Por Alejandro C. Manjarrez
Todo empezó con una chacota familiar. Mi esposa me preguntó lo que haría si el gobernador se molestara con mi presencia en la presentación del programa para los festejos del 150 aniversario del 5 de Mayo y, además, cuál sería mi reacción si me viera feo. Le respondí jocoso: Gritaré: ¡Tengo miedo, tengo miedo! Fue, obvio, una broma basada en la actitud del mandatario hacia algunos periodistas, entre ellos el que esto escribe.
Había que ir y conocer el charm de la nueva Casa Puebla. Y lo hice por la curiosidad profesional y también porque Guillermo Jiménez Morales, coordinador de algunas acciones y promotor de varias ideas, me invitó a formar parte del Comité para los festejos. Así que me armé de valor y acudí al llamado patriota y, chuscada aparte, sufrí lo que podríamos llamar un choque existencial, ya que vi en el equipo rafaeliano (Fernando Manzanilla, Luis Maldonado, Amy Camacho y Antonio Gali) un compromiso que va de la mano con la confianza delegada y, al mismo tiempo, con este aniversario cuyo boato a desarrollar hasta hace unos meses era inimaginable.
Después de las presentaciones de cada secretario, de la intervención de Ximena Navarrete (no la imagino vestida de China Poblana, aunque sea la embajadora del festejo) y de las palabras ortodoxas de Jiménez Morales, el gobernador hizo uso de la palabra. Habló de su compromiso consistente en borrar la imagen que produjo el gobierno marinista, cuyo gasto en propaganda (lo sugirió Moreno Valle) pareciera haber sido erogado con la intención de que nadie supiera lo que hacía el gobierno estatal. Una vez expuesta esta figura de aparente austeridad, Moreno Valle se explayó e hizo su exposición de ideas.
Lo intangible
Comentó que siendo estudiante de Harvard primero y después un ejecutivo financiero en Nueva York, varias veces fue invitado a celebrar la Independencia de México, suceso que para los estadunidenses y muchos de los migrantes hispanos ocurrió el 5 de Mayo. Incluso –dijo– en esa fecha se conmemora el día de la hispanidad cuyo acto protocolario se lleva a cabo en la Casa Blanca, precisamente. De ahí –argumentó– la importancia de dar a conocer cómo, por qué y bajo qué condiciones se llevó a cabo la victoria del ejército comandado por Ignacio Zaragoza. Por ello –acotó– la magnificencia de los festejos, mismos que serán vistos en la televisión nacional e internacional por alrededor de cien millones de personas.
A estas alturas de la explicación, Ximena Navarrete, la Miss Universo de origen tapatío, pudo haber pensado en la extraordinaria difusión que tendrá su agraciada persona (aún no la imagino vestida de China Poblana), belleza que por cierto llegó a Casa Puebla de pisa y corre –como se dice en argot beisbolero–, pero en un súper helicóptero cuyo color (blanco) me recordó la parafernalia de El Vaticano.
En fin, quedó claro que este aniversario de la Batalla del 5 de Mayo, recuperará parte del orgullo poblano perdido por la onerosa presencia del preciosismo que nos endilgó Mario Marín Torres. Y que el nuevo desfile (cambió la ruta), los carros alegóricos, los contingentes, los libros, los eventos culturales, la feria y todo lo demás, formará un hito histórico tanto para los poblanos como para el gobierno morenovallista.
Lo tangible
Para enmarcar el gran acontecimiento hubo que realizar un diagnóstico perfeccionado con las ideas y opiniones captadas a través de grupos de enfoque. Así se supo o complementó el programa de lo que había qué hacer en materia de organización, obra pública, difusión e impactos ambiental y social. Y surgió la necesidad de construir obras como el Viaducto Ignacio Zaragoza y entrarle a la remodelación de la zona histórica de Los Fuertes, por ejemplo, u otras quizá menos importantes pero también en beneficio de la ciudad capital. La intención: dar al festejo la importancia que tiene Puebla como sede de la gesta heroica del 5 de Mayo.
No vi incluido en la organización al Consejo Estatal de la Cultura y las Artes, función que se arrogó el secretario de Educación Pública. Sin embargo, independientemente de obras facsimilares, documentales, videos y un filme de largo metraje, acciones que coordina Luis Maldonado, tendremos una nueva e importante aportación histórica de Pedro Ángel Palou, nuestro especialista en el tema 5 de Mayo. Su acuciosidad e interés han producido un nuevo libro que refiere hechos poco conocidos y previos al día de la batalla. Es el caso de la estrategia de guerra basada en privar al invasor de provisiones y agua. El volumen se presentará en los últimos días de este mes de marzo y, según me comentó don Pedro, los habitantes de Amozoc se sentirán orgullosos de sus antepasados.
Otra de las frases anti marinistas del gobernador que, como siempre, portaba un traje de buen corte y fino casimir, fue aquella que criticó la falta de planeación del gobierno pasado refiriéndose al Centro Expositor que, como sabemos, tuvo un importante desfase en el costo y en el tiempo, además de estar ubicado en un lugar carente de infraestructura.
Solo falta, pensé malicioso, que Moreno Valle nos diga que ese día se pasará por las armas a quienes se hicieron ricos, “inexplicablemente”. Y que Mario Marín ande por ahí diciendo: ¡Tengo miedo, tengo miedo!
Twitter: @replicaalex