en el Congreso de la Unión donde cobran diputados y senadores con ese sello de ex. Son circunstancias que certifican lo que apunto en las primeras líneas de esta entrega.
Como el vicio burocrático, la componenda y la disciplina caciquil siguen vigentes, la oferta actual del PRI contraviene la lógica de los tiempos. Esto porque la mayoría de sus aspirantes a puestos de elección popular, no representan lo que la sociedad espera y merece. Son polvo de aquellos lodos, hechura de los viejos moldes, producto de matrices cuya herrumbre los ha marcado, creo que para siempre. Costumbres en las cuales se nota el mismo discurso cuya construcción contiene el fárrago de antaño.
¿Excepciones? ¡Claro que las hay! Y además, que conste, confirman la regla. Pero todavía no viene al caso mencionarlas.
Lo que sí debe decirse es que fueron moldeadas por gobernadores que, tal vez, entendieron la urgencia de crear opciones sociales, inspiración que los indujo a captar ciudadanos capaces y preparados que pudieran cumplir con las exigencias de los electores tradicionalmente menospreciados.
Puebla es sin duda el digamos que crisol donde se han manifestado esos vicios, abundantes por cierto, y también los pocos aciertos. Manuel Bartlett Díaz fue el “brujo” cuyo cucharón preparó el caldo democrático que entonces benefició a Melquiades Morales Flores. Éste trató de conservar el efecto de la pócima barletiana, y pugnó por formar una nueva generación de políticos, los mismos que enfrentaron a Mario Marín, quien como todos saben desoyó y contravino las lecciones de sus antecesores y maestros para, en algunos casos, domesticar a los políticos que tenían madera obligándolos a inclinar su cerviz.
Contra la lógica de la próxima sucesión, el PRI poblano la tiene difícil porque no cuenta con militantes que ofrezcan al pueblo la certidumbre que obliga el voto por el cambio político. A ello hay que agregar que Rafael Moreno Valle Rosas, el gobernante actual conoce los intríngulis y, obvio, que se valdrá de esas buenas y malas experiencias para garantizarse un trayecto político sin sobresaltos. Por si fuera poco lo apuntado, habrá que aumentar la mansedumbre hacia el poder político que, por ser tradición o usanza, ha prevalecido no obstante la oportunidad que representa un gobierno diferente y antagónico a los principios ideológicos del PRI.
¿Qué hará el PRI ante el gobierno “aliancista” que tiene la sartén por el mango?
Nada memorable si no se quita la brida que le impuso la heterodoxia o malos manejos del dinero público que hizo vulnerables a varios de sus militantes, los mismos que contra toda lógica figuran como las cartas fuertes para recuperar el poder político que representa la mayoría legislativa en el Congreso de la Unión. Todo apunta a que ocurrirá lo que nos cuenta la fábula: hay señales en los montes cuyas trepidaciones anuncian su gran parto. Y que de estas montañas surgirán, literal, los ratones que serán candidatos.

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viernes, 30 de septiembre de 2011

Los hoyos de Trauwitz

Por Alejandro C. Manjarrez
Pronto veremos el resultado de la gira comercial, industrial y turística realizada por el gobernador a la tierra de Alexander von Humboldt. Quizá corresponda al titular de la Secretaría de Turismo, el licenciado Ángel Francisco Javier Trauwitz Echeguren, dar las buenas nuevas.
Mientras eso ocurre déjeme imaginar lo qué pudo haber dicho nuestro ínclito secretario.
Como estaba en Alemania tuvo que hablar de Humboldt, precisamente. Ponderar su paso por Puebla a donde llegó acompañado de su compañero y socio Amado Bonpland. Jugar con esa efeméride para destacar su impresión sobre los palacios que el científico encontró en la Angelópolis, los mismos que cautivaron a Poinsett, el primer espía gringo que vino a México con la misión de comprobar si era cierto lo escrito por Humboldt. Bueno, y como no queriendo la cosa, soltar la anécdota aquella que relaciona a la Güera Rodríguez con el barón, aventurilla que puso celoso a Bonpland.
Otro hecho que por romántico pudo haber comentado con la simpatía que le caracteriza, fue el milagro del Señor de las Maravillas. Así como Humboldt cayó en las redes del amor prohibido para Bonpland, hubo una dama que se enamoró de cierto operario en alguno de los talleres de la época. Cuando la entusiasmada mujer le llevaba dos tortas de tamal se encontró a su marido quien, por cierto, ya se las olía: “¡Qué llevas en esa canasta, mujer pérfida!”, le reclamó a sabiendas de que era un tentempié para el amor furtivo de la dama. Ésta, asustada y temerosa, se acordó del Señor de las Maravillas e ipso facto le pidió su ayuda y perdón por los pecados de la carne: sin siquiera pensarlo respondió al celoso consorte: “Llevo flores para el Señor de las Maravillas”. Obvio, don cornudo no le creyó y enardecido jaló con fuerza el paño que cubría la canasta. Y nada que se encuentra con una sorpresa tanto para él como para su cónyuge: un hermoso ramillete de flores amarillas. Desde entonces, reza la leyenda, este santo, el de las Maravillas, es visitado por muchas mujeres arrepentidas de su infidelidad.
Imagino, pues, a don Francisco Javier buscando la mirada de complacencia de su jefe, el gobernador, para, una vez captado el gesto de su venia, seguir amenizando aquellos breves encuentros con los duros y fríos teutones, devoradores de carne de cerdo y salchichas con chucrut. Y así, entre cena y comida, presumir que Puebla fue famosa por sus criaderos de puercos, cochinos, cerdos y marranos, sinónimos que Luis Cabrera usó en algún debate legislativo.
Pero volvamos a las historias de amor:
Intuyo que Ángel Francisco también habló de Gutierre de Cetina, el poeta español que en Puebla dejó su corazón y su vida. Tal vez hasta describió cómo en alguna de las calles de la ciudad capital, donde en la actualidad sólo truenan los chicharrones del poder Ejecutivo, Gutierre enfrentó a un sicario de charrasca enviado por el esposo de Leonor de Osma, la musa a la que el poeta dedicó uno de sus madrigales: “Ojos claros, serenos/ si de un dulce mirar sois alabados/ ¿Por qué si me miráis, miráis airados?…” Triste, culta, sentimental, cruel y sangrienta historia.
Otro de los anales igual dignos de contarse a los alemanes, quienes contra la costumbre de tratar con gobernantes producto de la cultura del esfuerzo del tercer mundo, ahora lo hicieron con un mandatario primermundista, es sin duda la del fantasma de Roberto Trauwitz, tío del súper secretario y heredero universal de las Bodegas del Molino:
Cuentan que uno de los trabajadores de aquel restaurante se topó con el alma en pena de don Roberto Trauwitz. Cuando el operario quiso perforar la pared del hotel a medio construir donde se colgaría un cuadro, un señor trajeado y de lentes lo paró en seco: ‘¡Alto, ahí no puede usted clavar nada!’, le espetó molesto y desapareció. Llegó el contratista y al ver que sus instrucciones se las habían pasado por el arco del triunfo, reclamó encabronado: ‘¡Qué pasó maestro, porque no está colgado el cuadro!’ El trabajador se justificó diciendo que un señor de traje y con lentes le había ordenado no tocar esa pared. Se armó la bronca y tuvo que intervenir el gerente de las Bodegas del Molino. Al ser informado de la descripción del misterioso hombre, el sorprendido gerente llevó al trabajador a la capilla donde se encuentra un altar con la foto de don Roberto. El albañil palideció y casi desmaya. ‘Es él –dijo con voz entre cortada– Él fue el que me dijo que no tocara la pared’”.
Si el buen Ángel hubiese podido concluir la reunión principal con su propia historia, seguramente le habría adicionado el chisme que envuelve la vida misteriosa de don Roberto quien, convertido en fantasma, deambula por el viejo casco, dicen que enojado porque su sobrino ha llenado de hoyos el inmueble donde, según éste, quedó enterrado el tesoro del tío.
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martes, 27 de septiembre de 2011

Políticos mutantes

Por Alejandro C. Manjarrez
Buen intento el de Rafael Moreno Valle para traer a Puebla otra inversión más de los alemanes. El problema, como lo dijo el presidente del Consejo de Organismos Empresariales (COE), Luis Gerardo Inman Peraldi, es que no existen parques industriales para satisfacer las necesidades de empresas como la Audi. Y lo peor: los espacios disponibles por la infraestructura que les rodea, son tierras de alta productividad agrícola que, además de ayudar a resolver el problema alimentario, permiten o contribuyen a la regeneración del medio ambiente. Cambiar esa vocación, digamos que natural, es atentar contra la salud y vida de las generaciones por venir, inclusive.
¿Cómo convencer al gobernante y a su séquito de porristas para que se privilegie a la naturaleza en vez de causar daños al ecosistema? ¿Qué podría sensibilizar a Moreno Valle, por ahora un mandatario que mira el problema ecologista con los ojos de la conveniencia política? ¿Acaso habrá que recomendarle que lea los criterios que vertió Verónica Mastretta antes de obtener el cargo público que hoy ostenta? (seguro le daría risa) ¿Sugerirle que pida la asistencia profesional de Al Gore, el contaminador arrepentido?
La verdad es difícil que Rafa pueda escuchar el grito silencioso de los poblanos preocupados por el futuro de sus hijos. Y más aún si las opiniones de algunos sectores sociales no coinciden con el proyecto de gobierno diseñado, creo, a partir de grandes obras civiles con resonancia nacional e internacional, en las cuales los impactos ecológicos son temas secundarios. Bueno hay un par de excepciones: el río Atoyac y el lago de Valsequillo, dos de los retos más difíciles de concretar debido a su alto costo y al tiempo que se requiere, mismo que rebasa con mucho los seis años de su mandato, periodo que, por desventura para él, podría alterarse con la presencia de un presidente ajeno a los intereses de la llamémosle cultura del morenovallismo.
Comparto con usted, amable lector, una conversación entre el que esto escribe y el entonces aspirante a gobernador Mariano Piña Olaya, en apariencia paradigma de Rafael Moreno Valle Rosas.
–¿Qué  dice  la prensa?– me preguntó durante el breve viaje de un elevador.
–La noticia de hoy es el problema ecológico –respondí para dar pie al comentario que quería hacerle.
–¡Esas son pendejadas! Tus colegas no tienen de qué escribir –dijo enfático dándome la oportunidad de hablar del tema que había preparado a sabiendas de que sería gobernador.
–No creas Mariano –dije–. Es un asunto relevante. Por ejemplo: en Huejotzingo se construyó un parque industrial sacrificando las tierras agrícolamente más productivas de Puebla. Y además se hizo el aeropuerto...
–A ver a ver –me interrumpió–. ¿Tú crees que las tierras agrícolas resolverán el problema de la mano de obra o de las fuentes de empleo que se requieren? –preguntó para en seguida disparar–: una hectárea sembrada de maíz o de frutales puede dar de comer a cinco personas, cuando mucho, mientras que esa misma superficie destinada a una industria produce empleos para cien personas. Multiplícalo por cinco y habrá quinientas personas que coman y vivan decorosamente…
Como consideré que no iba a cambiar esa dura y en apariencia imbatible opinión, preferí callar lo que pudo haber sido la respuesta que provocaría una discusión bizantina. Me di cuenta que Piña pensaba igual que varios que fueron gobernadores, entre ellos el que entubó el río de san Francisco; el que se hizo tonto para que las industrias descargaran sus contaminantes al río Atoyac; el que permitió la tala de árboles del pulmón citadino porque negoció con los fraccionadores voraces; los que engañaron a los ejidatarios para quitarles sus tierras y vendérselas a la Volkswagen (uno de ellos permitió que asesinaran a dos campesinos); el que adicionó a la capital varios municipios convirtiéndolos en juntas auxiliares subordinadas a Puebla; el que concesionó obras y edificios propiedad del estado a empresas que le ayudarían a cubrir sus trapacerías o a promocionar su imagen; el que vendió cientos de las hectáreas expropiadas para hacer millonarios a sus socios. En fin…
Ahora sólo nos queda esperar que el entusiasmo industrial no motive a Rafael a ser como alguno de sus antecesores. Y además que no se le ocurra disponer de los cientos de hectáreas que hoy son el único bosque que tiene Puebla, el mismo donde se asentará la famosa academia de policía para, como lo dije ayer, violentar el decreto que el 8 de abril de 1994 emitió Manuel Bartlett, disposición que establece cuáles son las áreas protegidas y de preservación ecológica.
Concluyo y comparto con usted la siguiente profecía india para llamar su atención y con la idea de evitar que los políticos poblanos concluyan su vida pública en calidad de mutantes:
Sólo después de que el último árbol sea cortado/ Sólo después de que el último río sea envenenado/ Sólo después de que el último pez sea apresado/ Sólo entonces sabrás que el dinero no se puede comer.
Twitter: @replicaalex

lunes, 26 de septiembre de 2011

¿Ecolocos en Puebla?

Por Alejandro C. Manjarrez
Cuando conocí al capitán Carlos Camacho yo era entonces un mozalbete entusiasmado con la fauna selvática en cautiverio. Acompañé al mayor Arturo de la Rosa, hermano de mi madre, a presenciar el trabajo que Camacho realizaba con el sueño de crear uno de los zoológicos más importantes de México. El lago de Valsequillo daba a Africam el toque mágico y al paisaje un marco lacustre con diversas tonalidades.
Han pasado poco más de cuatro décadas y hoy el lago es la gran cloaca de Puebla, mientras que Africam representa el gran esfuerzo generacional cuya sobrevivencia se debe, en parte, al interés de los gobiernos estatales entusiasmados con la idea original del capitán Camacho. La contaminación acabó con los deportes acuáticos que ahí se practicaban, y expulsó a los poblanos que invirtieron en las elegantes mansiones reflejadas en las aguas de la presa, y afectó la salud de las familias originarias del lugar, especialmente los niños.
Poco después, durante el mandato de Guillermo Jiménez Morales, Klaus Feldman Petersen, propietario de Flor del Bosque, se puso de acuerdo con el gobierno para que éste aceptara en donación y convirtiera en reserva territorial alrededor de 600 hectáreas, en su mayoría cubiertas de encinos: era eso o ceder a las presiones comerciales de inversionistas inmobiliarios que decían tener derecho por haber comprado parte del predio. Después se convirtió en reserva territorial creada precisamente para evitar que el crecimiento urbano engullera al bosque. Con ello propiciarían la conservación y desarrollo de las especies endémicas, entre ellas pájaros, liebres, conejos y otros ejemplares de la fauna que se le escapó a cazadores y fraccionadores voraces. El nombre original, según el Periódico Oficial del 24 de diciembre de 1985, es Parque Ecológico Recreativo Lázaro Cárdenas. Posteriormente, el 8 de abril de 1994, Manuel Bartlett emitió un decreto donde ese bosque se convierte en área protegida y de preservación ecológica.
Viene a cuento esta apretada síntesis para protestar porque parte de esa reserva (22 hectáreas) se destinó a la Academia de Policía que desde luego no va a sembrar arbolitos ni a cuidar la fauna del bosque y menos aún a usar armas con silenciadores para sus prácticas de ataque y defensa.
Y aquí regreso a la familia Camacho, en especial a Amy, ahora titular de la Secretaría de Sustentabilidad Ambiental y Desarrollo Territorial (SSAOT).
Es obvio que, si acaso le cayó el veinte, la secretaria Camacho tuvo que apechugar la decisión del mandatario entusiasmado con la idea de la Academia de marras, e incluso quedarse calladita para no alterar a su jefe. Lo mismo pudo haberle ocurrido a Gerardo Tapia Hervert, coordinador de Recursos Naturales de la SSAOT y, curiosamente, ex director del Zoológico de Chapultepec en el Gobierno del Distrito Federal encabezado por Marcelo Ebrard. Ambos guardaron silencio, quizás contra su voluntad ecologista. Se quedaron sin objetar no obstante que, entre otros daños, las aves de ese bosque verán interrumpido o afectado su proceso de apareamiento porque el ruido de las balas afectará sus trinos acortándolos o modificándolos. Dicen los especialistas que si esto sucede, la hembra ya no va a entender los cantos del macho y se abstendrá de copular. Algo parecido ocurrirá con el resto de las especies endémicas.
Si le dio risa no se preocupe ni se sienta apenado: cuando se entere el gobernador de lo aquí escrito, también se soltará la estruendosa carcajada antes de lanzar al aire un explosivo “¡no mamen!”. Es digamos que la actitud de los hombres del poder preocupados por el desarrollo industrial y, por ende, medio ausentes u omisos de la realidad ecológica que azota al mundo, y en especial a estados como Puebla, donde la basura es un buen negocio, tan bueno como la venta o usufructo de los bienes inmuebles. De esto último, que por cierto le quita el sueño a Amy, podrá asesorarla José Antonio Gali, en una época concesionario de la recolección de basura en la zona urbana de la ciudad de Puebla, años en los que el hoy flamante secretario de Infraestructura (antes Desarrollo Urbano) fue declarado “enemigo público número uno” del vecino Tlaxcala, cuando su empresa tiraba la basura en La Resurrección, tierras enclavadas en esa entidad.
En fin, los funcionarios mencionados tienen en sus manos el futuro del medio ambiente poblano. Uno, el Gobernador, obligado por lo insoslayable que él mismo respira y comparte: la contaminación. Otro, la Secretaria, cuya herencia familiar y experiencia personal la inducen a tomar decisiones importantes, como el resolver la problemática de la gran cloaca que a ella y a su negocio afectan, además de conservar y evitar que se perturbe a las especies endémicas. El tercero, coordinador de Recursos Naturales, especialista en apareamiento de gorilas, como celoso e intransigente guardián de la conservación de la fauna –que no del zoológico poblano–, incluidas las tepocatas, cascabeles, tarántulas y alacranes que pululan en Flor del Bosque. Y Gali, como el ave de Díaz Mirón, en este caso la que cruzó por los montones de basura y que hoy camina orondo en los escenarios del límpido poder.
Si hay alguna duda al respecto, recomiendo a quien la tenga que pregunte a Verónica Mastretta, destacada ecologista poblana. O a Manuel Bartlett, el ex gobernador que emitió el último decreto sobre las reservas ecológicas.
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domingo, 25 de septiembre de 2011

La prensa, ¿enemiga del poder?





Por Alejandro C. Manjarrez
Antes de escribir lo que enseguida leerá, declaro bajo protesta de decir la verdad, que analicé y le di veinte o más vueltas al tema de la relación prensa-gobierno. También que dispersé vista y mente hacia otras entidades y épocas recientes partiendo del concepto o idea que le escuché a uno de los colaboradores del mandatario en turno: “Si pudimos ganar la gubernatura con la prensa en contra, podremos gobernar sin tomar en cuenta a la prensa”.
Esta frase que es tan real como la existencia de Rafael Moreno Valle, muestra las razones del gobierno para, además de prescindir de los medios de comunicación, escritos o digitales, encararlos, desprestigiarlos, minimizarlos y buscar la forma de aplastarlos. Es lo que se percibe de las acciones puestas en práctica para corregir la plana a los periodistas, mismas que se basan en la restricción de publicidad y en algo que podríamos denominar método epistolar que parte de la siguiente premisa: “tú me criticas y yo te respondo lanzándote una o varias cartas aclaratorias”.
En esos “viajes” por la historia reciente o intemporal, destinados a encontrar algún parangón con lo que ocurre en Puebla, me saltó a la vista lo que parece ser la estrategia local, misma que a lo peor está inspirada en la herencia de Goebbels. Lo digo porque hay muchas pistas que confirman que por ahí hubo un “genio” que fusiló y plagió la táctica al comunicador de Hitler, para después hacerla suya maquillándola, actualizándola y modernizándola y así, como si fuese una sesuda técnica elaborada ex profeso por profesionales en la materia, vendérsela al gobierno morenovallista.
En mi columna anterior dije que el plan de comunicación implementado por el gobierno se basa en simplificar, contagiar, trasponer, exagerar, desfigurar, vulgarizar, orquestar o silenciar la información. Igual como lo hizo Joseph de acuerdo con los principios que están disponibles en la carretera de la información. Helos aquí:
Simplificación y del enemigo único: adoptar una única idea, un único símbolo; individualizar al beligerante en un único enemigo.
Método de contagio: reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los antagonistas han de constituirse en suma individualizada.
Transposición: cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. "Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.”
Exageración y desfiguración: convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
Vulgarización: toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar. (De ahí el uso y abuso de la televisión).
Orquestación: la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente; presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas.
Renovación: hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del contrario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
Verosimilitud: construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
Silenciación: callar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen o dan la razón al antípoda, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines. (En Puebla ya sabemos cuáles son).
Transfusión: Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
Unanimidad: llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo" creando una falsa impresión de unanimidad.
Esta es, desde luego, una percepción sustentada en la controvertida relación prensa-gobierno. Si estoy equivocado agradeceré una carta aclaratoria que, con detalle, explique a nuestros lectores y a todos los comunicadores poblanos, cuál es la política de comunicación del gobierno del estado de Puebla para, de una vez por todas, establecer cómo considera el poder Ejecutivo estatal a los periodistas: si nos ve como informadores, rivales, enemigos, adversarios, discrepantes o ¡terroristas! Y también que explique lo del presupuesto asignado a la imagen del Gobernador: cuánto y cómo se ha gastado en este ejercicio, y cuánto más se “invertirá”. Digo…
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martes, 20 de septiembre de 2011

¿Quién engaña al gobernador?

Por Alejandro C. Manjarrez
Por lo ocurrido en la relación prensa-gobernador, supongo que Rafael Moreno Valle Rosas está siendo engañado por algún “genio” goebbeliano. Esto porque sólo le dicen aquello que lo pone contento y, cuando se sale de control la información periodística, modifican las verdades dándoles el rango de la mentira… Hay que construir al jefe el mundo feliz que noveló Aldus Huxley, donde la pobreza no existe como tampoco existe el arte, la ciencia, la literatura, la religión, la filosofía y, por ende, libertades como la de expresión.
Sin embargo, para desventura de esos panegiristas o aduladores que son capaces de convertir las flatulencias del mandatario en una descarga de perfumes exóticos, el periodismo se ha alejado de las presiones del poder que, entre otras cosas calamitosas, dio fuerza a la frase que ha puesto en evidencia a los políticos y gobernantes megalómanos: si no estás conmigo estás contra mí.
Goebbels dijo que una mentira repetida mil veces se convertía en verdad. Y a esta lección agregó su proyecto de imagen hitleriana, estrategia basada en simplificar, contagiar, trasponer, exagerar, desfigurar, vulgarizar, orquestar o silenciar la información. Lo curioso es que el esquema ha sido copiado y adaptado por “especialistas” que, como los caballos, se ponen anteojeras para no distraerse con lo que ocurre en su entorno.
Viene a cuento la reflexión por los dos párrafos que contiene la segunda carta enviada al que esto escribe, por el vocero oficial Sergio Ramírez Robles, quien una vez más tacha de falsos los rumores poblanos recurriendo a una afirmación categórica de autoridad, sin valorar lo que sobre el tema se ha publicado. He aquí sus dos párrafos:
“1. No por repetir mentiras una y otra vez (aunque se disfracen de verdades), se convierten en verdad.
“2. Existen canales de comunicación formal con todos los grupos poblanos: Empresariales, culturales, intelectuales, gremiales, organizaciones no gubernamentales, y muchas más del resto de la sociedad. Con todos esos grupos mantenemos continuo diálogo y ninguno de ellos ha hecho comentarios relacionado con “rumores” o información como la que usted cita”.
¿Qué responder a este medio centenar de palabras?
Decidí que había que recordar al comunicador oficial que el periodismo se sustenta en fuentes confiables. Quizá cometí el error de tratar de suavizar mis comentarios dándole a los hechos el carácter de rumor, pero ahora corrijo y digo que no son hablillas ni mentiras sino actos documentados en los medios nacionales y locales, así como en declaraciones de grupos culturales y organismos no gubernamentales. Bueno también en otras de las fuentes que forman parte del amplio tejido social poblano.
Empiezo por la más reciente de las críticas al titular del poder Ejecutivo, la de Ana Teresa Aranda: una vez que sugirió que el mandatario padece de megalomanía, la panista le escribió ayer en e-consulta el siguiente mensaje:
De verdad, Señor Gobernador, son apenas ocho meses los que lleva en el cargo, por el bien de los poblanos, busque ayuda profesional.  Ah!  y si me permite le aconsejaría que repase las cinco virtudes (de los panistas) y ya extralimitándome le sugeriría las practicase con asiduidad.  Los poblanos le estaremos profundamente agradecidos.
¿Chisme? Ahí está escrito igual que lo dicho por Antonio Gali Fayad, cuando éste confesó a los constructores poblanos que temía que lo corrieran si daba apertura a las empresas poblanas del ramo. Agregue lo que han publicado Reforma y El Universal sobre el tema de las constructoras extranjeras contratadas por el gobierno poblano. Y lo escrito en diferentes medios de la prensa local, hechos que refieren la presencia de fuereños en la nómina gubernamental. O lo que se ha tratado en distintas publicaciones sobre el desempleo local provocado por el despido masivo de miles de poblanos con supuesto sello marinista, a pesar de que un importante número de ellos tenían más de diez años de trabajar en el gobierno poblano. Igual que la entrega de tractores que produjo algunos comentarios negativos, mismos que fueron referidos en los diarios locales. Lo de la renta de inmuebles para acoger a los fuereños contratados por el gobierno, fue otro de los hechos que se convirtieron en noticia o comentario de columnas. La seguridad de algunos servidores públicos –que en lo personal creo necesaria dado los tiempos que vivimos–, también forma parte de la hemeroteca poblana. El ánimo de hacer negocios quedó consignado tanto en la prensa nacional como en la local, y el recipiendario de la primera referencia sobre ello fue Norberto Tapia. Ah, el nepotismo: podría manifestarse en el matrimonio Patricia Leal-Bernardo Huerta.
Ahora bien, ¿acaso es mentira que no son poblanos Ramírez Robles, Carrancá, Gordillo, Maldonado, Cabalán, Moya, García Almaguer y Manzanilla, por sólo citar a los hombres de primer nivel?
En fin, hay mucha tela de dónde cortar para responder otras cartas aclaratorias. Mientras vienen, en la próxima columna citaré ligas y fuentes así como lo que podría ser el esquema Goebbels en Puebla, basado en eso, en mentiras al gobernador.
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