Por Alejandro C. Manjarrez
¿Sabe usted cómo se está preparando Fernando Manzanilla para enfrentar primero el proceso interno del PAN y después las elecciones presidenciales?
Si lo ignora despreocúpese porque, excepto el propio Fernando (y obvio Rafael Moreno Valle Rosas), nadie más sabe qué pasa por la testa del titular de la Secretaría General de Gobierno del estado de Puebla.
Lo que sí sabemos es que el gobernador y su mano derecha la tienen difícil debido a que todo indica que el PRI recuperará la presidencia de México. Y que esta posibilidad cambia el escenario que ambos se propusieron e incluso diseñaron valiéndose de la técnica política y de algunos operadores de buen nivel, como Luis Maldonado Venegas, por ejemplo.
A lo anterior agregue usted a Elba Esther Gordillo, la lideresa que sigue siendo el eje del futuro de Moreno Valle y adláteres. Empero, por el pragmatismo que distingue a la maestra, no creo que en su proyecto quepan los sacrificios personales. Y eso precisamente podría significar Rafael, debido a su prematura adición a las ambiciones presidenciales de Ernesto Cordero y todo lo que representa el secretario de Hacienda, agregándole desde luego la posible derrota del calderonato. (No desechemos la posibilidad de que se trata de un truco avalado por la Maestra).
Ahora bien, si partimos de lo que dice Ana Teresa Aranda, sobre el juego a tres bandas que lleva a cabo el titular de poder Ejecutivo estatal, habría que suponer que el priista Enrique Peña Nieto, forma parte del proyecto político morenovallista, circunstancia que no sólo alejaría al mandatario del apoyo del PAN, sino que este partido se le voltearía tachándolo de traidor. Y Ana Tere tan feliz que hasta se pondría en primera línea con la intención de encabezar las protestas acompañadas de la solicitud para que los panistas corten la acicalada cabeza de Rafita, como le dice la doña.
¿Y el plan B, dónde está el plan B?
Perdida la postulación o candidatura de Cordero, a Rafael Moreno Valle Rosas no le quedaría de otra mas que convertirse en un gobernante plural y cercano a la sociedad que gobierna. Para ello tendría que poner los pies en la tierra poblana y además encabezar las demandas de sus gobernados, empezando por rodearse de poblanos para ejercer el cargo que ostenta, lo cual significa cambiar al ochenta por ciento de su gabinete normal y ampliado. Esto implicaría reubicar a Cabalán Macari Álvaro y a Marcelo García Almaguer, sus dos compromisos afectivos, el primero yucateco y el segundo regiomontano. Y de paso adoptar la moda retrosexual con la intención de que los servidores públicos se muestren más cercanos a la gente común y corriente, segmento que por numeroso tiene en sus manos el destino de los gobernantes. Y aquí, además de tomar en cuenta la lógica jurídica, cabe recordar aquella declaratoria-advertencia a los reyes de Aragón, juramento pronunciado por sus vasallos durante la ceremonia de coronación (Edad Media), propuesta que trascribo al pie de la letra:
Nos, que valemos tanto como vos,
prestamos juramento a vos,
que no valéis más que nos,
y os aceptamos como soberano,
siempre que vos respetéis nuestras leyes
y nuestras libertades.
Ahora bien, aunque al lector le resulte difícil de creer, el alcalde Eduardo Rivera Pérez podría transformarse en un panista importante e indispensable para formar parte de la otra acción contenida en el apartado “b” del plan B si, como dicen, en Puebla capital promueve la candidatura de la diputada Vázquez Mota. Vea usted:
Suponiendo que a Felipe Calderón le caiga el veinte y entienda que Cordero nunca se convertirá en tigre, entonces podría aplicar su influencia para que Josefina fuese la abanderada del PAN, dándole además la fuerza de toda la parafernalia presidencial. Por razones de género, Vázquez Mota contaría como aliadas a las mujeres que conforman el 52 por ciento del electorado, además de los y las panistas.
Sin embargo, a pesar de la obviedad política, adicionar esta posibilidad al plan B de Fernando y Rafael, significaría traicionar a Elba Esther, circunstancia que es poco menos que imposible dado que conlleva lo que equivale al suicidio político de Moreno Valle.
Lo anterior me lleva a considerar como una actitud inteligente lo que ha estado manejando el mandatario poblano sobre el 2012. Dice que le preocupa más el aniversario de los 150 años de la Batalla de Puebla, que las elecciones del próximo año. Lo curioso es que con esa preocupación aborda lo que podría ser el apartado “c” del plan B, diseño del estratega Fernando Manzanilla Prieto. De ello le platico el lunes próximo.
Twitter: @replicaalex