Moreno Valle ¿nadará a contracorriente?
Manola Álvarez Sepúlveda
El pacto que todos especulábamos que se había realizado en el 2006 entre Elba Esther Gordillo y el entonces candidato presidencial Felipe Calderón, y que ahora cínicamente la profesora lo ha dado a conocer, revela una profunda corrupción del sistema político mexicano.
El que se soliciten puestos públicos a cambio de favores electorales, es algo que siempre se ha dado. Pero decirlo públicamente es además de una traición al cómplice, una desvergüenza. Es decirle a los maestros afiliados al sindicato del que es dirigente: “ustedes son sólo un botín político, un millón doscientos mil operadores electorales que ofrezco al mejor postor”.
En la larga conferencia de prensa de tres horas, la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), sin que nadie la cuestionara, reconoció que pactó acuerdos políticos con Calderón, a cambio de impulsar a cercanos colaboradores suyos en puestos de la administración pública, en donde colocó a Miguel Ángel Yunes en la dirección del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, a Francisco Yáñez, en la Lotería Nacional , a Roberto Campa, en el Sistema Nacional de Seguridad Pública, y la Subsecretaría de Educación Básica que quedó en manos de su yerno Fernando González Sánchez.
Su estrategia parece ser deslindarse de Miguel Ángel Yunes, de quien dijo que no sabía que era un pillo y que ella no tenía nada que ver con sus trapacerías. Algo le hizo a la mentora y es una venganza o Calderón le dijo que se le está investigando y no quiere cargar con la responsabilidad.
Por otro lado lanzó un anzuelo a los partidos políticos, para ver quien solicita a su equipo electoral y qué pueden darle a cambio. Esto con el fin de mantener o aumentar su poder político en los diversos niveles gubernamentales y en el sistema educativo. Demostró pues que la educación no le interesa; que lo que desea es hacer política de la mano de quien gane, sin importar la ideología, aunque ésta sea contraria a la justicia social que siempre han defendido los maestros.
Manifestó asimismo que Roberto Madrazo la quería expulsar del PRI, que Andrés Manuel López Obrador no le contestó, y que por ello tuvo que aliarse con Calderón. Y en el colmo de la desvergüenza informó a los mexicanos que ambos cumplieron con sus compromisos, ella dándole los votos necesarios para ganar, aunque haya sido de panzazo, y él ubicando en los puestos solicitados a sus recomendados.
Entre los políticos que impulsó, hizo ganar y ahora le pagan facturas, está desde luego Rafael Moreno Valle. ¿Qué le habrá pedido a cambio? Si bien la mala imagen de Mario Marín, fue un factor importante para que perdiera el PRI, en las elecciones gubernamentales resultó determinante la operación del aparato electoral de Elba Esther Gordillo.
En la cumbre de su poder político y económico y antes de que la animadversión de los ciudadanos le cobre la factura por sus traiciones, deja a su hija en la secretaría general del PANAL y pretende celebrar un nuevo pacto con el próximo presidente de México.
En un principio declaró abiertamente que su candidato era Enrique Peña Nieto, incluso su hija apoyó al candidato priista en el estado de México Eruviel Ávila, con quien fueron en alianza PRI y PANAL. Y ahora sale con que no tiene candidato y que a todos los pondría en una licuadora para hacer con ellos juntos y revueltos un buen aspirante presidencial.
La inteligencia, perversidad y falta de lealtad de la maestra, nos induce a pensar que espera ofertas o que se quiere deslindar de los tres partidos importantes, para apoyar a uno de su partido que, como ya hemos manifestado, podría ser Marcelo Ebrard. Esto porque su pupilo poblano, a pesar de su gran estima, no es conocido a nivel nacional y ya no hay tiempo para posicionarlo. Así que, tal vez, será para la próxima siempre y cuando prevalezca en este mundo doña Elba.
Desde luego, ella sabe que su organismo político no tiene posibilidades para ganar una contienda presidencial; sin embargo, con el apoyo de Calderón y el Partido al que maneja como se le ocurre, podría acercarse al triunfo.
Por esta estrategia existe la posibilidad de que el presidente de México, olvidándose de que debe gobernar para todos, siga fungiendo como representante del PAN e imponga a Ernesto Cordero como candidato. Para este fin cuenta con el apoyo de Moreno Valle, quien incluso firmó el destape del secretario de Hacienda y, según los panistas, está presionando a sus colaboradores para que lo apoyen dentro del Consejo de ese partido.
Cuando se demuestre que por su escasa personalidad y falta de tino en las declaraciones no repunta en las encuestas, justificaría su declinación a favor de Marcelo, quien ya empezó a declarar: “no hay que dejar solo al Presidente”, así como a implementar operativos para combatir al crimen organizado, similares a los de Calderón, y a limar asperezas con el Clero, al que el Tribunal Federal Electoral, acordó sancionar por violar la Constitución al incitar a los ciudadanos a no votar por el PRD, por aprobar la legalización del aborto, aceptar el matrimonio entre personas del mismo sexo y la muerte asistida. En el colmo de su afán por acercarse al PAN, Ebrard permitió que los sacerdotes salgan a las plazas públicas a adoctrinar a quien se los permita. Y aquí valga acotar que nuestro gobernador es uña y mugre del mejor alcalde del mundo.
¿Cómo le irá a Puebla en este juego diabólico?
Si la maestra tiene éxito, puede ser que muy bien y Moreno Valle sería recomendado con el próximo Presidente. Pero si la animadversión que genera su evidente traición a Calderón, como antes lo hizo con Jongitud, con Madrazo y desde luego con el PRI la relegan del juego sucesorio, entonces sí que nuestro joven mandatario tendrá que demostrar de qué pasta está hecho y nadar contra la corriente ¡Ojalá no se ahogue!, por el bien de Puebla.
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